¿Sabías que el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en el trabajo puede estar generando un costo oculto y poco esperado? Lejos de hacer la vida laboral más sencilla, el uso de la IA en la oficina está creando un nuevo problema llamado “workslop”, o “descuido laboral” en español. Un estudio de la Universidad de Stanford y la plataforma BetterUp reveló que, aunque estas herramientas aceleran la producción de contenido (como correos electrónicos o informes), gran parte de ese material termina siendo de mala calidad, confuso y sin el contexto necesario.

Este fenómeno no solo frustra a los trabajadores, sino que también les hace perder tiempo valioso. El estudio encontró que los empleados que reciben este tipo de contenido generado por IA pierden en promedio 56 minutos al día tratando de corregir, interpretar o, directamente, descartar el “workslop”. Es como si el esfuerzo que se ahorró la IA se lo pasara al trabajador que la recibe, creando una carga extra y un estrés que antes no existía.

El “workslop” es un recordatorio de que la tecnología no es una solución mágica. Si bien la IA puede ser una herramienta poderosa, su uso sin una supervisión humana adecuada puede resultar en una disminución de la calidad y un impacto negativo en el bienestar de los empleados. La clave no está en la cantidad de producción, sino en la calidad del trabajo y en la colaboración inteligente entre humanos y máquinas.