Nací en 1970, tengo 52 años. Antes de la pandemía de Covid-19, en 2019, mi esperanza de vida era de 75 años. Tres años despúes, en 2022, es de 71 años. Como generación perdimos cuatro años de vida.

Hace una semana, varios medios de comunicación publicaron está noticia de manera marginal; sin embargo, se trata de uno de los datos más relevantes del año. La esperanza de vida es un indicador referente al tiempo promedio de existencia de una persona al nacer. Para decirlo rápido, una esperanza de vida alta expresa un mejor desarrollo económico y social de la población.

Para dimensionar el dato, recordemos que en más de un siglo, México aumentó su esperanza de vida considerablemente: en 1930, las personas vivían en promedio 34 años; en 1940, 46.9 años; en 1970, 60.9 años; en 1990, 71.4 años; en 2000, 73.6 años; en 2010, 74.8 años, y en  2019, 75. 1 años.

Las mujeres viven en promedio más que los hombres, en 1930, la esperanza de vida de las mujeres fue 35 años y de los hombres de 33. En 2010, este indicador fue de 77 años para mujeres y 71 para los hombres; en 2019, 78 años para mujeres y 72 años para los hombres.

¿Quién nos robó cuatro años de vida? La pandemia de Covid impactó la esperanza de vida en México, la cual bajó cuatro años, al pasar de 75 en 2019 a 71 en 2021. Ojo, seis años menos que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que es de 81 años

Según el informe “Disminución mundial y nacional de la esperanza de vida: una evaluación de finales de 2021”, la esperanza de vida global disminuyó casi un año entre 2019 y 2020 y otro 0.72 años entre 2020 y 2021, la primera disminución en este indicador desde 1950.

Entre 2019 y 2021, en occho países la esperanza de vida disminuyó en más de dos años anuales; cinco en América, Perú, 5.6; Guatemala, 4.8; Paraguay, 4.7; Bolivia, 4.1; y México, 4.0 años y tres en Europa en la Federación Rusa, 4.3; Bulgaria, 4.1; y Macedonia del Norte, 4.1 años.

Desde 1950, sólo se han observado disminuciones anuales de esa magnitud en raras ocasiones: Camboya en la década de 1970, Ruanda en la década de 1990 y posiblemente algunas naciones del África subsahariana en el pico de la pandemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). 

Además de las hambrunas o las guerras, las pandemias impactan en la mortalidad de las que se deriva la esperanza de vida. De acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,  México fue una de las ocho naciones donde la cifra se redujo en al menos cuatro años. La causa principal: el aumento en el número de muertes durante la pandemia. 

La solución es compleja, pero sin duda pasa por el fortalecimiento del sistema de salud pública. Pregunta: ¿la violencia también impata en la esperanza de vida? Creo que sí. Eso pienso yo, ¿usted que opina?

@onelortiz