En muchos sentidos, Estados Unidos de América, es paradigma para muchos países del planeta. Pese a los problemas que denuncian los críticos del Tío Sam, la Unión Americana continúa siendo el sitio de referencia para los millones de migrantes que diariamente abandonan sus países de origen. Ni la apabullante China, ni la belicosa Rusia, ni la fanática Corea del Norte, ni ningún otro país del planeta tiene tanta demanda para los desventurados que se ven en la necesidad de emigrar. De hecho, ni Moscú, ni Pekín, ni Pyongyang, ni La Habana, ni Caracas sufren porque migrantes de otras partes del globo quieran vivir en estos países. Por algo será. Algo semejante sucede con el famoso Premio Nobel en cualquiera de sus especialidades; lo tratan de denigrar, pero todos quieren ser los recipiendarios. Así con EUA, hasta lo maldicen, pero cómo quisieran por lo menos tener la posibilidad de trabajar legalmente en cualquiera de sus estados.
Eso sí, los ultras de cualquier filia saben que, si en sus receptivos países de origen son perseguidos, EUA siempre es una posibilidad de refugio. En los últimos días, todo el mundo es testigo de que la justicia del Tío Sam enjuició a un expresidente estadounidense, Donald John Trump, y lo encontró culpable de 34 cargos. El personaje en cuestión recibirá sentencia —puede ser hasta de cuatro años de cárcel—, el próximo 11 de julio, aunque cuatro días más tarde podría ser ratificado como el candidato presidencial por el Partido Republicano. Incluso si fuera condenado a pena de cárcel y ganara la elección, la Constitución le garantiza a Trump que podría “gobernar” desde la celda.
¿Cuántos países del mundo podrían ufanarse de proceder así con un ex presidente? Es fama que en la nación de la bandera de las barras y las estrellas “nadie está por encima de la ley”. Noticias recientes lo confirman. Y no por excepción. Algo parecido al caso de Trump, está sucediendo con un hijo del actual presidente de EUA. En breve será enjuiciado. Pese a sus fallas y problemas sociopolíticos, entre otras razones, EUA sigue siendo un símbolo de esperanza para los migrantes de todos los confines de la Tierra. Nada más, nada menos. Por cierto, cabe preguntarse si el cruzado contra la corrupción, el promotor de la 4T, el presidente Andrés Manuel López Obrador que tanta alharaca ha hecho desde sus “mañaneras” a cuántos expresidentes llevó a juicio acusados de corrupción. Puros tacos de saliva, simple merolico. Y a los narcotraficantes ordena que los dejen escapar, como en Culiacán. ¿Cuántos millones de mexicanos envían parte del producto de su trabajo a la Patria para seguir manteniendo la administración de la 4T? Mera curiosidad.
EL JURADO VS. TRUMP HABLÓ
Después de muchos trámites judiciales, y de maniobras legales, por fin un jurado —compuesto por 12 personas: cinco mujeres y siete hombres—, el jueves 30 de mayo en Nueva York, EUA, declaró culpable al ex presidente Donald John Trump en el juicio penal de los 34 cargos penales que se le imputan por falsificar documentos contables para tratar de ocultar el pago a la actriz pornográfica Stormy Daniel (Stephanie Clifford), a cambio de su silencio, durante la campaña electoral de 2016, por una cita sexual. El jurado decidió ese día la suerte del ex mandatario que puede incluso, llegar a prisión.
Las reacciones populares han sido de todo tipo. Las últimas encuestas indican que la mayoría de los ciudadanos continuaría apoyando a Trump, independientemente del veredicto, pero una vez que el jurado lo declaró unánimemente de todos las acusaciones criminales habría que ver como se refleja esa decisión en las urnas, especialmente en el ala más moderada del electorado; es decir, aquellos que no comparten las poses teatrales y el permanente conflicto del magnate que acostumbra llevar cualquier asunto al extremo, y que hasta el momento se había refugiado en la capa de la candidata Nikki Haley.
Por su parte, Robert F. Kennedy, descendiente de la famosa familia del asesinado presidente John F. Kennedy, que se postula como candidato independiente, afirmó que la condena de Trump será un “tiro por la culata” para los demócratas porque reforzará la popularidad del histriónico republicano. Aunque, el analista político Keith Gaddie, autor de varios tomos de teoría política y catedrático en la Universidad de Georgia y en la Texas Christian University, declaró a la agencia de noticias France Press que el impacto político del proceso histórico todavía está en proceso. “Probablemente no cambie muchos votos, pero en algunos estados específicos donde el sufragio es bisagra”, es decir que se inclina por uno o por otro candidato según la elección, “puede importar en los márgenes. En contiendas particularmente ajustadas, puede inclinar las cosas en una o en otra dirección”, agregó el catedrático.
Este planteamiento pone en claro la marcada polarización que sufre EUA con unas elecciones presidenciales tan anómalas —como es el caso de que un ex presidente declarado delincuente por 34 cargos encabece las encuestas de su partido para ser el candidato oficial al puesto—, a la vuelta de la esquina. Una situación que las campañas de ambos aspirantes están monetizando.
A tal grado se ha vuelto ríspida la competencia electoral en la Unión Americana, que inmediatamente que se dio a conocer el veredicto del jurado contra el hombre de la cabellera naranja, el Presidente Joe Biden publicó en la red social X que la única manera de alejar al estrafalario personaje de la Casa Blanca, es por medio de la urnas. En este anómalo proceso electoral, Biden recordó el enlace que ha aprovechado su competidor para avanzar en las recaudaciones de sus simpatizantes para la campaña. Parece que las acusaciones y el veredicto del jurado, en vez de perjudicarlo lo beneficia. Sorprende saber que el equipo del ex presidente aseguró que su página web se “había bloqueado durante varias horas ante la avalancha de donaciones. Tanto así que aseguraron había doblado la recaudación habitual.
Desde el inicio del proceso judicial en contra de Trump, el presidente Biden esquivó lo más que pudo el tema, para evitar dar municiones a los republicanos que lo acusan de intervenir en el sistema judicial. Ahora deberá tomar el toro por los cuernos. La cortesía del mandatario octogenario no puede continuar como hasta ahora.
En sentido contrario, la desfachatez del acusado es innegable. Desde el inicio del proceso el magnate neoyorquino repite hoy repite su versión: “este fue un juicio amañado y vergonzoso…No hicimos nada malo, SOY UN HOMBRE MUY INOCENTE”. Y los medios de comunicación le reproducen todas sus declaraciones sin ocultar ninguna.
Legalmente, la decisión del jurado de declararlo culpable de los 34 cargos no cambia el status electoral de Donald Trump; puede seguir siendo candidato y puede regresar a la Casa Blancas, así lo dispone la Constitución de EUA. Lo que significa que nada le impide continuar su campaña electoral, incluso en el improbable caso de que se le condenara a pena de cárcel.
El ex presidente Trump enfrenta otros tres juicios pendientes, dos de ellos en torno a sus maniobras para revertir el triunfo legal de Joe Biden en 2020, y el otro sobre su manejo ilegal de documentos de seguridad nacional clasificados después de concluir su mandato. Por sus pistolas Trump se llevó a su residencia de Mar-a-Lago, en Palm Bracho, Florida, documentos clasificados.
Por el momento, estos juicios pendientes están demorados principalmente por las maniobras legales de sus abogados. Todo indica que los mismos no culminarán antes de los comicios presidenciales el 5 de noviembre próximo. Dos de los casos son de carácter federal y, por lol tanto, sujetos a ser anulados si Trump gana la Presidencia, desde donde podría utilizar su autoridad para “indultarse”. El tercer proceso, al igual que el que concluyó el jueves 30 de mayo en Nueva York, son de carácter estatal y no están sujetos al Poder Ejecutivo Federal.
Sin duda Donald Trump es un pájaro de cuenta, o como se decía antes “un bribón de siete suelas”. Con toda desfachatez, a semejanza de más de un mandatario hispanoamericano de cuyos nombres no vale la pena hacer recordatorio pero que todos identificamos en nuestra patria y en otros países dignos de mejor suerte, sigue la práctica goebbeliana de repetir una mentira mil veces hasta convertirla en verdad: “el juicio en mi contra es una cacería de brujas”, de la “izquierda radical” encabezada por su contrincante Joe Biden. Por lo mismo, al conocer el veredicto del jurado de nueva cuenta declaró: “estoy luchando por nuestro país, por nuestra Constitución. Lucharemos hasta el final y ganaremos”. Está por demás decir que “él es el único que puede salvar a un país que está en declive, amenazado por una “invasión” de migrantes e indocumentados “que son peor que animales”. Ese es el “asmigou” del mandatario de origen tabasqueño que está a punto de terminar su mandato.
Lo peor de caso es que millones de estadounidenses creen a pie juntillas en lo dicho por Trump. Infortunadamente, la mayoría de los seguidores del magnate forman parte de la sociedad con menor nivel de estudios de EUA. Y de menores ingresos, pero convencidos del lema: “Mike America Great Again: Hacer grande a Estados Unidos otra vez”.
La contienda por la presidencia de EUA está en pleno desarrollo. Como todo bribón, Trump se declaró “mártir” y acusó a Biden promover sus juicios en contra: “si pueden hacerme esto a mí, pueden hacérselo a cualquiera”. Por su parte, Biden declaró que el hecho de que el ex presidente haya sido declarado culpable en Nueva York por pagar a cambio de silencio a una actriz pornográfica refiera el principio estadounidense de “que nadie está por encima de la ley”, y consideró “imprudente” y “peligroso” que su predecesor diga que el sistema jurídico está amañado. “A Donald Trump se le dieron todas las oportunidades para defenderse. Era un caso estatal, no federal, y fue escuchado por un jurado de 12 ciudadanos, 12 estadounidenses, 12 personas como ustedes”, recordó el presidente a los periodistas en la Casa Blanca.
Y agregó: “El jurado de Trump Fue elegido de la misma manera que son elegidos todos los jurados de EUA”, y resaltó que los miembros del jurado escucharon pruebas durante cinco semanas, y llegaron a “un veredicto unánime: declararon a Trump culpable de los 34 cargos por delitos graves”. En fin, indicó que es peligroso, es irresponsable que alguien diga que esto fue amañado sólo porque no les gusta el veredicto”. “El sistema judicial debe ser respetado. Y nunca debemos permitir que nadie lo derribe”. Ojalá en México el presidente escuche y entienda a Joe Biden. VALE.