La incertidumbre tecnológica y geopolítica constituye un desafío para las naciones. Razón por la cual, la decisión del Premio Nobel de Economía 2025 representa un mensaje alentador: el conocimiento sigue siendo la herramienta más poderosa para el progreso de la humanidad. El Comité Nobel otorgó la mitad de este galardón a Joel Mokyr y la otra mitad a Philippe Aghion y Peter Howitt. El comunicado señaló que los tres premiados “muestran cómo la nueva tecnología puede impulsar un crecimiento sostenido”.

Tres personalidades, tres trayectorias, tres pensamientos que confluyen en la convicción de que la tecnología es el motor más consistente del progreso.

Joel Mokyr es profesor de Northwestern University, en Evanston, Illinois, Estados Unidos. Es historiador económico formado entre Israel, Holanda y Estados Unidos. Ha dedicado su vida al estudio y la investigación de por qué unas sociedades abanderan la innovación y otras por temor le rehúyen. Ha manifestado que el progreso tecnológico no brota de forma espontánea, requiere un entorno cultural que valore la ciencia, proteja la libertad intelectual, aliente la experimentación y no penalice la discrepancia.

Joel Mokyr señala en su obra que el crecimiento sostenido no depende únicamente del capital físico o de la inversión extranjera. Depende de arraigar una cultura del conocimiento, del aprendizaje, del respeto a la ciencia y a la innovación. En naciones en desarrollo, abrirse al conocimiento, al intercambio al cuestionamiento puede crear las condiciones verdaderas para la tecnología, la creatividad y propiciar que el ingenio propio se transforme en progreso.

Su aportación demostró que la Revolución Industrial no fue un accidente inglés, sino una transformación cultural donde el conocimiento científico se volvió el cimiento del desarrollo económico. El Comité motivó la entrega del Premio Nobel a Joel Mokyr, “por haber identificado los prerrequisitos para el crecimiento sostenido a través del progreso tecnológico”.

La otra mitad del Premio Nobel fue otorgada de manera conjunta a Philippe Aghion, Académico del College de France, en París y de la London School of Economics and Political Science, en el Reino Unido y a Peter Howitt, investigador de la Brown University, en Providence, Rhode Island, Estados Unidos, Ambos fueron galardonados “por la teoría del crecimiento sostenido a través de la destrucción creativa”.

Joel Mokyr

Joel Mokyr

Su propuesta señala que su teoría de la “destrucción creativa”, que desarrollaron desde 1992, se basó en el concepto “schumpeteriano”, que parte de la idea de que el desarrollo capitalista se caracteriza por la recurrencia de ciclos estructurales de largo plazo, cuya existencia está relacionada con cambios tecnológicos fundamentales.

Precisan que “la innovación es el pulso vital del crecimiento moderno, el riesgo, su combustible”. Razón por la cual cada avance tecnológico abre una nueva frontera, lo nuevo desplaza a lo viejo, la competencia incentiva la creatividad y la economía se renueva en un ciclo continuo de invención y reemplazo.

Su mensaje para los países en desarrollo es contundente: sin competencia, libertad para emprender, instituciones que permitan surgir a lo innovador, no hay progreso duradero. Señalan que por ejemplo, mantener industrias obsoletas como reliquias del pasado, puede ser protector, pero en realidad ahoga la creatividad y perpetúa la dependencia.

Philippe Aghion nació en 1956, en París, Francia, estudió en instituciones tanto de Europa, como de Estados Unidos y ha sido profesor en el College de France, INSEAD y London School of Economics.

El Comité del Premio Nobel tomó en consideración el modelo matemático realizado 1992, conjuntamente con Howitt, en el que formaliza un concepto clasicista, pero revitalizado de la economía, al afirmar que cuando aparecen tecnologías nuevas y mejores, reemplazan a las anteriores, pues en su opinión, lo nuevo crea, lo viejo destruye. Es esta dinámica de innovación continua, la que genera un crecimiento sostenido.

En el mensaje para las economías en desarrollo, su teoría invita a ver la innovación no como un lujo de los países ricos, sino como el motor esencial de productividad. Implica permitir la renovación productiva, el apoyo a emprendedores y la transformación de industrias obsoletas. Por ello, afirma que la “destrucción creativa” facilita el salto de las industrias caducas, hacia la modernidad y el progreso.

Phillipe Aghion

Phillipe Aghion

Peter Howitt nació en 1946, en Ontario Canadá, estudió su PhD en Northwestern University y es académico de la Universidad Privada de Brown, en Providence, Rhode Island, Estados Unidos.

El Comité Nobel tomó en consideración su propuesta conjunta con Aghion, en el sentido de que, no solamente la acumulación de capital, sino, el progreso tecnológico y la competencia, impulsan el crecimiento a largo plazo. La innovación destruye lo obsoleto, pero genera lo nuevo. Ese ciclo permanente es lo que promueve el desarrollo sostenido.

Su punto de vista abre un sendero a las economías emergentes para salir de la dependencia del recurso o la industria tradicional. Por ello las incentiva a promover la innovación, educación, competencia, políticas que faciliten la creación de empresas nuevas, aunque partes de la economía sufran la destrucción de lo viejo, para emerger con mayor dinamismo, productividad y resiliencia.

El gran mensaje para los países en desarrollo es que la tecnología puede ser el mejor medio para la cultura de igualdad entre los países, si se distribuye con justicia. El progreso no está reservado a unos cuantos, sino a quienes le apuestan a la educación, pues las instituciones bien diseñadas protegen el crecimiento frente a crisis de cualquier tipo. Las sociedades que protegen la libertad creativa avanzan, incluso en situaciones adversas.

Esto se traduce en que los países deben invertir en la niñez, en la ciencia, en los jóvenes emprendedores, en universidades libres, en marcos regulatorios modernos y en un gobierno que incentive la innovación.

El mensaje de los Premios Nobel de Economía 2025, Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt es: “Los países que confían en su conocimiento terminan cambiando su destino”.

La autora es ministra en Retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

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@margaritablunar