“Cumbre de los amigos de Libia”

 

Carlos Guevara Meza

Al cumplirse el aniversario 42 de la toma del poder por Muammar Gadafi en Libia, y es de suponer que la intención simbólica estaba presente, se realizó en París la “Cumbre de los Amigos de Libia” en la que participaron 60 países para acordar el futuro inmediato del país a resultas de la victoria casi total de la insurrección que derrocó al dictador ahora prófugo. Encabezada por el presidente francés y el primer ministro británico (líderes del proceso que llevó a la intervención de la OTAN en el conflicto), la Cumbre fue en buena medida un festejo por la victoria rebelde y un primer paso para la reconstrucción de una nación devastada por casi siete meses de guerra.

Un primer tema de suma importancia fue el reconocimiento oficial por parte de los países asistentes del Consejo Nacional de Transición como gobierno legítimo de Libia, sobre todo porque países que se opusieron a la intervención de la ONU y la OTAN en el conflicto, como Rusia, China y Brasil, también brindaron su apoyo a dicho órgano. Esto sella de manera definitiva la derrota de Gadafi que ahora se encuentra prácticamente sin ningún apoyo internacional, salvo por buena parte de los países de la Unión Africana (de la que él fue uno de los impulsores más destacados), que en teoría siguen reconociendo al régimen caído, aunque en la práctica no le han brindado ya ningún apoyo, ni siquiera el ofrecimiento de santuario para él y sus allegados políticos, aunque parte de la familia, la que no tiene injerencia en la política como su esposa y sus hijos más jóvenes, fueron recibidos en Argelia por razones humanitarias, aclarando por supuesto que no recibirían a ninguna persona involucrada con crímenes políticos (un diario argelino publicó que Gadafi había intentado pedir asilo al presidente Buteflika, quien no le ha tomado las llamadas).

El otro punto central fue la liberación de fondos bloqueados por acuerdo de la ONU, que ascienden quizá a unos 50 mil millones de dólares en diversos países, entre efectivo en cuentas bancarias, bonos y propiedades. Será la ONU la responsable de supervisar la entrega de estos recursos que el nuevo gobierno libio necesita con urgencia para recomponer la situación de falta de alimentos, medicinas, agua y electricidad, así como para pagar salarios atrasados de multitud de funcionarios del gobierno (maestros, médicos, policías y trabajadores de servicios básicos y del estratégico petróleo).

Por lo pronto, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y España, entre otros, han comenzado la entrega de recursos libios, así como de ayuda humanitaria que se había aprobado con anterioridad pero que la guerra había impedido utilizar. El desbloqueo de los fondos ha debido enfrentar la oposición de China (que al final aceptó a regañadientes la liberación de mil 500 millones de dólares) y de Rusia que aún no programa la entrega de 6 mil millones que tiene incautados.

Mientras tanto, la ropa sucia ha comenzado a salir al sol. El diario francés Libération publicó una supuesta carta en la que el Consejo rebelde otorgaba a Francia derechos sobre 35 por ciento del petróleo libio en correspondencia por su apoyo, fechada 13 días después del inicio de los bombardeos de la OTAN (lo que ha sido negado por ambas partes). Y la organización de derechos humanos Human Rights Watch denunció que había encontrado pruebas documentales de la colaboración de la CIA y su equivalente británico el M I6 con Gadafi para localizar, secuestrar y entregarle disidentes, quienes eran interrogados en Libia por personal de dichas agencias de espionaje.