En busca de desaminar a los miles de migrantes que se dirigen a la frontera, México- Estados Unidos, el Senado estadounidense eligió al que fuera al jefe de la Policía de Tucson, Arizona, Chris Magnus, como el nuevo comisionado de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) hasta ahí todo el recorrido por los caminos de la tradicionalidad, pero lo controvertido de esta elección recae en que este funcionario se reconoce como homosexual, lo cual ha generado todo tipo de reacciones.
Además de sus preferencias sexuales, Magnus, fue además un crítico de las políticas de inmigración del expresidente Donald Trump, lo que se suma para estar en el centro de las controversias, tanto políticas como policiacas y de seguridad, quien vive la presión de organizaciones civiles para terminar con el Título 42 implementada en la pasada administración y continuada por el presidente Joe Biden, a fin de expulsar en forma expedita a cientos de indocumentados por razones sanitarias ante la pandemia del Covid-19.
Y para que no quedaran dudas, durante su audiencia en el Comité de Finanzas del Senado, Magnus mostró su oficio político y prefirió no externar su opinión sobre el Título 42, al considerar que no tenía “suficiente información”, pero consideró la importancia de aplicar pruebas y vacunas a los inmigrantes contra coronavirus. También hizo hincapié en que la frontera no podía ser definida como un monolito de condiciones.
Y bueno, además trazó la ruta a seguir en la zona fronteriza la cual dijo, no podemos verla de una forma homogénea y menos aún pretender una solución única que una seguridad regional perfecta… “entonces, si me confirman, haré lo que siempre he hecho, que es respetar la ley. Esperaré sin excepción que todo el personal de la agencia sea consciente, justo y humano al hacer cumplir la ley”. Un polémico hombre, pero un político muy hecho y experimentado.
Magnus comenzó su carrera en seguridad pública en 1979 como despachador en la ciudad de Lansing, se indica en su perfil oficial de la Policía de Tucson, pero también fue paramédico en el área central de Michigan durante casi una década.
Desde1985 laboró en el cuerpo policiaco del fronterizo estado de Arizona, en 1999 fue nombrado Jefe de Policía en Fargo, Dakota del Norte, donde se destaca que tuvo “un papel clave” en la implementación del primer sistema de despacho regional de dos estados en la nación, que en pocas palabras se trata de un centro forense de entrevistas para niños y un programa de enlace de inmigrantes y refugiados para los muchos habitantes del área, un proyecto novedoso y que rápidamente comenzó a dar buenos resultados.
Para 2006, Magnus, fue nombrado Jefe de Policía de Richmond, California, donde sirvió 10 años y desde ahí impulsó el fortalecimiento de los lazos entre la comunidad y su fuerza policial con lo que los delitos violentos y los relativos a la afectación a la propiedad disminuyeron de manera importante en su paso por esa área.
Y bueno, en su camino policiaco y de seguridad en 2016, Magnus fue designado Jefe de Policía de Tucson, donde implementó programas en pro de los servicios estatales en favor para las víctimas de violencia doméstica y sexual, además de impulsar acciones enfocadas en cómo los elementos policiacos deben responder a las personas que padecen enfermedades mentales, al igual que de apoyos a los programas y actividades para jóvenes.
Magnus, tiene una Maestría en Relaciones Laborales y una Licenciatura en Justicia Criminal de la Universidad Estatal de Michigan. Está casado con Terrance Cheung, quien lo acompañó a su audiencia en el Senado.
El 12 de mayo de este año, la Casa Blanca envió su nominación al Senado para dirigir CBP.
Magnus no ha estado exento de controversias pues en junio pasado intentó renunciar, pero su decisión fue rechazada, luego de la muerte en abril del hispano, Carlos Ingram López, cuando era inmovilizado por agentes en Tucson.
Cabe destacar que organizaciones civiles que defienden a inmigrantes y los derechos civiles han pedido a Magnus, un CBP más transparente y el respeto a la ley y los derechos humanos donde se prioricen las tomas de decisiones basadas en la evidencia en la frontera, además de poner fin a las políticas dañinas de la era Trump que esta agencia aún administra.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y El Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados (LIRS), por citar algunas de ellas, han pedido al nuevo comisionado Magnus que ponga fin a las acciones referentes al “famoso” Título 42.
Actuando bajo la argumentación de esta “ley sanitaria emergente” las autoridades judiciales estatales expulsan a los solicitantes de asilo en territorio estadounidense y a los migrantes sin la posibilidad de una reparación judicial, lo que en la época Trump fue considerado por muchos defensores de los derechos humanos como inconcebible e irracional.
El polémico comisionado Magnus estará al frente de 60,000 empleados que integran CBP y es una de las organizaciones policiales más grandes del mundo, pero la pregunta es ¿con este amplio bagaje podrá con el paquete migratorio?, el tiempo nos dará la respuesta, pero por el momento la cosas no marchan nada bien y el número de personas detenidas y deportadas marca récord y los resultados parciales, pero resultados al fin, para Joe Biden son malos.
@lalocampos03