Después de ser el gobernante de Israel en las últimas décadas con más tiempo en el poder (seis veces), gran parte de la ciudadanía judía se manifiesta en contra de Benjamín “Bibi” Netanyahu como protesta por el fracaso de no traer de vuelta con vida a los rehenes judíos capturados desde hace casi un año (330 días) por la organización terrorista Hamás, el 7 de octubre de 2023, considerado el “día de la ignominia” por el pueblo y el gobierno de Eretz Israel. El primer ministro pidió “perdón” a las familias de los rehenes encontrados asesinados el domingo 1 de septiembre apilados en un túnel en la Franja de Gaza. Las víctimas identificadas fueron el israelí-estadounidense Hersh Gilberto, Carmel Gat, Eden Yerushalmi, Alexander Lobanov, Almog Sarusi y Ori Danino.

Los ministerios de Defensa y de Salud informaron, de acuerdo a las autopsias, que las víctimas fueron ejecutadas a quemarropa 48 o 72 horas antes al recibir infinidad de disparos, lo que permite denunciar el “brutal asesinato” según declaró Daniel Hagan, vocero militar al periódico Times of Israel.

Ahora se sabe que Goldberg-Polin, de 23 años de edad, era un personaje conocido entre la comunidad judía y los terroristas. Había emigrado de California (EUA) a Israel a los siete años de edad, y se colaba en el festival de música Nova celebrando su cumpleaños cuando tuvo lugar el criminal ataque de Hamás. Videos difundidos por la propia organización palestina reproducían a los criminales lanzando granadas al refugio donde se escondió Hersh junto con otros infortunados compañeros. También filmaron los atacantes como lo subían a una camioneta, con un brazo herido, y finalmente en abril pasado apareció Goldberg en otro video dirigiendo un mensaje a Netanyahu y a su familia: “Siento que era como un símbolo de los rehenes”, declaró a la agencia Reuters Amnon Sadovsky, profesor de 70 años de edad, en el funeral del joven: “Necesitamos que haya humanidad para los judíos y los árabes”.

De tal suerte, el asesinato de estos seis rehenes avivó la indignación, el enojo, las protestas, un paro nacional y más reclamos en la nación judía contra Netanyahu, como el principal responsable de la demora para pactar una tregua con Hamas. Como dice Monserrat Salomón, en su columna Politicaltriage “Eres el líder, eres culpable”: “…para muchas personas estas muertes tienen una causa indirecta que no puede dejarse de lado: la influencia de Benjamín Netanyahu en el fracaso del acuerdo de paz entre los bandos en conflicto. Para Netanyahu y su gabinete un acuerdo de paz sería rendirse. Ellos se han puesto en la mira “la victoria total” y cualquiera otra cosa les parece quedarse cortos, sin importar que el conflicto se alargue y que las muertes se acumulen”.

Pese a pedir perdón a los familiares de los rehenes asesinados, “Bibi”, de 75 años de edad, que cuenta ya con una larga y criticada carrera política (de buenos y malos momentos, tanto en lo administrativo como en lo militar y familiar, su hermano preferido es considerado héroe en Israel), en un discurso dominical sobre los rehenes asesinados se mantuvo en la posición de no ceder ante Hamás, tras asegurar que la organización palestina “los ejecutó de un balazo en la nuca”.

La huelga general insólita en Israel provocó cierres y manifestaciones multitudinarias en varias ciudades israelíes, al tiempo que el presidente de EUA, Joe Biden, mostró una faceta ante Netanyahu que sorprendió a muchos. Que el primer ministro judío —aseguró el mandatario estadunidense—, no hace lo suficiente para llegar a un acuerdo de alto el fuego, aunque advirtió que los líderes palestinos pagarán por haber asesinado a seis cautivos inocentes.

Al parecer, el principal aliado de Jerusalén está desesperado. El octogenario jefe de la Casa Blanca habló con un periodista al llegar a la residencia presidencial en Washington para una reunión con los asesores involucrados en la negociación de un acuerdo entre los beligerantes del Oriente Medio. Cuando el reportero le preguntó si Netanyahu estaba haciendo lo suficiente, Biden respondió: “No”.

Sin embargo, agregó que “la esperanza es lo último que se pierde”.

Hay que señalar que la crítica de Biden al premier israelí se presenta cuando el presidente y la vicepresidenta Kamala Harris —candidata presidencial demócrata, enfrentan una creciente demanda para tomar medidas que finalicen la guerra de casi once meses en la Franja de Gaza.

Para nadie es sorpresa constatar que el conflicto en Oriente Medio ha provocado divisiones entre las filas del Partido Demócrata y muchos progresistas presionan a Joe Bien para que reduzca, o por lo menos ponga condiciones a los suministros de armas a Israel, principal aliado de Washington en Levante.

Por cierto, al respecto, el gobierno del Reino Unido anunció el lunes 2 de septiembre, que suspenderá unas 30 licencias de un total de 350 de exportación de armamento a Israel ante el posible riesgo de que sea utilizado para violar la legislación humanitaria, según dijo el ministro británico de Relaciones Exteriores, David Lammy, en alusión a la velada agresión israelí diaria contra la población palestina en Gaza y Cisjordania, con más de 40,000 muertos en once meses de guerra. Por su lado, el canciller judío Israel Katz, dijo sentirse “profundamente decepcionado”, al conocer la decisión de Londres de suspender el envío de una serie de armas a su país.

Incidentes aparte, la Franja de Gaza cuenta once meses bajo fuego, cada vez más nutrido y mortal. La población palestina ciertamente vive momentos muy difíciles aunque la tensión en Israel no es menor. Los civiles no tienen muchas opciones para resguardarse, dentro de un terreno aislado y amurallado. El hambre, las bombas, las balas y las enfermedades —aunque los programas de vacunación sobre todo infantil no se han suspendido—, afectan a la comunidad árabe y se acumulan los miles de muertos. El saldo aumenta cotidianamente. No hay punto final en este aspecto. ¿Hasta cuándo? Algo imposible de saber cuando la búsqueda de la justicia se quedó atrás y priva únicamente la venganza, de bando y bando. Los israelíes pierden frente a las pérdidas palestinas. La opinión pública internacional no está muy interesada en reconocer el derecho a la supervivencia de los judíos. El antisionismo tiene muchos valedores no solo en Europa y en la mayor parte del Oriente Medio, sino en la prensa estadounidense.

Es clara Montserrat Salomón cuando explica que “la población de Israel está dividida. Netanyahu siempre ha tenido este efecto. Una parte quiere y exige el alto el fuego, el regreso de los rehenes aún retenidos y recuperar la tan ansiada normalidad. Llorar a sus muertos, y dejar de alimentar la máquina de odio y muerte que es la guerra. La otra mitad se compone de aquellos que buscan la aniquilación del enemigo y los que sienten que una demostración de fuerza militar los mantendrá a salvo ante amenazas incluso más serias, como la Unión de Hamás, Hezbolá y la poderosa Irán”.

De tal forma, la huelga general convocada en Israel para presionar al gobierno para que negocie con Hamás, la liberación de rehenes, fracasó, luego de que un juez ordenara el regreso al trabajo, tras considerar que el movimiento era “político”. Convocada la huelga al calor de la indignación nacional, provocada por la masacre a sangre fría de seis rehenes israelíes a manos del terrorismo palestino de Hamás, el Tribunal Laboral de Israel dio la razón a la fiscal del Estado, Gali Baharav Miara, contra el parecer de la central sindical Histradut (Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel) de que se trata de un paro político y no causado por un “conflicto laboral colectivo”.

El juzgado de Tel Aviv ordenó poner fin al paro a las 14.30 hora local, del lunes 2 de septiembre, tras media jornada de una huelga nacional simbólica, pero con seguimiento desigual, a la que se sumaron bancos, algunas universidades y servicios de correos y transporte, en otros sectores. En ciudades como Tel Aviv y Haifa, el seguimiento de la huelga fue mayor, mientras en las alas conservadores Jerusalén, las calles parecían tranquilas, con solo algunos comercios y bancos que no prestaban servicio.

El aeropuerto internacional David Ben Gurión de Tel Aviv, sirvió como termómetro de la situación. El aeródromo recibe la inmensa mayoría de entradas y salidas por vía aérea. Después de varias horas de presiones durante el domingo 1 de septiembre, la huelga acabó limitada a dos horas (de 8 a 10 a.m.) y solo para los despegues, sin impedir los aterrizajes.

“Vivimos en un Estado de Derecho y respetamos la decisión del Tribunal. Por ello instruyo a todos a volver al trabajo a las 14.30 horas, ordenó Arnon Bar David, líder de la federación laboral que representa a 800,000 trabajadores en Israel. No obstante, el líder sindical aclaró que “era importante enfatizar que la huelga de solidaridad (con los familiares de los rehenes que la solicitaron) ha sido una medida importante y la respaldo”.

El fallo judicial y el desigual seguimiento de la huelga son pequeños premios de consolación para el acorralado Netanyahu, quien arremetió contra el sindicato y contra quienes la siguieron o se manifestaron en las calles para exigirle que fuera más flexible en las negociaciones de alto el fuego con Hamás, a cambio de la liberación de los rehenes. “Es una vergüenza. Es como decirle a el dirigente de Hamás, Yahiaj Sinwar: “has matado a seis personas, nosotros te podamos”, declaró el primer ministro israelí durante una reunión de su gabinete ultra derechista.

A su vez, el ministro de Finanzas judío, Bezalel Smotrich, mostró su satisfacción en la red X,            al celebrar que “el tribunal aceptó nuestra posición y determinó que la huelga de la Histradut era política e ilegal”. Smotrich, por cierto, considera cualquier alto el fuego con Hamás como un acuerdo de rendición”.

Mientras Netanyahu enfrenta las manifestaciones populares en su contra, la guerra continua dia y noche. Al tercer dia de iniciado el mes de septiembre, en el bando palestino cayeron 33 milicianos de Hamas y de la Yihad Islámica en el sur y el norte de la Franja. Aprovechando algunas pausas entre combate y combate, continuó el programa de vacunación contra la poliomielitis en la zona centro de Gaza. Además, perecieron ocho hombres armados cerca del hospital árabe Al Ahli, incluido el comandante de Hamas, Ahmed Fozi Nazer Muhammad Wadia, de acuerdo con las fuerzas de defensa de Israel.

Y, en una nota humanitaria, la Organización Mundial de la Salud anunció que el portavoz del hospital, ha realizado sus objetivos de vacunación, al alcanzar a más de 161 mil niños, una cuarta parte de los menores de 10 años de edad en Gaza.

En fin, fiscales estadounidenses presentaron cargos penales contra cinco dirigentes de Hamas, entre ellos el líder político Yahya Sinwar, por la muerte de al menos 43 de conciudadanos de la Unión Americana en Israel el 7 de octubre de 2023. Como se ve, la guerra va para largo, permanezca o no en el cargo Benjamín Netanyahu. VALE.