Lo que parecía imposible se hizo realidad en cuestión de días: Joe Biden, presionado por las pifias cometidas durante su primer enfrentamiento verbal con el ex presidente de EUA, Donald Trump, renunció a su candidatura presidencial. En su lugar, el octogenarias mandatario anunció que cedía sus derechos en la competencia a la vicepresidenta Kamala Devi Harris. En su fugaz y fallida campaña, el anciano pudo cometer una larga serie de errores, pero uno de ellos no fue tratar de impedir que la Vicepresidenta lo sustituyera. Es más, Harris resultó una excelente aspirante al puesto, al grado que en pocos días giró las tornas en la campaña que Trump estaba seguro sería un tranquilo y seguro fin de semana. En política, nunca se puede estar seguro de nada, mucho menos de un cantado triunfo electoral para regresar a la Casa Blanca, por otro periodo presidencial. El pueblo de Estados Unidos de América, prefirió cambiar la aguja de la brújula y propiciar la oportunidad de que los demócratas continúen en el poder. Aunque los republicanos no han rendido la plaza, los demócratas tampoco pueden dar por segura la derrota de los republicanos. Por lo menos, la moneda ya está en el aire.

El cambio de Biden por Harris no solo fue cuestión de edades, sino de estrategia política. Desde el momento en que el presidente decidió retirarse de la campaña, Kamala dejó en claro que continuará con la herencia de su antecesor, Joseph Robinette Biden Jr., (81 años de edad), aunque ella pondría su forma personal de conducirse. Por tal motivo, una parte de su equipo más selecto para intentar derrotar al magnate fue seleccionado por el todavía mandatario estadunidense, que además continúa siendo su jefe. Además, Kamala, que está a punto de pasar al círculo de sexagenarios, también echó la red en busca de profesionales que colaboraron con otros mandatarios estadounidense, sin dejar al paso otros personajes (asesores y confidentes) que estuvieron con la fiscal general en California, su estado natal.

La abogada californiana, apostó por un equipo juvenil, con distinta diversidad racial no dominado por blancos viejos. El equipo de Harris es su propia familia; el posible primer caballero, su esposo Douglas Craig Emhoff, y su hermana Maya, de 57 años. Un pequeño grupo profesional y preparado que en menos de un mes logró que la vicepresidenta recuperara meses de campaña. Además, hay gente nueva contratada como Brian Nelson y el propio esposo de Maya, Tony West, que ha apoyado la estrategia política desde el tiempo de la Fiscalía General de California. Y Maya, que se desempeña como presidenta de la campaña, además de ser su principal confidente.

A casi un mes de renunciar a la candidatura, Joe Biden cedió oficialmente el lunes 19 la batuta a la vicepresidenta Harris. Su mejor elección como relevo y número dos, al tiempo que afirmó en la Convención Demócrata que se desarrolla en Chicago, Illinois: “di lo mejor a ustedes”, ante el final de su gestión presidencial.

En el momento cúspide del primer día de la Convención Nacional Demócrata, el presidente de la Casa Blanca fue ovacionado de pie por varios minutos tras el discurso de su hija, Ashley Blazer Biden (4 3años de edad, trabajadora social, activista, filántropa y diseñadora de modas), quien lo hizo llorar al llamarlo inspiración y “la luz del camino”, acto que agradeció al poner su mano derecha sobre el corazón y declararse orgulloso de ella.

De tal forma, frente a miles de delegados y simpatizantes en la “ciudad de los vientos”, el presidente enumeró los adelantos de su gobierno, logros que se redujeron en realidad gracias a la colaboración de la ahora aspirante a la candidatura presidencial y amiga, pues en leyes relevantes fue decisiva con el voto de desempate —en su calidad de vicepresidenta—, en “los mejores cuatro años” de EUA, según el mandatario, especialmente tras el régimen de Donald Trump.

En su mensaje ante los convencionistas demócratas, que duró casi una hora, Biden ironizó que la primera mujer negra en el segundo mayor cargo de la Unión Americana hará historia en la Casa Blanca al exaltar que los mejores líderes fueron vicepresidentes antes, como él, lo que provocó la risa de los asistentes a la convención nacional.

Joseph Robinette Biden Jr., que en menos de tres meses cumplirá 82 años de edad, no podía dejar de utilizar el magnífico foro de la Convención Nacional Demócrata, pues sería en esa concentración donde originalmente se le ratificaría como abanderado partidista para enaltecer a Kamala Harris y atacar al expresidente republicano; en el lugar, Biden afirmó que Trump no se compara con una mujer de “gran integridad”, duro golpe al primer exmandatario convicto en EUA, donde se le califica como una amenaza a la democracia y la libertad.

Biden resaltó el poder y el crecimiento de las mujeres al apuntar que el Movimiento Make America Great Again (MAGA), lo descubrió en 2022, lo que se replicará en 2024, al prever el triunfo de la dupla Kamala Harris-Tim Walz, después de que la fiscal general de California apareciera sorpresivamente en el escenario nacional ante lo que calificó “de maravillosa semana”, pues la CND duraría otros tres días y Kamala cerrará los trabajos el próximo viernes 22 de agosto al aceptar la nominación partidista.

El presidente Biden enfatizó que está de por medio el futuro nacional y cuestionó que los estadounidenses prefieren a una lideresa que los defienda o a un político que no es digno, que se dobla ante el dictador ruso, Vladimir Putin, que amenaza con desconocer el resultado si pierde como en 2021 tras el golpe al Capitolio, que usa el poder para beneficiarse y amaga con demonizar a los migrantes al prometer la mayor deportación de la historia y derramar sangre.

El martes 20 de agosto, feriado de San Bernardo de Claraval, segundo día de la CND, el Partido Demócrata continuó con una lista de oradores que buscaron convocar a un abanico lo más amplio posible de votantes, por medio de la retórica elegante del expresidente 44 de EUA, Barack Hussein Obama (de 63 años de edad), y el discurso anticorporativo del senador socialista demócrata Bernard “Bernie” Sanders, de 82 años.

En la jornada nocturna que incluyó varios oradores de distintos talantes, desde el líder de la Cámara Alta, Chuck Ellis Schumer (de 73 años), originario de Nueva York, hasta el primer segundo caballero Doug Emhof, esposo de Kamala Harris, uno de los que más ganaron aplausos, fue Bernie Sanders, quien nunca ha dado paso atrás en el sentido de sus mensajes, por lo que volvió a reiterar: “necesitamos una economía que funcione para todos, no sólo para clase multimillonaria”.

De cara a los veinte millones de telespectadores que se calcula fueron testigos de la convención demócrata en la Ciudad de los Vientos, como de los asistentes a la reunión, el combativo Sanders elogió los logros del gobierno de Biden, y proclamó: “Estamos haciendo el trabajo de base para elegir a Kamala Harris y Tim Walz”. El anciano senador puso de relieve el remonte político de la campaña en curso.

El anciano parlamentario, que los republicanos han llegado a calificar como comunista, recordó que el 60% de los estadounidenses sigue viviendo “quincena tras quincena”. E insistió en la agenda inconclusa progresista de aumentar impuestos a los ricos del país, ampliar el acceso a la salud para los adultos mayores, elevar el salario mínimo y reformar el sistema electoral para que los multimillonarios “no puedan comprar las elecciones”.

Y, Sanders terminó su intervención en la convención en una crítica al apoyo de la administración de Biden a la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza en Nora de los palestinos terroristas. En la reunión Demócrata, fue el primer orador en hacerlo; de hecho, en muchas ocasiones anteriores, en el Senado y en otros actos políticos, lo ha repetido: “Tenemos que poner fin a esta guerra horrorosa en Gaza, regresar a los rehenes y exigir un alto el fuego inmediato”, señaló entre aplausos.

Si Sanders fue una gran figura de la CND, sin duda alguna, lo fue más la pareja de los Obama, la crema de la aristocracia demócrata. Para algunos, la figura fue Michelle, siempre entre los personajes más populares del país, tanto así que muchos comentaristas del país aseguraban que la madre de Malia y Sacha —las herederas de la pareja que vivió ocho años en la casa Blanca—, debería haber sido la abandera del PD y no Kamala Harris. Michelle ha escrito un bestseller biográfico que vendió más de 14 millones de ejemplares, superando los libros de Barack Obama. En la convención, las palabras de “esperanza” y de amor se repitieron en todos los tonos, pero sin mayor trascendencia, pero entusiasmaron a la concurrencia.

El primer mandatario afroamericano que llegó al poder en la Unión Americana coronó la noche del martes 20 de agosto, presentado por la propia Michelle, y nuevamente, con “su gracia y refinado talento político tomó en sus manos la Convención Demócrata”. Y advirtió con palabras claras: “Esta será una contienda muy cerrada en un país dividido” … ”El elector que decidirá esta elección es la que pregunta: ¿Quién está luchando por mí, por mi futuro, por mis hijos”.

Barack Hussein nunca ha mantenido ocultos sus ataques por los fracasos del régimen de Donald Trump, ni la conducta escandalosa del magnate desde que salió de la residencia presidencial, pero lo que provocó el mayo aplauso de la audiencia y las risas, fue cuando señaló que el rubio extravagante tiene una rara obsesión con el tamaño de las audiencias”, mientras con las manos hizo un gesto de un “tamaño chiquito de otra cosa que todos entendieron”.

Y, para que nadie dude que los Obama apoyan a Kamala Harris —descendiente de madre origen indio y de padre jamaicano—, el ex presidente precisó por qué la elegida de Biden fue la candidata ideal: “

“Nuestra tarea es convencer. La gente de que la democracia realmente pueda cumplir. Para hacerlo no podemos depender sólo de las maneras del pasado, sino que tenemos que trazar un nuevo camino hacia adelante”, dijo asegurando que se requieren nuevas políticas sobre acceso a vivienda, salud y educación. “En esta nueva economía, necesitamos un presidente al que realmente importen los millones de personas que hacen el trabajo esencial para cuidar a nuestros enfermos, los que limpien nuestras calles…Kamala será esa persona”.

En fin, Barack Obama afirmó, contundentemente, que los estadounidenses deben actuar para evitar cuatro años más de casos y quejas del exlíder convicto, pues “segundas partes suelen ser mucho peor”, mensaje directo contra el republicano y con el que exaltó al público al referir que éste sólo polariza, pues le conviene que la nación siga dividida”.

Joe Biden, que se despidió del pueblo estadounidense desde Chicago, en un lenguaje pragmático y triste, preguntó directamente a la audiencia: “¿Están listos para votar por la libertad de EUA?, dijo antes de recordar el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. “No puede decir que amas a un país sólo cuando ganas”, refiriéndose a Trump. “No hay lugar para la violencia política”, aseguró recordando el pasado profesional de su sucesora. “El crimen seguirá disminuyendo cuando pongamos a una fiscal en la Oficina Oval en vez de un criminal convicto”, subrayó.

Pese a todo. Nadie puede anotar victoria. El 5 de noviembre próximo se sabrá el desenlace. VALE.