La gran batalla de 2027: unidad o fractura
El 1 de junio de 2027 se celebrará la elección más grande en la historia del país. En ella, miles de candidatos competirán por más de 4.000 cargos federales y estatales: 500 diputados federales, 17 gobernadores, 16 alcaldías en la Ciudad de México (CDMX), 680 presidencias municipales y 1.088 diputados locales. A esto se suman 1.700 cargos de la nueva elección judicial y la consulta para la revocación de mandato.
Los partidos políticos nacionales han comenzado a definir sus candidaturas. Lo hacen para posicionar a sus perfiles en un entorno altamente competitivo y para resolver los conflictos internos que suelen acompañar estos procesos. En Morena, diversas voces advierten que la unidad es vital para evitar una derrota frente a la oposición; conocen bien las historias donde la división por una candidatura provocó la salida de aspirantes que fragmentaron el voto, un escenario que no desean repetir.
Otro factor que altera las dinámicas partidistas es la iniciativa para prohibir el nepotismo electoral. Aunque entrará en vigor oficialmente en 2030, se busca que sea efectiva para 2027. En San Luis Potosí y Nuevo León se presentaron propuestas para garantizar la equidad de género, pretendiendo que solo mujeres compitan por la gubernatura. La medida, que beneficia a las esposas de los actuales mandatarios, desató críticas inmediatas. Incluso en la conferencia «mañanera» de la presidenta Sheinbaum se abordó el tema y se anunció una revisión de su constitucionalidad.
Resulta curioso que una de las aspirantes a la gubernatura de Chihuahua, la senadora morenista Andrea Chávez, señaló en una mesa de debate con Azucena Uresti en Radio Fórmula que «eso hay que eliminarlo de raíz, ¿por qué una persona va a tener un privilegio distinto?». Si en Chihuahua se propusiera una iniciativa similar, ella sería la primera afectada. No obstante, la senadora también ha sido señalada por realizar una presunta campaña anticipada para lograr la postulación. Chihuahua es hoy un claro ejemplo de la incipiente batalla por las candidaturas y los costos que enfrentará el partido que no logre procesar estos enfrentamientos.
Inicia la batalla
Si bien la elección será en 2027, las hostilidades ya son visibles. En Zacatecas, el senador Saúl Monreal fue una de las primeras víctimas de la iniciativa contra el nepotismo; la propia presidenta Sheinbaum comentó desde Palacio Nacional que el legislador «puede esperar». Ricardo Monreal, coordinador de los diputados federales de Morena, ha pedido disciplina a su hermano para evitar fracturas. Mientras tanto, una encuesta reciente sitúa al diputado federal Ulises Haro en la primera posición. Versiones periodísticas coinciden en que el legislador cuenta con el beneplácito presidencial y que se busca, además de retener la gubernatura, restar poder a la familia que actualmente domina los cargos de elección en la entidad.
En Quintana Roo, la aspirante favorita de la gobernadora ya se enfrenta a otro posible candidato apoyado desde Palenque. En redes sociales circularon videos del informe de labores de la senadora Anahí González, donde la concurrencia aclamó a Rafael Marín Mollinedo, director de Aduanas y mencionado como el favorito del expresidente López Obrador.
Por su parte, en Chihuahua la pelea se centra en dos aspirantes del partido oficial y una investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) que involucra al panismo local, lo que podría influir en los comicios. En Michoacán, los ataques contra la alcaldesa de Uruapan, Grecia Quiroz —aspirante del «movimiento del sombrero»—, continúan a medida que las encuestas la sitúan a la cabeza, con una ventaja notable sobre el alcalde panista de Morelia, Alfonso Martínez, y el candidato de Morena.
En Guerrero continúa la promoción del senador Félix Salgado Macedonio, pese a estar impedido para suceder a su hija, Evelyn Salgado. El exalcalde de Acapulco lidera algunas encuestas y ha declarado que «el pueblo decide», dejando abierta la posibilidad de competir por otro partido si Morena le cierra las puertas.
En la CDMX somos testigos de la embestida en contra de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, por parte de Morena y desde varios frentes. La meta es evitar que se reelija en 2027 y en 2030 tenga posibilidad de aspirar a la jefatura de gobierno de la capital del país.
Evitar la división interna
La ruptura de un aspirante con su partido suele sembrar la semilla de la derrota. Ejemplos sobran: Cuauhtémoc Cárdenas rompió con el PRI y la votación del tricolor cayó en 1988; en Zacatecas, el PRI perdió tras la salida de Ricardo Monreal; y el PAN se benefició del rompimiento de Miguel Ángel Yunes Linares con su formación para ganar Veracruz.
Sin embargo, el cambio de siglas no garantiza la victoria. Ricardo Sheffield dejó el PAN para buscar la gubernatura de Guanajuato sin éxito, y Lucía Meza, exsenadora por Morena, no logró ganar en Morelos pese a ir con la coalición PAN-PRI-PRD. Ante estos precedentes, todos los partidos revisan ya sus escenarios de conflicto para intentar neutralizarlos antes de que sea tarde.
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