A unos días de haber iniciado enero del 2022, la cuesta ya lo acompaña. No obstante, a las compras navideñas, los regalos, la cena, entre otros… faltan los Reyes Magos; y las familias mexicanas deben afrontar el pago del predial y de la tenencia. Si esto no le es suficiente, prepárense para encontrar el litro de gasolina hasta en 26 pesos. Ese mismo, que Andrés prometió en 10 pesos por litro (ya saben cómo son las campañas políticas) sufrió un “ajuste” en el IEPS.

El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios por sus siglas IEPS, es el gravamen que se paga por la producción y venta o importación de gasolina, alcohol, tabaco y bebidas azucaradas. Grava directamente el consumo por lo cuál es indirecto y aumenta el precio de los bienes que consumimos. Se supone que es una medida para desincentivar el consumo de ciertos productos que causan externalidades negativas. Por ejemplo: las bebidas azucaradas para combatir la obesidad, evidentemente no ha cambiado en nada, salvo en más recursos a las arcas públicas.

El verdadero reto no será la cuesta de enero, debido a la inflación los precios han venido subiendo mes con mes, de tal forma que el nivel inflacionario rebasó todas las previsiones de autoridades y analistas. No es que en gobiernos anteriores no existiera la inflación, pero en esta 4T sería un problema menor si hubiera suficiente dinero para enfrentarla.

“Estamos viviendo en un gobierno donde la vida es cada vez más cara, donde la economía no crece al mismo ritmo y esto causa una estanflación: el estancamiento económico con precios al alza.”

El reciente avance de la nueva variante del COVID-19 Ómicron, sin duda prende las alarmas para la recuperación económica. Esperemos que, con el arribo de Victoria Rodríguez Ceja al Banco de México como gobernadora, impulsada por el Inquilino de Palacio Nacional pese a no contar con el perfil, demuestre un compromiso con la estabilidad financiera y no con un proyecto de gobierno.