Las conferencias de prensa matutinas, conocidas popularmente como “Las Mañaneras”, han sido un pilar fundamental en la estrategia de comunicación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Desde el inicio de su mandato, AMLO utilizó este formato no solo para informar a la ciudadanía, sino también para establecer la agenda política del país, responder a críticas y mantener una comunicación directa con el pueblo. Esta estrategia, aunque intensa y desgastante, demostró ser efectiva, permitiéndole al presidente estar presente en el discurso público de manera permanente.
Ahora, con Claudia Sheinbaum como la nueva figura de liderazgo, surge la pregunta inevitable: ¿Qué pasará con las Mañaneras? Sheinbaum ha manifestado su intención de mantener estas conferencias, pero queda por definir el formato y el sello personal que les imprimirá. Esta decisión no es trivial, pues las Mañaneras no solo son un mecanismo de comunicación, sino también un símbolo del estilo de gobernar.
Uno de los principales desafíos que enfrenta Sheinbaum es encontrar un equilibrio entre continuidad y renovación. Mantener las conferencias diarias implica un compromiso significativo de tiempo y energía, pero también asegura una presencia constante en los medios y una comunicación directa con la ciudadanía. No obstante, para evitar caer en la repetitividad y el desgaste, será crucial que Sheinbaum adapte el formato a su propio estilo y a las necesidades cambiantes del país.
El formato de las Mañaneras bajo AMLO ha sido extenso y a veces caótico, con participaciones de diversos funcionarios y una gran diversidad de temas abordados en cada sesión. Sheinbaum podría optar por un enfoque más estructurado, quizás con una duración más limitada y con una agenda de temas más enfocada.
Otra cuestión relevante es la participación de los mismos personajes que han sido parte habitual de estas conferencias. Sheinbaum tendrá que decidir si mantiene a estos actores o si introduce nuevas voces y perspectivas.
Sheinbaum tiene la oportunidad de innovar en la forma en que se llevan a cabo estas conferencias. Podría incorporar más tecnología, como la participación virtual de ciudadanos o expertos, y utilizar plataformas digitales para llegar a un público más amplio y diverso. La inclusión de formatos interactivos podría enriquecer el diálogo y hacer las conferencias más dinámicas y atractivas.
El éxito de las Mañaneras bajo AMLO ha sido también un caso de estudio para los profesionales de la comunicación. Sheinbaum tendrá que aprender de estas lecciones para mejorar y adaptar el modelo a su propio gobierno.
La continuidad de las Mañaneras bajo Claudia Sheinbaum representa tanto una oportunidad como un desafío. La clave estará en mantener la esencia de transparencia y comunicación directa, mientras se adapta el formato a un estilo propio y se responde a las necesidades actuales de la ciudadanía. Este equilibrio no solo definirá su mandato, sino que también servirá como un nuevo capítulo en la evolución de la comunicación gubernamental en México. Con el tiempo, las futuras generaciones de comunicadores y políticos analizarán este periodo como un ejemplo de cómo la comunicación efectiva puede ser un poderoso instrumento de gobernabilidad. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.
@onelortiz

