«Imperare sibi máximum impérium est»
Gobernarse a sí mismo es el gobierno más difícil
En esta semana en la que en el mundo cristiano se conmemora la pasión, crucifixión y resurrección de Cristo, resulta propicio hacer un alto en el camino para reflexionar sobre los acontecimientos que hemos venido viviendo en los últimos tiempos. La llamada Semana Santa o Semana Mayor en la religión cristiana, es pues ocasión propicia para reflexionar.
La fiesta pascual de los cristianos tiene sus raíces en la pascua de los judíos, o Pesaj, que es una festividad religiosa judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. La celebración judía, se entiende mejor al conocer los ritos de celebración pascual del Antiguo Testamento para luego interpretar el misterio de la muerte y la resurrección de Jesús, que constituye la fiesta más importante de la religión cristiana de la iglesia católica.
El origen puede rastrearse desde la noche de los tiempos cuando los pastores nómadas celebraban con una fiesta especial el comienzo del año o la transición entre el invierno y la primavera. Coincidía con la época del año en la cual nacían las crías de las ovejas. La noche del primer día de luna llena de la primavera se reunían los pastores en el desierto, sacrificaban un cordero, y después lo comían para realizar un rito mágico-religioso para ahuyentar a los espíritus que podían perjudicar al ganado o para obtener la protección de los buenos espíritus y agradecían a los dioses la protección a su pueblo. Posteriormente se conmemoró la salida del pueblo hebreo de Egipto guiados por Moisés, quien condujo al pueblo judío.
Desde la conquista española en nuestro país, en estos días se ha conmemorado por la comunidad cristiana, que representa la mayoría de la población, con un espíritu de reflexión, meditación e introspección, así como, con representaciones de la pasión de Cristo, algunas de las cuales son famosas como: la procesión silenciosa de San Luis Potosí; los penitentes de Taxco; la pasión de Iztapalapa en el Distrito Federal; la de Metepec o la de Tenango del Valle, en el Estado de México, por citar algunas.
A la par de las celebraciones religiosas dentro de un particular “sincretismo religioso mexicanísimo” estos días se convierten en temporada de holganza, esparcimiento, diversión y hasta de excesos; de vacaciones en distintos lugares, en playas, quienes pueden, aunque algunos pueden con visita previa o posterior al Monte de Piedad. En suma, tenemos nuestra propia tradición.
Por lo que hace a la política arancelaria de Donald Trump sobre todo y contra todos continua haciendo estragos en las finanzas de diversos países, China respondió la agresión con otro golpe aumentando los aranceles sobre los productos estadounidenses y devaluando su moneda para depreciar sus mercancías que exporta, los países europeos se mantienen firmes y con la esperanza de un viraje hacia atrás por parte de Trump, y México asume el golpe sobre los aranceles al acero y al aluminio así como a los automóviles fabricados en México a los cuales se establecerá un arancel diferenciado según la procedencia original de cada marca; por lo que hace al sector campesino empezaron por imponer aranceles al tomate (jitomate) mexicano para proteger el que se produce allá en Estados Unidos.
Deseamos que los mexicanos que decidan vacacionar sin tener en cuenta la crisis económica que asola al mundo y que ha empezado a causar estragos en México, lo hagan con mesura para que a su regreso puedan retomar su vida diaria sin preocupación.
Por lo pronto en estas Semana Santa y Semana de Pascua, esperemos que opere la cordura y se cumpla las palabras pronunciadas por Jesús: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
La Pasión de Cristo tiene otras lecturas filosóficas y de mayor trascendencia que afectan el paso del hombre en el tiempo infinitesimal de la vida humana. La sociedad espera un planteamiento y un convencimiento de construir una vía por donde transitar hacia una sociedad más justa. Un mundo mejor, como el que Jesús soñó y prometió para toda la humanidad.