Israel ha movilizado a más de 20 mil soldados y policías en las zonas más conflictivas con Palestina, aunque nadie espera grandes actos de violencia.
Menos previsibles son las manifestaciones convocadas a partir del discurso del presidente palestino Mahmud Abbas ante la asamblea general de la ONU. La petición de reconocimiento de un Estado palestino dentro, de forma aproximada, de las fronteras previas al 4 de junio de 1967 no inflama los ánimos ni despierta grandes esperanzas; la gente sabe que nada cambiará tan rápido.
La Ciudad Vieja de Jerusalén y sobre todo la explanada de las mezquitas han sido cerradas a los palestinos varones menores de 50 años y a las mujeres menores de 40. Controles militares israelíes controlan las puertas del recinto amurallado y ocupan prácticamente cada esquina en el interior.
Una veintena de jóvenes encapuchados irrumpió en los alrededores del paso fronterizo de Kalandia, que separa Jerusalén de Ramala, tirando piedras y cócteles molotov. Las fuerzas de seguridad israelíes respondieron disparando gases lacrimógenos y cerrando temporalmente el paso, informa Ana Garralda.
ttp://www.youtube.com/watch?v=gucnj4yA-aY&feature=player_embedded
Redacción/mc