Estabilidad, comercio, finanzas, alimentos y desarrollo
Julio A. Millán B.
La semana pasada, en su participación dentro de la reunión del G-20, el presidente Felipe Calderón manifestó su preocupación por la “situación crítica” que sufre la economía mundial, y por los efectos que en términos de desaceleración del crecimiento económico en México se pueden esperar.
El G-20 es una asociación mundial representativa de las principales economías del planeta y en 2012 toca el turno de México para presidir, dirigir las discusiones y alentar la formación de acuerdos en temas internacionales.
Esta situación cobra especial relevancia en la actual coyuntura pues 2012 es un año que comienza en un momento trascendente, la economía mundial se encuentra inmersa en graves desbalances fiscales, los acuerdos políticos parecen no avanzar y los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, la Organización Internacional del Trabajo, la Organización de Naciones Unidas y el Banco Mundial se ven sobrepasados y parecen pasar a adquirir un carácter más propio de un testigo que de un actor.
El presidente Felipe Calderón se ha mostrado firme en la postura de evitar una nueva postergación de los acuerdos pendientes para lograr políticas sincronizadas y profundas, para resolver la actual crisis económica mundial. El mandatario ha colocado ante los ojos del mundo el panorama de un comercio libre y justo como una de las prioridades de México en la presidencia del grupo.
La perspectiva del comercio justo incluye tanto el aspecto social como el económico, y pretende evitar que caiga en manos de especuladores. El comercio justo se refiere a aquellas relaciones comerciales entre organizaciones de pequeños productores y organizaciones o empresas que permitan a los primeros obtener un ingreso mayor al que recibirían en el mercado convencional; se busca la adecuada distribución de ganancias y la socialización de las relaciones comerciales.
Existe una problemática para los productores de países con altos niveles de marginación como México, en un entorno económico de libre comercio se enfrentan con múltiples obstáculos en la comercialización de sus productos: la competencia internacional desregulada, volatilidad de precios en los mercados internacionales, falta de acceso a créditos comerciales, falta de infraestructura comercial y carencia de incentivos suficientes para detonar las cadenas productivas.
Aunado a lo anterior, el presidente Calderón ha mencionado que actualmente no existe un comercio justo porque existe mucha manipulación de divisas, y que este fenómeno está provocando enormes desequilibrios en el comercio y en las economías.
Manipular las monedas con el fin de vender en el exterior lo que no se puede vender localmente es una estrategia extremadamente complicada, pues puede llevar a una escalada de devaluaciones competitivas (la llamada guerra de divisas) y a un deterioro de los precios relativos que producirán distorsiones en la asignación de los recursos globales.
En este orden de cosas, la idea primordial es que el comercio, la competitividad y el mercado interno, deben ser considerados como instrumentos fundamentales para la recuperación económica; se deben desarrollar mecanismos para apoyar la industria, medidas no proteccionistas pero sí equilibrantes.
México a través de asumir la presidencia del G-20, tiene ahora la oportunidad, la capacidad, y la legitimidad, para influir de manera directa en los aspectos más importantes de nuestro tiempo. Este protagonismo nos coloca en un papel de gran importancia en los asuntos del mundo y sería un grave error dejar pasar esta oportunidad.
El presidente Calderón anunció cinco prioridades que tendrá su gobierno al asumir dicha presidencia: 1. Recuperar la estabilidad y el crecimiento económico mundial. 2. Evitar los desequilibrios en el comercio internacional que produce el proteccionismo. 3. Promover una regulación financiera. 4. Garantizar la seguridad alimentaria. 5. Promoción del desarrollo sustentable (eliminar paulatinamente el uso de energías tradicionales por alternativas).
Es en este momento cuando los grupos de expertos, las universidades, y los actores políticos e Industriales deben estar preparando ideas que tengan impacto y relevancia a nivel mundial. Ahora es cuando las propuestas tendrían oídos y repercusión en otros países para colocar el empleo en el centro de la recuperación.
jmillanb@grupocoraza.com


