Se recomienda, al menos, uno al año


Gabriel Gutiérrez


Sentirse bien, sin ninguna molestia física y reconocerse como una persona sana, no es garantía de salud. Muchas enfermedades inician su proceso de forma silenciosa y cuando se manifiestan, requieren, en muchas ocasiones, de un tratamiento largo, incómodo y costoso, indica la doctora Lourdes Gabriela Navarro Susano.

De ahí la importancia de acudir al menos una vez al año al médico familiar para que se realice su chequeo, sobre todo si se trata de personas adultas.

La coordinadora clínica de educación e investigación en salud, de la Unidad de Medicina Familiar 28, destacó que la importancia de esta consulta radica en la identificación a tiempo de los factores de riesgo contra la salud.

Los valores a dictaminar en la revisión anual son de acuerdo a grupo de edad y sexo: peso, talla, índice de masa corporal, medición de cintura, de presión arterial, nivel de glucosa y colesterol.

A las mujeres, según la edad, se les realiza el estudio de Papanicolao y detección oportuna de cáncer de mama.

Este chequeo anual, aseveró la doctora Navarro Susano, incrementa su importancia cuando se tienen antecedentes heredo-familiares de obesidad, cáncer, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y diabetes.

Asimismo, indicó que dicha valuación resalta los componentes de la atención preventiva integral a la salud, que consisten en realizar todas las acciones de detección oportuna, que promueve el Seguro Social, con una visión preventiva, curativa y de rehabilitación.

De esta manera, el usuario conoce sus factores de riesgo y recibe información sobre los temas básicos de educación para el cuidado de la salud.

La especialista hizo énfasis en la cultura de la prevención: no esperar a la aparición de sintomatología alguna para acudir, ya que siempre es mejor conservar un buen estado de salud a través del autocuidado y evitar un tratamiento mayor.


Entre comidas te veas

Con la finalidad de disminuir tallas, en la actualidad, los adultos de entre 20 y 40 años de edad realizan ayunos prolongados; sin embargo, el mito de suspender algún alimento del día (desayuno, comida o cena) para bajar de peso, puede ser el inicio de algún desorden alimenticio.

La nutrióloga María del Socorro Santiago Sánchez, jefe del Departamento de Nutrición del IMSS, dijo que dejar de comer no ayuda a bajar de peso y, por el contrario, provoca aumento del mismo en algunas personas.

Esto se debe a que el organismo utiliza la reserva de glucosa que tiene para que los órganos trabajen, se producen más células de grasa y, por tanto, se forma el tejido adiposo.

Además, comentó, evitar algún alimento durante el día puede llevar a distintas consecuencias: disminuir la formación de tejido muscular, falta de algún nutrimento, enfermedades como desnutrición, diabetes o hipertensión y llegar a un síndrome metabólico (cuando se conjuntan diferentes enfermedades).

La nutrióloga Santiago Sánchez explicó que las personas que deseen bajar de peso deben acudir a las unidades de medicina familiar para que especialistas en nutrición les brinden la orientación adecuada, a fin de llevar un estilo de vida saludable y así lograr su peso ideal.