Cuadro plagado de rumores

Por Teodoro Barajas Rodríguez

Las campañas para gobernador, diputados locales y alcaldes se notan ahora en Michoacán; mucho se ha dicho en torno a las encuestas, a las imputaciones dolosas, todo el cuadro plagado por rumores, coyunturas así como el creciente número de ilusos.

La democracia en sí misma no es perfecta porque habría que calibrar la calidad de quienes se asumen como demócratas, los protocolos, reglas y condiciones previas al efímero ritual del depósito en la urna del sufragio que contiene una voluntad, un deseo corolario del libre albedrío.

Este fin de semana anterior estuvo en Michoacán Gustavo Madero, dirigente del PAN, quien dijo estar preocupado por la incidencia del crimen organizado y que tal influencia pudiera repercutir en el terreno netamente electoral. Michoacán ha cobrado fama en los últimos años de ser un terreno minado por una de las cabezas más temibles de los poderes fácticos, el narcotráfico.

Tal asunto deben atenderlo las autoridades, aunque para nadie es un secreto el antagonismo tan remarcado entre Felipe Calderón y Leonel Godoy; se sitúan como dos caras de la misma moneda que es la intolerancia. Curioso que dos abogados nunca se pongan de acuerdo y la imagen que desprenden es como si se tratara de su respectiva némesis.

Hace algunas semanas la candidata del PAN-PANAL Luisa María Calderón Hinojosa dijo que a Cuauhtémoc Cárdenas le gustaría que ella fuera gobernadora, lo que desmintió el propio fundador del PRD al asegurar que no simpatiza con los proyectos que representa el panismo en Michoacán representados por la llamada Cocoa. Las ocurrencias no están exentas; si el fin justifica los medios, también las elecciones avalan chascarrillos.

André Breton o Franz Kafka pudieron haber sido mexicanos, sin duda, porque el surrealismo o el absurdo son componentes perenes en las historias políticas mexicanas. Sólo así podría explicarse que el propio fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, respalde al abanderado del Sol Azteca Genovevo Figueroa Zamudio, quien busca la presidencia municipal de Morelia vía la franquicia perredista. La memoria se difuminó. Si Saulo de Tarso se convirtió a una fe que antes persiguiera, por qué no el ex gobernador priísta.

Andrés Manuel López Obrador estuvo para acompañar a Silvano Aureoles, al igual que Cuauhtémoc Cárdenas, aunque dudo que se registre la foto entre los principales cabecillas del perredismo como fuera el caso del Estado de México. Aureoles Conejo fue ahijado de la desprestigiada Amalia García Medina.

En el clímax de las campañas gana lo emotivo, por ello las promesas se multiplican para decir lo que la gente desea escuchar: es el discurso fácil, tal vez por ello el candidato del PRI, Fausto Vallejo Figueroa, pidió a sus correligionarios no prometer lo que sea inviable.

La empresa encuestadora Gabinete de Comunicación Estratégica reiteró que la contienda se perfila entre los candidatos del PRI y del PAN, aunque éste último tiene varios puntos en contra si hacemos un poco de memoria, para comenzar las 50 mil muertes de la guerra contra el crimen organizado, el lúgubre expediente del michoacanazo, los quesos de Monterrey.

Tal vez por eso se habla de la refundación ética del PAN, que dejó su doctrina en el arcón de los recuerdos para ser lo que antes fustigó, sólo un partido del montón.