Los Universitarios hablan es un espacio abierto a la comunidad estudiantil, la que cursa la licenciatura en las instituciones de educación superior; inicialmente las que funcionan en la Ciudad de México. Pretende ser un espacio en el que los universitarios opinen libre y responsablemente sobre temas de actualidad.

En esta entrega participan estudiantes de la Escuela Libre de Derecho y del Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana. Dan su visión respecto de un tema específico y actual: la militarización de la seguridad pública en México.

Elisur Arteaga Nava

 

¿Militarización en México?
El decreto militarista

Por Silvana Torres Alfaro

El pasado lunes 8 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que emitirá un decreto para que la Guardia Nacional dependa por completo de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Con esta acción se estaría violentando la Constitución en dos sentidos; (i) al invadir facultades exclusivas del Congreso para legislar en materia de seguridad pública, y (ii) al contravenir el artículo 21 constitucional el cual establece que la Guardia Nacional es una institución de carácter civil.

Asimismo, el propio artículo 5 transitorio de la reforma constitucional que dio origen a la Guardia Nacional acotó cualquier tipo de intervención militar dentro de las funciones de la Guardia Nacional, al establecer que, en tanto la Guardia Nacional desarrollará su estructura, el presidente única y exclusivamente podría disponer de la Fuerza Armada en tareas de seguridad pública de manera extraordinaria.

Ahora bien, dejando a un lado las graves implicaciones fácticas que tendrá una posible militarización del país, resulta preocupante desde el punto de vista jurídico que, el titular del Poder Ejecutivo pretenda a través de “decretazos” formalizar la militarización de la Guardia Nacional, sin potestad legal ni legitimización alguna, haciendo caso omiso de la jerarquía normativa del ordenamiento jurídico mexicano.

Los partidos de oposición ante su desacuerdo a las declaraciones del presidente, han manifestado su intención de acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que se analice la constitucionalidad o inconstitucionalidad de este probable y futuro decreto.

 

 

Ni Guardia Nacional, ni mandos civiles
Actos materiales militares

 Por Landaverde Juárez Juan Carlos

 Estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad y de la Licenciatura de Arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia

Desde la creación de la Guardia Nacional en México, se cuestionó su estructura al ser considerada un satélite del Ejército. Se afirmó, en su momento, que la dirección estaría delegada a un mando civil, lo cual no se cumplió. La Historia nos vuelve a dar la razón como base de legitimación política.

El último párrafo del artículo 21 de la CPEUM respecto a la Guardia Nacional dicta que “…los integrantes de la Guardia Nacional y de las demás instituciones policiales se regirán por una doctrina policial fundada en el servicio a la sociedad, la disciplina, el respeto a los derechos humanos…”

¿En verdad la GN está basada en una doctrina policial? Y por qué la integran exmilitares, exmarinos y expolicías federales. Está raro el asunto si lo dejamos a la credulidad. “Debemos pensar que los antiguos miembros de la milicia dejaron de ser formados como tales simplemente por un decretazo.”

Pensar que la Guardia Nacional es una Institución diversa al Ejército ha dejado de ser una duda. Hoy por hoy, la milicia engrosa su poderío político y armamentístico. Una vez más nos engañaron, sólo se usaba el discurso para impulsar las reformas Constitucionales en apoyo de un “Gobierno Militar.”

El decreto de reforma Constitucional impulsado por el Ejecutivo Federal (o el acuerdo en su defecto) busca que la GN dependa de la Secretaría de la Defensa. Una de las principales reformas de carácter preferente impulsada al inicio del Gobierno de AMLO busca consolidarse en favor del brazo armado del Estado.

Si no se ha transmutado de un Gobierno Presidencialista a uno Militar por sus amplias facultades inconstitucionales, entonces no sé qué tipo de Gobierno estamos viviendo.

Militarización de la GN
Potencial golpe de Estado

 Por Paulina Zenteno Morfín

Nuestro Presidente no deja de sorprendernos con sus ocurrencias inconscientes. Andrés Manuel López Obrador anunció en una de sus últimas conferencias de prensa la elaboración de un decreto para que la Guardia Nacional dependa del ejército, esto es, de la Secretaría de la Defensa Nacional, militarizando así las tareas de seguridad pública.

Al ser México un país relativamente pacífico, desde el principio de su mandato, nuestro Presidente ha utilizado al ejército como un grupo de constructores, enfermeros, carpinteros, electricistas y ahora, policías civiles, militarizando sin sentido a nuestro país.

Hoy los militares administran aeropuertos, puertos y aduanas, construyen carreteras, el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, reparten vacunas contra el COVID – 19 y ahora serán los policías encargados de la seguridad pública del país; políticas que evidentemente hacen que resida en las manos de las Fuerzas Armadas el funcionamiento y la operación de nuestra nación.

Nos preguntaremos ¿qué es lo que busca nuestro Presidente con ello? Fuera de las múltiples actividades que le corresponden ahora al ejército, al permitir que este asuma el control del cuerpo de seguridad que fue creado al inicio del presente sexenio por el Poder Legislativo como una corporación de carácter civil, quiere recibir, como una especie de contraprestación, el respaldo de su gran poder fáctico y político, así como su protección y lealtad.

Es un hecho notorio que el ejército mexicano, protagonista en el presente gobierno, tiene una doble personalidad, es decir, es un factor real y formal de poder; real por la posición y el imperio que guarda frente a la sociedad, lo que lo convierte en una autoridad de facto, y formal por ser una autoridad jurídicamente reconocida.

El peso y poder desmedido que se le ha otorgado a este factor real y formal de poder puede traer repercusiones totalmente devastadoras para nuestro gobierno y, por ende, para nuestra nación.

Ello implica un alto riesgo, pues sin “parecer” la intención inicial de nuestro Presidente, ha creado un monstruo con autoritarismo desmedido que el día de mañana podría incluso, con la fuerza y el poder excesivo que se le ha otorgado, realizar un golpe de Estado, quitando así al Presidente en turno que se enfrente con el mismo.

Finalmente, como todas las supuestas estrategias para combatir la crisis de violencia e inseguridad que azota al país, el Presidente no está visualizando el impacto nacional que puede tener la decisión de un Jefe de Estado, esto es, la relevancia y trascendencia de las decisiones que adopta un presidente en su día a día. Parece ser México simplemente es su juego de diaria actualización.

Guardia Nacional
Peligro de Militarización

 Por Samantha Calzada Nájera

 

El Presidente López Obrador ha expresado su deseo de emitir un decreto en virtud del cual la Guardia Nacional dependa enteramente de la Secretaría de la Defensa Nacional ¿será esto contrario a nuestra Carta Magna? Este ha sido el sexenio de los decretos, ya que nuestro Presidente los ha utilizado para conseguir cualquier capricho y “encaminar” a la 4ta transformación.

Hay dos puntos de vista para abordar las deficiencias de este decreto: el punto de vista adjetivo nos indica que un decreto no es la herramienta idónea para modificar el artículo 21 constitucional en virtud del cual se establece que la Guardia Nacional es de carácter civil.

Y el punto de vista sustantivo, que tiene que ver con las implicaciones materiales, en México existe un gran abuso por parte de la autoridad en cuanto a la violación de derechos humanos, este tipo de decretos o estrategias de militarización, lo único que generan es incrementar el desorden y por ende afectan a la legalidad y certeza que protege al individuo.

De igual forma la Constitución y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal buscan distinguir entre seguridad pública (adscrita a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana) y la seguridad nacional (encomendada a la Secretaria de la Defensa Nacional y Secretaria de la Marina), y ambas secretarias tienen una ratio distinta.