Varios temas saltan a la palestra, se sitúan en las marquesinas de la opinión pública por razones obvias, las consideraciones y matices al respecto abundan, veamos: la presidenta Claudia Sheinbaum cumplió recientemente sus primeros cien días al frente del Poder Ejecutivo en nuestro país. El que una mujer sea la presidenta de México es ya un parteaguas porque ser la primera que gobierna un país tras doscientos años de república, es un signo de los tiempos que impactará y ya lo hizo en una nación de raíces patriarcales.
Primeros cien días, una administración aún reciente que de alguna manera sigue una continuidad respecto al ex mandatario Andrés Manuel López Obrador, el segundo piso de la 4T le denominan, Morena gana casi todo en el terreno electoral y no es propiamente un típico partido político, es un movimiento social que ha resultado exitoso.
La oposición tiene una lógica predisposición contra el gobierno federal, aunque no puede ocultar su retroceso, exhibe su ruina porque ha sido en términos electorales derrotada abrumadoramente, actualmente no gana ni los discursos ni las votaciones en el Poder Legislativo.
Actualmente se habla de fundar nuevos partidos políticos aunque quienes impulsan dichas iniciativas son cuadros ya conocidos que no hacen percibir un cambio radical, son las mismas caras y discursos de siempre, gente que viene de sendos fracasos y sin consistencia ideológica alguna.
Ya se fueron los primeros cien días del gobierno federal, aún sería prematuro establecer un juicio categórico respecto a sus alcances, se percibe mayor cuidado en materia de seguridad pública porque se han registrado capturas de personajes vinculados al crimen organizado, la inseguridad es el principal problema que está latente, lo ejemplifican los homicidios dolosos. Hay enormes porciones del territorio nacional que significan tierra de nadie, muchas carreteras resguardadas por la delincuencia.
Se espera haya frutos en temas torales, además del rubro de la seguridad pública hablaríamos de la educación y la salud, temas prioritarios por todo lo que representan, el ámbito cultural también ocupa mayor impulso, aunque tendrá menos presupuesto.
En materia de política exterior se habrá de revisar que sucederá una vez que el próximo 20 de enero asumirá la presidencia de Estados Unidos el inefable Donald Trump y su dilatado paquete de ocurrencias cifradas en el mal gusto, su talante excluyente, racista y chabacano.
Donald Trump se comporta de manera atípica si se compara con otros presidentes de la Unión Americana, su léxico, las etiquetas que pone a los emigrantes, principalmente a los mexicanos, amenazas un día si y otro también. Parece una expresión muy personalísima del destino manifiesto.
En nuestro país hace falta un llamado a la unidad, máxime los tiempos que se avecinan, al final del día somos alrededor de 130 millones de mexicanos, de los cuales la inmensa mayoría no tienen militancia partidista, tenemos nuestra historia que no depende de nadie porque se reinterpreta una y otra vez, hay quienes lo hacen con dogmas de por medio y presumen cosas que nadie puede probar.
En fin, ya pasaron los cien primeros días de la presidenta Claudia Sheinbaum, en general bien sin sobresaltos ni una crisis pronunciada, el principal problema es la inseguridad. En Estados Unidos arriba Trump y allá no pinta bien el nuevo tiempo.