En la víspera del décimo aniversario del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 a los Estados Unidos, el cual cobró la vida de casi 3 mil personas, la Ciudad de Nueva York teme una nueva embestida después de que se recibió una amenaza “creíble” pero “no confirmada”.
Según afirmó el alcalde Michael Bloomberg en una conferencia de prensa, “en los tiempos que corren es necesario tomar estas amenazas seriamente” y por ello se tomarán medidas de seguridad extremas.
El Departamento de Policía de Nueva York, indicó el funcionario, va a desplegar recursos adicionales en la ciudad, “de algunos de los cuales ustedes se darán cuenta y de otros no”, agregó.
“Es cierto que hay información de una amenaza específica y creíble, pero no confirmada”, dijo Matthew Chandler, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), en un comunicado.
Entre las medidas de seguridad adicionales que se tomarán en la Gran Manzana, destacan la instalación de puestos de control en algunas calles, así como una mayor vigilancia de lugares señalados de la ciudad, edificios públicos y puentes, indicó por su parte el comisario de la Policía neoyorquina, Raymond Kelly.
Se aumentará también la supervisión de bolsos y maletas en el sistema del Metro, habrá más perros adiestrados para la detección de bombas en las calles y se aumentará la retirada de los vehículos mal aparcados.
Igual se incrementará el número de las patrullas policiales y se extremará la vigilancia en los transbordadores de la ciudad.
Tanto Bloomberg como Kelly pidieron a los ciudadanos extremar su vigilancia e informar a las autoridades de cualquier acto sospechoso.
Según los medios estadounidenses -que citan a altas fuentes oficiales del Gobierno con conocimiento de la amenaza a las que no identifican- las autoridades han obtenido información de lo que creen son “posibles sospechosos” ligados a la red terrorista Al Qaeda, responsable de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
El presidente de EU, Barack Obama, ha sido informado de la amenaza y ha pedido redoblar esfuerzos, según un alto funcionario de la Casa Blanca.
Estados Unidos está en “vigilancia máxima” y el Gobierno emitió el pasado 2 de septiembre una “alerta mundial de viaje” para los ciudadanos estadounidenses, al insistir en la “continua amenaza que aún representan Al Qaeda y sus aliados”.
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