Cuando el poder harta al pueblo, hasta la risa pierde. Los propósitos autocráticos del redivivo Donald John Trump, en su forzado segundo periodo presidencial en la Casa Blanca, motivaron que en los comicios del martes 4 de noviembre, hasta las agencias encuestadoras proclives al magnate adelantaran, desde hace varias semanas, que el principal candidato opositor al republicano en Nueva York —ciudad natal del empresario, donde nunca ha sido uno de sus hijos predilectos—, un joven inmigrante de 34 años de edad, Zohran Mamdani, social demócrata, nacido en Uganda, de padres de raza india y religión musulmana, podría ganar la alcaldía de la “Big Apple”. Y, como anticipó la analista Lisa Lerner sobre los demócratas: “They can win. And win big” (“Ellos pueden ganar, y ganar a lo grande”). Y lo hicieron.
Puede ser que el joven Mamdani ganara la rifa del tigre, pero la ganó. De eso se trataba, de propinar un zurdazo que hiciera trastabillar a Trump. Lo que venga después, ya es otra historia. Por algo se empieza. No fue poco: la alcaldía de Nueva York, y las gubernaturas de Virginia y New Jersey, además del triunfo en la Proposición 50 de California. Ahora será posible que los demócratas mantengan hasta 48 de los 52 escaños estatales, frente a los 43 que actualmente controlan. Desenlace que mejora las probabilidades de que los demócratas recuperen el control del Congreso en 2026. Sobra decir que California es un estado totalmente anti-republicano. Duro golpe al partido del elefante.
Durante la jornada electoral, Donald Trump acusó a los demócratas de cometer un “fraude electoral” —el viejo cuento del magnate—, pero el gobernador demócrata de California, Gavin Christopher Newsom, rudo contrincante de Trump, acusó a la Casa Blanca de organizar actos de intimidación electoral por la presencia del Servicio de Inmigración y control de Aduanas de EUA (ICE) en el campo de juegos del equipo de beisbol de los Dodgers.
Además, la concurrencia en las urnas fue copiosa, aproximadamente 2 millones 100 mil electores depositaron su voto. Desde 1969 no se alcanzaba esta votación. Los jóvenes fueron determinantes en estos comicios. El ejército juvenil de Mamdani, 100 mil voluntarios, aplastaron los deseos republicanos del presidente por verlo derrotado calificándolo “peor que comunista”.
Cabe aclarar que, durante la reciente campaña electoral, el presidente Trump no dejó de lanzar fuertes críticas contra Zohran Mamdani. Días anterior a los comicios en su Truth Social, el magnate advirtió que Nueva York “no tendría ninguna posibilidad de éxito ni siquiera de sobrevivir”, si Mamdani ganara. Lo calificó de “comunista al 100 por ciento”, y amenazó con reducir al mínimo los fondos federales para la ciudad. Algo casi increíble, pues como mandatario de toda la nación esta “amenaza” es motivo de denuncia penal. Lo malo es que Trump es capaz de cualquier pillería. Además, cuestionó la actuación del joven demócrata como asambleísta estatal: “Fue un desastre”, y pronosticó que “no tiene ninguna posibilidad de devolverle a Nueva York su antigua gloria” por lo que instó a respaldar al ex gobernador Andrew Cuomo quien al final resultó perdedor. Asimismo, Cuomo no pudo ser candidato demócrata a la alcaldía porque fue acusado de abuso sexual durante su periodo como gobernador del Estado de Nueva York.
Hay que decir que las principales elecciones del martes 4, se desarrollaron en estados donde el mandatario republicano perdió el año pasado, por lo que se mantuvo al margen al no hacer campaña en persona junto a los aspirantes republicanos. Algo muy diferente a lo hecho por el ex presidente Barack Obama tanto en Virginia como en New Jersey, estados en los que animó a los votantes a elegir gobernadoras demócratas. Trabajo político que redundará, sin duda alguna, en las elecciones de medio término del próximo año, que podrían reconfigurar el panorama político nacional.
La diferencia radica en que Obama hizo acto de presencia el sábado 1 de noviembre en los eventos de las candidatas Abigail Spanberger y Mikie Sherrill, en contraste con el hecho de que Trump pasó el fin de semana en su resort de Mar-A-Lago en la Florida, dejando a los republicanos Winsome Earle-Sears en Virginia y a Jack Ciatarelli en Nueva Jersey, haciendo campaña solos.
Al mismo tiempo, activistas en California hicieron un último esfuerzo antes de un referéndum estatal —que también se votó el martes 4 de noviembre—, sobre si se debía rediseñar el mapa congresional del estado a favor de los demócratas. El esfuerzo respaldado por el incansable gobernador Gavin Newsom, es una parte de una batalla nacional por la redistribución de distritos que empezó cuando Trump urgió a los estados gobernados por republicanos a ayudarle a mantener una mayoría favorable en la Cámara de Representantes en 2026.
Obama elogió a Spanberger y a Sherill, demócratas de centro izquierda que ayudaron al partido a ganar la mayoría de la Cámara de Representantes a mitad de la primera Presidencia de Trump como figuras experimentadas que mejorarán la situación financiera de los votantes. El primer afroamericano que llegó a la Presidencia de EUA, que sigue siendo la figura más popular entre los demócratas casi nueve años después de haber salido de la Casa Blanca, dedicó gran parte de su tiempo en mítines separados a criticar duramente a Trump por su “ilegalidad” e “imprudencia” y su política económica “caótica”. De tal suerte, Obama pidió a los electores a “dar un ejemplo glorioso a la nación” rechazando a los candidatos leales a un mandatario con “impulsos autocráticos”.
Asimismo, de cierta manera, la derrota del partido en el poder estaba cantada en las encuestas en las que los entrevistados externaron a los que las practicaban su molestia con el alto costo de la vida, la situación económica y la inflación, precisamente en estos momentos cuando el mandatario tiene un 63 por ciento de desaprobación popular en un encuesta de la CNN y en general se le reprueba en temas económicos.
Claro que Trump tiene otra interpretación. En su red, Truth Social, publicó lo siguiente. “La ausencia de Trump en la boleta electoral y el cierre del Estado fueron las dos razones por las que los republicanos perdieron las elecciones, según las encuestas”.
Por otra parte, en Virginia, la ex agente de inteligencia, Abigail Davis Spanberger, de 47 años de edad, derrotó a la republicana Winson Earl-Sears para convertirse en la primera mujer en obtener la gubernatura de ese estado cada vez más decisivo en las elecciones presidenciales. La ganadora afirmó que los votantes prefirieron el pragmatismo que el partidismo, así como la unidad y no el caos. En su mensaje evitó mencionar por su nombre a Trump.
En New Jersey, la antigua piloto de la Fuerza Aérea de la Marina, abogada y ex fiscal federal Rebecca Michelle “Mikie” Sherrill, de 53 años de edad, originaria de Alejandría, Virginia, actualmente miembro de la Cámara de Representantes, derrotó al ex asambleísta republicano Jack Ciattareli por cómoda ventaja.
Después de haber protagonizado una durísima campaña electoral, y al pronunciar su primer discurso de victoria, Zohran Mamdani, que se postuló un año antes como candidato de protesta, a la alcaldía de Nueva York, sopesó lo que es apenas contar con una trayectoria escasa y prácticamente sin reconocimiento.
Con una sonrisa casi permanente, pero con un mensaje serio que lo distinguió de sus competidores, Mamdani centró su campaña sobre el costo de la vida para las mayorías en una ciudad que día es más cara y que parece estar hecha solo para los de la clase pudiente. “Nueva York no está a la venta” fue uno de sus lemas capitales enfatizando que era la hora de que las mayorías trabajadoras y no los intereses de Wall Street y de bienes raíces determinen las decisiones gubernamentales.
Sus propuestas fueron las clásicas de una agenda socialdemócrata: congelar los alquileres para aquellos que viven en edificios con rentas reguladas (para los de menores ingresos), mayor construcción de viviendas populares, un programa universal para el cuidado de niños, transporte gratuito en autobuses municipales, tiendas para productos básicos subsidiados, otorgar asistencia a los más de 140 mil estudiantes sin techo y mayor asistencia Pública a los que sufren problemas de salud mental.
De tal forma, los costos de esos programas se cubrirán con un incremento de impuestos sobre los más ricos (este sector grupo acumula una riqueza conjunta de 694,000 millones de dólares, la concentración más alta del mundo). Una y otra vez repitió que el objetivo central es crear “una ciudad más asequible”.
En otro renglón, declaró que como alcalde intentaría arrestar a Benjamin Netanyahu si visita la ciudad de Nueva York, ya que ha sido formalmente acusado por la Corte Penal Internacional. Una y otra vez, al igual que el senador Bernard (Bernie) Sander —su principal influencia—, repite el tema de la gran desigualdad económica seque marca la coyuntura estadounidense entre el 1 por ciento más rico y el 99 por ciento obre, y done los multimillonarios compran a los políticos, y siempre concluye con el lema “Nueva York no está a la venta”.
Parte de su discurso es lo siguiente: “Los oligarcas de Nueva York son la gente más rica de la ciudad, más rica en la nación, más rica de la historia del mundo. No quieren que eso cambie…Harán todo lo que puedan para evitar eso…(pero), a todos se nos permite la libertad. Cada uno de nosotros, la gente trabajadora de esta ciudad, los taxistas, los cocineros las enfermeras, todos los que buscan una vida de gracia, no avaricia, seremos libres..Y el 4 de noviembre…eso es justo lo que diremos al mundo…Porque mientras los donantes millonarios de Trump creen que tienen el dinero para comprar esta elección, nosotros tenemos un movimiento de masas…triunfaremos sobre los oligarcas y regresaremos con la dignidad a nuestras vidas”.
El triunfo de Zohran Mamdani tendrá repercusiones políticas nacionales, indudablemente. El futuro, a corto plazo lo dirá.
Prospectivas aparte, Zohran Kwame Mamdani ya hizo historia y al ganar las elecciones para la alcaldía de Nueva York, se ha convertido en el ave de las tempestades de la política de EUA. Y es la antítesis del presidente Donald John Trump, en todos los sentidos. Autoproclamado demócrata socialista, visto de reojo por los mandarines del Partido Demócrata, señalado como antisemita por propios y extraños y como progresista por sus simpatizantes, es el hombre del momento en toda la Unión Americana.
Un personaje de este linaje solo podría proceder de la emigración en EUA, aunque haya sido emigrante dorado. Nació en Kampala, Uganda, el 18 de octubre de 1991. De ascendencia India, sus padres son el académico de Columbia University Mahmood Mamdani y la cineasta Mira Nair, ganadora de dos premios del Festival de Cannes, Francia, y cuatro en Venecia, Italia, amén de dos nominaciones a los premios británicos BAFTA, entregados en Londres, y dos italianos César.
Los Mandani vivieron en la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, cuando Zohran contaba cinco años de edad antes de establecerse en Nueva York cuando cumplió siete. En la Gran Manzana —su lugar de residencia de la que desde el 1 de enero de 2026 será alcalde número 111–, Zoran se graduó en la Bronx High School of Science, una de las instituciones educativas públicas más reconocidas del planeta por su riguroso plan de estudios en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Obtuvo la licenciatura en Estudios Africanos en el Bowdoin College en Maine, otra institución prestigiosa y selectiva de EUA.
Poco antes de dedicarse a las actividades políticas, el próximo alcalde neoyorquino trabajó como consejero de familias en riesgo de desahucio, experiencia que cita como una motivación para abordar la crisis de vivienda en el gran centro financiero del mundo.
Hombre polifacético, Mamdani compuso y produjo música rap —elemento fundamental de la cultura hip-hop— bajo los nombres artísticos Young Cardamon (algo así como John Cardamomo). En 2016 colaboró en un EP titulado Sidda Mukyalo, y en 2016 lanzó un sencillo llamado Nani, en homenaje a su abuela.
El joven Zhoran está casado con la artista siria-estadounidense Rama Duwaji, a quien conoció en una aplicación de citas —tan común ahora para el casamiento de los jóvenes en todo el mundo—. Políglota moderno, puede comunicarse en otros idiomas con distinto grado de fluidez, incluyendo hindi-urdu, bengalí, español y árabe. Por cierto, en su primer discurso después de la victoria en las urnas, agradeció a muchos grupos minoritarios su apoyo, incluyendo “a las abuelas mexicanas”.
Zohran ya es la preocupación de Donald Trump. Hay pelea, y no como la que le dio Joseph Robinette Biden Jr., mejor conocido como Joe Biden. VALE.

