In Memoriam de Angel Macías Barba.

En 1957, a los 12 años de edad, fue    

Paradigma de los niños y jóvenes de

México (RIP, 27/VII/2025)

A lo largo de la historia el ser humano ha demostrado que es capaz de soportar todo tipo de sufrimientos. Físicos y morales. Pero hay algo que es imposible evitar: el hambre. Mucho menos cuando la hambruna sobreviene por la guerra, cuando el dios Ares hace tabla rasa y no perdona ni sexo ni edades. Aunque parezca inaudito, en pleno siglo XXI, en la Franja de Gaza, muchas personas mueren de hambre porque en su territorio se desarrolla una batalla permanente entre soldados israelíes y fuerzas palestinas, en uno de los periodos más violentos del conflicto en los últimos años. El enfrentamiento entre los dos bandos alcanzó una tensión sin precedentes tras la incursión armada de Hamás —que “controla” la franja, en principio— en Israel, el 7 de octubre de 2023, y la respuesta de las fuerzas armadas israelíes tras el ataque palestino que dejó más de mil muertos y secuestrado alrededor de 200 personas. No hay una sola “guerra limpia”, todas las guerras “son sucias”. Por eso, en las guerras, aunque siempre hay un vencedor y un derrotado, nadie, en realidad, gana.

Los destrozos en la Franja y en Israel, y el número de muertos y heridos, sobre todo en Palestina, es mayor de lo que los medios y las “fuentes oficiales” informan. Las consecuencias de esta guerra en la Franja son incalculables. Y el morbo de cada bando las vuelven increíbles. Juego macabro que poco ayuda para que el conflicto llegue a su fin. Desafortunadamente.

Este es el último escalón de un conflicto largo, sangriento y sin resolución cercana que durante décadas ha marcado el Medio Oriente. El resultado es que la Franja vive días infernales en los que la muerte se ha ensañado en la población infantil palestina, ensañamiento que propios y extraños señalan como responsable a Benjamín Netanyahu, el primer ministro y a los altos mandos del ejército de Israel. Los adversarios del gobierno jerosolimitano no están exentos de culpa del conflicto; el 21 de noviembre la Corte Penal Internacional (CPI), de La Haya, emitió órdenes de detención —hasta el momento no cumplidas—, contra Netanyahu y el ex ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y de un dirigente de Hamas, Ibrahim al-Macri, por presuntos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en el conflicto de Gaza. Respecto al dirigente terrorista de Hamás, también conocido como Mohammed Deif, circula la versión de que murió en un bombardeo israelí. La Corte mantiene suspendida su detención.

La CPI no es un órgano de Naciones Unidas, pero sí recibe casos del Consejo de Seguridad de la ONU; fue fundada por el Estatuto de Roma en 1998. En enero de 2025, 125 países forman parte del citado Estatuto. China, India, Rusia, Israel y EUA, no forman parte del mismo.

Al paso de los días, es evidente que el género humano es el único animal, “racional”, que se tropieza varias veces con la misma piedra. La terrible lección que el Holocausto dejó para la posteridad parece que no fue suficiente. “Never more” (“Nunca más”) fue el lema del levantamiento de los judíos en el gueto de la ciudad de Varsovia, capital de Polonia, el más grande centro de reclusión de los judíos establecido en Europa por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. En el verano del año 1942, alrededor de 300 mil judíos fueron deportados de Varsovia al campo de exterminio de Treblinka para ser ejecutados. El 19 de abril de 1943 comenzó el heroico y desesperado levantamiento de los judíos en el gueto y terminó el 16 de mayo del mismo año, ante la inmisericorde fuerza de las tropas alemanas.

El lema de los sublevados que prefirieron morir luchando que de hambre, fue “Nunca más”, mismo que muchos años después el rabino de origen estadounidense, Marshall Theodor Meyer, sugirió llamar al Informe Final de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas en Argentina, después del derrocamiento de la Junta Militar que se hizo del poder en el país sudamericano desde 1973 hasta 1983; entre 20 mil y 30 mil argentinos fueron ejecutados por los militares. La idea es que la Humanidad no volviera a conocer nunca más la muerte de seres humanos por órdenes de gobernantes castrenses.

Ante lo que sucedía en Argentina, el rabino Meyer decía que “no tenia derecho a permanecer callado”. Ahora, frente a la muerte por hambre —o por los disparos y el estallido de granadas y misiles—, nadie tiene “derecho a permanecer callado” por lo que cotidianamente sucede en la Franja de Gaza.

Los testimonios en contra de lo que acontece en la Franja de Gaza no solamente provienen de palestinos radicados en el territorio palestino. Hay otros personajes que tampoco han “callado” y dan a conocer sus propias versiones. Por ejemplo, el senador independiente estadounidense, Bernard (Bernie) Sanders, declara. “Ciento treinta personas murieron y más de mil resultaron heridas el fin de semana anterior. La gente se muere de hambre. Muchos fueron baleados por el ejército israelí mientras trataban de conseguir comida esto es una completa locura e inaceptable. No más ayuda militar estadounidense a Israel.

La abogada e internacionalista italiana, Francesa Albanese, originaria de Ariano Irpino, relatora de la ONU sobre los Territorios Palestinos, por vía de X, manifestó: “Ahora el ejército israelí ataca a niños hambrientos en Gaza, mientras aterroriza a otros palestinos, junto con lunáticos violentos en Cisjordania. En estos últimos 650 días, Israel ha escrito una de las páginas más oscuras de la historia de la humanidad. Y es absolutamente repugnante que los líderes de la UE han recompensado a este país con una mayor asociación económica en lugar de poner fin al genocidio”. Aunque otros países, como Alemania, hayan protagonizado otras páginas oscuras en la historia, el aserto de la autora del interesante libro Quando il mondo dorme es totalmente válido.

Last, but no least (Al último, más no menos importante), es la afirmación de la historiadora musical, superviviente del Holocausto, Agnes Kory que declara. “Soy una judía sobreviviente del Holocausto nazi y digo que las atrocidades que Israel comete en Gaza son muy similares a las que los nazis perpetraron contra nosotros. Están preparando el último paso, reunirlos a todos y aplicar la Solución Final”.

Más que los testimonios cuentan los hechos, la realidad cruda. Narran los cronistas, por ejemplo, que el viernes 25 de julio, una niñita recién nacida a la que habían llamado Zainab Abu Halib, se convirtió en una víctima más por inanición en la Franja de Gaza, después de 21 meses de guerra y restricciones israelíes al ingreso de alimentos básicos.

La pequeña Zainab llegó al departamento de pediatría del Hospital Nasser por la tarde del viernes. Demasiada tarde para salvarle la vida. Un empleado de la morgue se encargaba de preparar el pequeño cadáver. Visiblemente emocionado, vio que su edad pulgar era más grueso que el tobillo de la bebé. La madre de la pequeña dijo que Zainab había pesado poco más tres kilogramos cuando nació. Pero al morir pesaba menos de dos kilos. Uno de los médicos explicó a un periodista que el caso de la niña lo calificaba como de “inanición extremadamente severa”.

Según el último balance publicado por el Ministerio de Salud del territorio bajo control de Hamás, Zainab es una de las 85 menores que han fallecido por causas relacionadas con el hambre en las últimas tres semanas. Otros 42 adultos fallecieron por causas relacionadas con la desnutrición en el mismo periodo.

Resulta que la llegada de niños que sufren de inanición al Hospital Nasser ha aumentado en las semanas recientes, de acuerdo a las declaraciones del doctor Ahmed al—Farah, jefe de pediatría del citado nosocomio.

Mientras la guerra continua sin visos de terminar a corto plazo, la mayoría de las naciones actúan como si los sucesos de la Franja de Gaza no fueran muy importantes, y que la suerte de los implicados corresponde únicamente a ellos mismos. Otros, como el presidente de Estados Unidos de América, demuestra lo “miserable” que pueden ser los hombres del poder.

Trump lamentó el domingo 27, en Turnberry, Escocia, después de haber jugado golf en la inauguración de uno más de sus negocios golfísticos —al parecer lo único que le interesa en la vida—, que mientras EUA había “donado” 60 millones de dólares a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), sin recibir ningún agradecimiento “mientras ningún otro país ha donado nada”, al tiempo que aseguró que Israel tendrá que “decidir qué hacer” con la Franja de Gaza en el futuro, después que se suspendieron las conversaciones de alto el fuego.

En otras declaraciones por su red social, Trump declaró que al contrario de lo que afirma Netanyahu de que en la Franja “nadie se muere de hambre”, el magnate aseguró: en “la TV se ven con hambre”. Y agregó, “apesadumbrado: “Eso es terrible”, y sin aclarar a quien acusaba, acusó que “se están robando la comida, el dinero y las armas”.

En tanto el éxodo de palestinos a donde pueden irse, la prensa internacional informa que Israel anuncia una “pausa técnica” en su ofensiva en algunos lugares de la Franja. Circulan videos donde se aprecia camiones cargados con sacos blancos llenos de alimentos, se supone. Vehículos procedentes de Egipto y aviones jordanos y emiratíes distribuyeron, el fin de semana suministros al pueblo palestino. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU advirtió que la población de Gaza, de 2.1 millones de personas, se enfrentan a una crisis de inseguridad alimentaria aguda. A su vez, Jerusalén culpó al organismo mundial por la falta de ayuda, que ha provocado muerte por hambruna, especialmente entre niños. E Israel continúa recibiendo críticas internacionales cada vez más duras. Todos contra todos.

Con el propósito de esquivar las culpas, el gobierno de Jerusalén anunció que lanzó ayuda con sus aviones y rechazó las acusaciones de usar el hambre como arma en el territorio palestino devastadora por más de 21 meses de guerra. El director de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, celebró el anuncio de “pausa técnica” por parte de Israel. Y, Bushra Khalidi, una de las cabezas de la ONG, Oxfam, subrayó que “es un paso positivo, pero debemos ver avances reales sobre el terreno”, subrayando la necesidad de un “flujo constante de ayuda”.

En fin, el lunes pasado, veintiocho países —entre los que cuentan el Reino Unido, Francia, España, Italia y Japón—, pidieron poner fin “inmediatamente” a la guerra con Gaza, y cuestionaron el modelo de distribución de ayuda del gobierno israelí, tras la muerte de cientos de palestinos en las inmediaciones de los puntos de reparto de alimentos y condenaron lo que calificaron de “gotas de ayuda y muerte inhumana de civiles”.

Ante la posición de este grupo, Hamás, respondió “con beneplácito” y pidió a los Estados firmantes que “traduzcan su contenido en medidas prácticas que pongan fin a la tragedia humanitaria perpetrada por la ocupación israelí”. Es decir, que presionen más al Estado judío. En castellano, que dobleguen a Netanyahu y a su gobierno. Lo que significa que cada quien aboga por su causa. Y que el número de víctimas crezca. Desesperante panorama para el Oriente Medio. Mientras tanto, nadie tiene derecho a callar. Hay que reafirmar el “Nunca más” de los judíos en el Gueto de Varsovia. VALE.