El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), una de las obras emblemáticas de la 4T, se inauguró este lunes 21 de marzo. Como toda obra en este y gobiernos anteriores, se entrego a medias; con un difícil acceso, con categoría 2 en seguridad aérea, sin dos pistas de aterrizaje, sin hotel ni restaurantes, agua en los baños, entre otras… donde lo único internacional además del nombre, es un vuelo de Conviasa (línea aérea del gobierno venezolano) con una ruta a Caracas cada quince días.

Era tal el deseo del inquilino de Palacio Nacional de demostrar que puede construir un aeropuerto con eficacia y sin corrupción, que decidió cancelar el aeropuerto de Texcoco (NAIM) tomándolo como un compromiso personal y probablemente no como un beneficio para el país. Pero esto, solo lo decidirá el tiempo y los propios usuarios. Lo de eficacia no se cumplió debido a que no esta terminado y lo de sin corrupción, es algo que esta reservado por “seguridad nacional”, aunque ya se han filtrado algunas empresas fantasmas que participaron en su construcción bajo mando del ejercito.

Como toda decisión de este gobierno: nace de un capricho de Andrés, que destruye lo que existe, donde construye menos de lo que se tenía, con el pretexto de la austeridad, con opacidad, poca transparencia y sin sustento alguno.

Debemos partir de que el NAIM fue diseñado para ser un aeropuerto de clase mundial con una visión de expansión para los usuarios, y el AIFA que aspira resolver la saturación del actual aeropuerto AICM, que está muy lejos del mismo, se vuelve en un aeropuerto regional como en su momento fue el de Toluca. Después, por el costo de ambos aeropuertos; porque se debe contar el monto de cancelación, más el de construcción para determinar el costo real de un berrinche que nos cuesta a todos los mexicanos. Por último, valorar el tiempo de traslado: porque si puedes llegar hacer hasta dos horas en llegar al AIFA, más las dos horas previas para un vuelo nacional y sumando el tiempo del vuelo, es más sencillo, por ejemplo: ir a Guadalajara en un autobús.

Si esto es la esencia de la cuarta transformación como lo expresó Claudia Sheinbaum, México está en apuros, porque inaugurar algo no quiere decir que funciona. Cuantas obras públicas se han realizado a través de los distintos sexenios y hoy en día están abandonadas.