La igualdad sustantiva es el acceso al mismo trato y oportunidades, para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y a las libertades fundamentales, y que los grupos de atención proritaria son todos aquellos que presentan alguna situación de desigualdad estructural y que por mucho años han sido discriminados, excluidos y violentados, por ello se llevará a cabo la inauguración del CINECLUB DE LA IGUALDAD SUSTANTIVA, en la Casa del Adulto Mayor, Plazuela de los Reyes, No. 3, Barrio de Los Reyes, Alcaldía de Coyoacán, el viernes 11 de julio, a las 11:00 hrs., con la proyección la película Los olvidados (México, 1950) de Luis Buñuel. Agradezco el apoyo de July Muñoz de Cote, Subdirectora de Igualdad Sustantiva y Grupos Prioritarios, de la Alcaldía, a cargo de Giovani Gutiérrez Aguilar. El ciclo se compone de seis temas y películas: 1. Infancia y juventud: Los Olvidados (México, 1950) de Luis Buñuel, 2. Adultos mayores: Los años de Greta (México, 1992) de Alberto Bojórquez), 3. Diversidad Sexual: El lugar sin límites (México, 1978) de Arturo Ripstein, Discapacidades: El país del silencio y la oscuridad (Land des Schweigens und der Dunkkelheit, Alemania, 1971) de Werner Herzog, Violencia contra las mujeres: El color púrpura (The Color Purple, Estados Unidos, 1985) de Steven Spielberg y 6. Personas en situación de Calle: De la calle (México, 2001) de Gerardo Tort.
Los olvidados (México, 1950) de Luis Buñuel.
Salvador Elizondo escribió: No suscribo ese principio de identidad que pretende asimilar al Buñuel de Un perro andaluz y de La edad de oro con lo que fue propiamente la vanguardia. Esta propendía a meditar en términos casi estrictamente formales, mientras que el surrealismo que daba origen a las dos películas citadas se complacía más en una meditación en la que la poesía, henchida de imagenes violentas e inusitadas, apuntaba un dedo acusador hacia las costumbres de la época. Por eso, porque encuentro no sólo al técnico y al artista, sino también al moralista, considero que su obra es valiosa; porque aúna en una sola dimensión formal aspectos de la vida que dificilmente hubieran cabido en la obra de arte sin la manipulación de un artista de talento.”
Jean Mitry escribió: Proceso a la delincuencia juvenil. El autor se esfuerza en ser objetivo, y, sin embargo, pese a ello, el film no es otra cosa que un grito de angustia y de revolución. Se puede comparar el tratamiento de este mismo tema en dos films (uno, anterior y otro, posterior). El camino de la vida de Nicolai Ekk, canto de esperanza, algo simple y optimista, y Rebelde sin causa de Nicholas Ray, donde el artificio acaba desembocando en una inegable sinceridad. En Buñuel, el condicionamiento social, que convierte a un niño en un descarriado o en un criminal, está descrito con una claridad y, también, con una ternura en la mirada, de las que sólo él es capaz”.
En 2003 fue nombrada Memoria del Mundo por la UNESCO y ha sido clasificada como una de las 100 mejores películas del cine social y político, en los siguientes términos: “Basada en hechos reales y en la autenticidad de los personajes, Los olvidados supuso para Luis Buñuel un gran reconocimiento internacional, ya que este filme fue premiado en Cannes. El director español pretendió con el mismo mostrar la desnuda realidad de los barrios del extrarradio de las grandes ciudades, donde la delincuencia juvenil es frecuente y las clases sociales viven marginadas del desarrollo económico del resto de la población. Son pocas las espectativas de los adolescentes: desempleo, delincuencia, violencia, pobreza… y Buñuel recoge esta problemática en los años cincuenta, extrapolable a la actualidad. En principio quizo realizar un melodrama convencional, pero el productor Oscar Dancingers le animó para rodar algo más serio; surgió así la idea de hacer ‘una historia sobre los niños pobres de México’. En efecto, la película rezuma una miseria omnipresente, en las estrechas viviendas, en la pandilla holgazana, en el ciego paupérrimo, llegando a un máxima expresión en los pordioseros que disputan un cubil a Pedro. A ello se añade una sórdida historia de asesinato, que ahonda aún más en la fatalidad del destino de esas clases desvaforecidas, máxime cuando Pedro pretende salir del pozo y el Jaibo se lo impide. Quizá sea la figura de Pedro la que mejor representa ese trágico destino, pues parece nacer ya condenado, puesto que la misma madre lo rechaza. Es significativo el papel de la policía y del director de la escuela-granja, que se muestran comprensivos ante la desgracia humana de unos chavales inocentes que se convierten en delincuente a causa del odio que van incubando por la injusticias que han de padecer.
Buñuel se embebió durante varios meses de las circunstancias miserables por las que atravesaban los ciudadanos de los barrios olvidados, y gracias al escritor Pedro de Urdimales logró captar el habla popular mexicana para los diálogos. Desde luego, la relación de la película con el neorrealismo italiano es evidente, sobre todo en la autenticidad de los habientes y en el modo documentalista de la realización. Sin embargo, Buñuel cuidó mucho las escenas y las situaciones para conseguir su objetivo de denuncia. Además, Los olvidados presenta momentos de carácter surrealista, como los sueños de Pedro, y otros que podríamos denominar ocultos, como la supertición de Ojitos”.
Cuando se le preguntó a Luis Buñuel si le interesaba tratar en la película la reeducación de los menores, contestó: “No. Me interesaba hallar personajes e historias. Consulté detalles en el tribunal para menores, con un siquiatra, con María de Lourdes Rico. Pude leer tarjetas de un gran número de casos, interesantísimos. También me sirvieron noticias que salían en la prensa. Por ejemplo: Leí que se había encontrado en un basurero el cadáver de un chico de unos doce años, y eso me dio la idea del final”.
“He observado cosas -ha dicho Buñuel a propósito de Los Olvidados- que me han dejado atónito y he querido transportarlas a la pantalla, pero siempre con una especie de amor que tengo por los instintivo y lo irracional que puede aparecer en todo”.


