Después de que se inaugurara con bombo y platillos el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Incluso lo presumieron como un aeropuerto de clase mundial -nada más alejado de la realidad-, pues un día después de iniciar operaciones lo visité y desde ahí hasta grabé una Contra Mañanera.

Al Presidente de la República no le pareció nada de lo que dije, por lo que instruyó a la SEDENA a invitarme al Aeropuerto Felipe Angeles, acepté y como lo hice público en mis redes sociales, el pasado 27 de marzo acudí al AIFA y sostuve un diálogo con personal de la Defensa Nacional durante 5 horas.

Fuimos recibidos por los Generales responsables del proyecto. El recorrido inició con una reunión en la que expusieron el proyecto maestro del aeropuerto Felipe Ángeles.

Según lo explicado por los miembros de la SEDENA, el costo de obra ejercido por su construcción, asciende a 74 mil 500 millones de pesos. Y faltan por ejercer alrededor de 4 mil millones de pesos, según nos comentaron.

Entre lo que se gastó en el avance de construcción de Texcoco, en su cancelación y lo que se ha gastado en la construcción del AIFA, llevamos más de 400 mil millones de pesos, y al paso que vamos, seguirá siendo un gasto porque la deuda continúa.

Cabe recordar que aún están pendientes de pagar 90 mil 630 millones de pesos por lo bonos colocados para construir Texcoco, mismos que deben pagarse en los próximos 20 años. Sin duda, es un tema que la Secretaría de Hacienda debe resolver con urgencia, porque de lo contrario, seguirán tirando el dinero de los mexicanos.

Sin duda, las deficiencias de este aeropuerto no están en la construcción que corrió a cargo de la SEDENA. El problema claramente está en la falta de planeación, la falta de conectividad, en la falta de pasajeros y en la falta de aerolíneas que quieran realizar vuelos desde ahí.

En cuanto al tema financiero, de seguir con 6 vuelos de ida y 6 de regreso, la operatividad del aeropuerto no alcanzará su punto de equilibrio, el cual, según lo que nos informaron, alcanzará cuando se tengan 5 millones de usuarios, lo que, en el corto plazo, no se ve posible.

Las obras de conectividad dependen de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, las cuales siguen pendientes de terminar. Por ejemplo, la conexión del Tren Suburbano de Buenavista, será de 23 kilómetros, 8 de los cuales ya están realizados y corrieron a cargo de la SEDENA, los restantes 15 siguen pendientes porque Comunicaciones y Transportes no los ha terminado. Igual pasa en las demás obras viales que son responsabilidad de la SCT y no las han culminado.

También nos trasladamos a la Torre de Control, donde los controladores de vuelo de los Servicios de Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) me explicaron el equipamiento con el que cuentan. Qué bueno que tienen el mejor equipo de México, pero sin tráfico aéreo, de poco sirve.

Debido a que recibí solicitudes de preguntas por redes sociales y por expertos, le entregué a los encargados del AIFA, 20 preguntas puntuales, las cuales, esperamos que contesten a la brevedad para estar en posibilidades de informar al pueblo de México sobre esta obra.

Hoy tenemos un aeropuerto con mala conectividad, donde la gente está preocupada porque no hay vialidades ni medios de transporte eficientes para llegar, hay pocos vuelos y en consecuencia pocos locales comerciales ocupados. El costo de la obra se sigue incrementando, la deuda por Texcoco no se ha saldado y mientras no sea un proyecto sustentable, el AIFA sólo será un elefante blanco y una carga para los mexicanos.