Estos comentarios están referidos a un género específico de políticos, no los mejores, pero, de momento, sí los peores: algunos gobernadores. Para el caso sí importa su origen: todos son morenistas; ese es el elemento común que los une, distingue y, a pesar de sus vicios, errores y excesos, por razones que desconocemos, Morena los defiende de sus enemigos y los sostiene en el cargo.
No son objeto de este comentario los gobiernos municipales, cuando menos por lo que toca a las ciudades más importantes: Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Puebla, Acapulco o Ciudad Juárez; no por que estén exentos de pecado o carezcan de defectos, sino por razón de que su caso amerita un apartado especial.
Los gobernadores morenistas, en menor o mayor grado, tienen el sello de la casa: son corruptos, inexpertos e incompetentes. Tienen otros vicios; no viene al caso mencionarlos. Si tienen virtudes, eso es algo que sólo ellos y sus familiares más cercanos lo saben.
Muy pocos o nadie pondría al margen de sospecha de ser incompetentes a gobernadores como los de Sinaloa, Sonora, Michoacán, Guerrero, Chiapas y Tabasco, entre otros; sólo por mencionar a los más notables. Los otros, fundada o infundadamente, no están al margen de sospecha. El gobernador de Sinaloa: Rubén Rocha Moya, al vicio de la incompetencia, añade el de existir la sospecha de que tiene nexos inconfesables con organizaciones que actúan en contra de la Ley.
Hay algo en lo que no se ha insistido mucho: el supuesto viaje que el gobernador Rocha Moya hizo a los Estados Unidos de América, el mismo día en que fue secuestrado Ismael Zambada, el Mayo. No deja de ser sospechoso que se haya afirmado que no asistió a la junta con los capos, por razón de ese supuesto viaje en un avión particular. Al parecer no existió y, como están las cosas, todo indica que, a pesar de ser gobernador, el cargo no lo hubiera puesto a salvo de ser detenido, de haber pisado territorio estadounidense.
Muchos se preguntan del por qué, existiendo tantos cuestionamientos respecto de su persona, ejercicio y nexos, nadie con poder o influencia, le haya exigido renunciar al cargo. Lo que da lugar a más interrogantes es que en su momento el gobernador Rocha haya sido apoyado y defendido por AMLO; y ahora también por la señora Sheinbaum, como presidenta de la República. Todos nos preguntamos el por qué, existiendo graves cuestionamientos respecto de su persona, de sus acciones y omisiones, se le sostenga en el cargo.
El gobierno puede recurrir a la institución a la desaparición de poderes. No lo ha hecho. Tratándose de gobiernos de la oposición en un pasado próximo, se invocaba más como amenaza, que como un recurso a disposición del gobierno federal y del senado que es controlado por Morena. Félix Salgado Macedonio, como senador de la república, invocaba esa institución a la primera dificultad que tenían los gobernadores de oposición. No lo va a hacer tratándose de los gobernadores de Sinaloa, Tabasco o Chiapas, entidades que se hallan en auténtica anarquía o sumidos en una corrupción generalizada; mucho menos lo haría por lo que toca al estado de Guerrero, que mal gobierna su hija: En esa entidad prevalecen la incompetencia, la corrupción, el mal gobierno y sobran las canciones. Hay carencia de oficio y de atención a los problemas de delincuencia.
La gobernadora del estado de Guerrero, a la inexperiencia une un vicio imperdonable: ser hija de quien es: de un artista, metido a político que ha asumido el papel de cacique de la región, que no está exentó de dudas en cuanto a sus posibles nexos con gente malosa.
La ingobernabilidad que se observa en el estado de Tabasco políticamente es inexplicable: siendo AMLO y Adán Augusto López originarios de esa entidad y conociendo o debiendo conocer los niveles, inaceptables desde luego, que había alcanzado la delincuencia organizada, no hicieron nada para combatirla o, cuando menos controlarla; no existe razón que explique la omisión; no lo es la política de abrazos y no balazos.
En el caso hay muchas cosas inexplicables. Finalmente, el gobernador Javier May Rodríguez es morenista, impuesto por AMLO y apoyado por su movimiento.
La criminalidad de Chiapas, por donde se le vea, es reprobable: se asesina impunemente, por igual a civiles y religiosos; a militares o paisanos, como denomina la Constitución a quien no pertenece a las fuerzas armadas (art. 13).
En la Ciudad de México: tuvimos un informe: el de los primeros 100 días. No podían faltar los acarreados y los excesos publicitarios. Clara Brugada está brincando para que la vean en el 2030; que le baje un poco; en respeto de la equidad de género, para ese año le toca la presidencia a un hombre. En este momento, en México, no ha entrado en vigor lo ordenado por Donald Trump, en el sentido de que sólo hay dos sexos: el femenino y el masculino. México no ha sido amenazado con aranceles para el caso de que sigamos insistiendo en la existencia de estados intermedios entre ambos sexos.
En el nivel local Morena y ningún partido político están acreditando líderes que pudieran substituir a la clase gobernante central actualmente en ejercicio.
Como van las cosas, todo apunta a que, para las sucesiones presidenciales de los años de 2030 en adelante, Morena no va a contar con la posible candidatura de un gobernador que contienda por la presidencia de la república. Ello significa un riesgo más para perder el poder, tal como le sucedió al PRI; éste encontraba apoyo en caciques locales como: Rubén Figueroa, Gonzalo N. Santos y Carlos Jongitud Barrios; y candidatos a presidentes de la República en gobernadores, como Venustiano Carranza, de Coahuila; Adolfo de la Huerta, de Sonora; Emilio Portes Gil, de Tamaulipas; Pascual Ortíz Rubio, de Michoacán; Abelardo L. Rodríguez, del territorio de Baja California Norte; Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines, de Veracruz; Vicente Fox Quezada, de Guanajuato; Enrique Peña Nieto, del Estado de México; Andrés Manuel López Obrador del Distrito Federal y Claudia Sheinbaum, de la Ciudad de México. O precandidatos o candidatos a la presidencia de la República como Gilberto Flores Muñoz, de Nayarit y Francisco Labastida Ochoa, de Sinaloa. En política todo cuenta, tanto para conservar el poder como para perderlo.
En ese contexto la presidenta señora Sheinbaum y Morena no pueden darse el lujo de que, por una imagen negativa de algunos gobernadores, su Movimiento pierdan crédito entre la ciudadanía, votos al momento de que se realicen elecciones e, incluso, posibles candidatos a la presidencia de la República.

