El conflicto suscitado entre Rusia y Ucrania de nueva cuenta desata el caos, desenmascara el horror, evoca viejos fantasmas de otras guerras que registraron un alto costo en vidas humanas y marcaron a generaciones enteras.
Rusia invadió Ucrania, cada bando habla desde sus propios intereses, habría que recordar que durante conflictos bélicos la verdad suele ser escamoteada porque cunde la desinformación, no obstante las imágenes que dan la vuelta al mundo muestran un panorama desolador porque mucha gente inocente paga los excesos de una oligarquía renuente a la pacificación y proclive a la violencia virulenta.
En occidente las sanciones económicas contra Rusia se anunciaron una vez que inició la invasión, también en el ámbito deportivo se excluyó a los equipos representativos de dicho país, por ejemplo quedar fuera del mundial de fútbol en Qatar este año.
Casi por unanimidad se ha condenado el proceder ruso, aunque ello no vaya más allá de los ejercicios retóricos, por el bien de todos el conflicto debe acabar, abordarse por los canales diplomáticos para lograr acuerdos que den por terminada la situación oscura de nuestra actualidad, dar paso a la sensatez y dejar de lado otros ánimos que no abonan a la civilidad.
Un mexicano ilustre, Jaime Torres Bodet llegó a presidir la UNESCO, en al acta constitutiva de esta organización de la ONU indica que las guerras comienzan en la mente de los hombres y es ahí donde deben erigirse los baluartes para la paz. Se debe procurar el entendimiento por la vía pacífica, signos de buena voluntad aunque en ocasiones parece ser una utopía.
Las guerras han estado presentes en la historia de la humanidad, son muchos los casos registrados que dan cuenta de múltiples combates, la violencia entronizada, homo hominis lupus dice una antigua sentencia romana, por ejemplo, una de las obras épicas legendarias da cuenta de los combates de los aqueos contra los troyanos como lo consigna la Ilíada de Homero.
Vladimir Putin el presidente ruso ha sido cuestionado, es un político forjado en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, le correspondió vivir la Guerra Fría que confrontaba a los dos bloques que buscaban afanosos la hegemonía mundial, actualmente encabeza el conflicto, tal vez una señal esperanzadora fue que el lunes 28 de febrero iniciaron negociaciones bilaterales.
En aquella latitud del mundo tenemos el conflicto que para muchos observadores podría ser el inicio de una conflagración mundial.
En otra razón de ideas, la violencia en nuestro país no amaina, no estamos en guerra pero el incremento de homicidios dolosos no parece disminuir como sucedió el domingo 27 de febrero en la localidad de San José de Gracia, municipio de Marcos Castellanos Michoacán en donde un grupo de civiles armados acribilló a un número aún no determinado de personas como un fusilamiento, las imágenes del hecho son estrujantes.
Respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania podemos señalar que las guerras son contraproducentes, suelen reflejar injusticias y deshumanización, son la negación de la razón y representan el horror que siembra miedo,
Son, las guerras, una manera vil de engendrar caos, así como desprecio a los valores más trascendentes y eminentes.

