Reiterará mensaje sobre narcoviolencia
Félix Fuentes
Llevados a cabo los honores militares al secretario de Gobernación muerto, Francisco Blake, hubo gran espectación sobre quién sería el sucesor. El mundo político volteaba para todos lados, sin advertir quién podría ser el mejor prospecto. Nadie atinaba porque no era visto el personaje panista de suficiente peso político para concluir el régimen calderonista.
El pasado jueves 17 asistimos a una comida algunos comunicadores con el ex líder de los voceadores, nuestro amigo Manuel Ramos. También estuvo el titular de comunicación social de la Secretaría de Salud, Carlos Olmos, quien a la hora de tocar el tema de Gobernación adelantó que el titular sería Alejandro Poiré.
Carlos estuvo a punto de recibir una pamba porque, como dijo uno de los asistentes, de bromitas de ese corte estamos hasta el tope. Pues no fue broma. Horas más tarde fue hecho el anuncio de que sería Poiré el nuevo huésped de Bucareli.
En todos los medios se sucedieron expresiones de ¡No puede ser! ¡Es increíble! ¡Debe ser una tomada de pelo! ¿No había nadie más en el panismo, ni en toda la república? Y fue recordado el concepto de Manlio Fabio Beltrones de que el equipo del presidente Calderón está conformado por “cuatitos”.
Surgió la pregunta obligada: ¿va a poder Poiré con los álgidos problemas políticos del país y con la sucesión presidencial? No lo sabemos, y menos si Calderón se muere de risa en los eventos, sin que nadie atine el motivo de tanta felicidad.
Preparémonos para el mensaje reiterativo del nuevo funcionario en torno a la narcoviolencia. De eso se ocupó durante el tiempo de vocero de Calderón y lo va a continuar por ser el discurso permanente de su jefe, quitándole o agregándole matices al gusto.
En su presentación como quinto titular de Gobernación en el sexenio se puso énfasis en que Poiré es egresado de la Universidad de Harvard, institución donde se ha hecho el lavado de cerebro a tantos mexicanos, a fin de ser obedientes a los mandatos del imperio norteamericano.
¿Ese paso por Harvard garantiza que Poiré tenga experiencia y pueda conducir la política interior de México? Porque si va a seguir los pasos de Francisco Ramírez Acuña y Fernando Gómez Mont, nuestras desdichas y pleitos partidistas se van a multiplicar.
Poiré debiera empezar por su casa y entrar en relación permanente con el extraviado de la política, el dirigente panista Gustavo Madero, para ayudarlo a elegir al candidato presidencial blanquiazul, dado que se le desmorona el ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien ha dicho tantas barbaridades que ni en una década daría alcance a Josefina Vázquez Mota en la carrera por la nominación en juego.
Después de su dicho de los seis mil pesos mensuales para créditos de automóvil, casa y pago de colegiaturas, Cordero ha caído en otras barbaridades y es motivo de burlas permanentes.
“Renuncié en Hacienda para ser presidente y puedo ganar”, dijo el pasado fin de semana. Así se exhibe el tecnócrata que Calderón proyectó para conducir la nación y que en el interior del PAN ha provocado una batalla campal.
Son capaces los delegados blanquiazules de votar a favor de Cordero si se les ordena de Los Pinos, por encima de cuantos y cuantas se opongan. No sería otra broma, si nos tienen acostumbrados a tantos encumbramientos absurdos
Luego de las órdenes recibidas del primer mandatario, Poiré pronunció el concepto de cajón, de “blindar” las elecciones porque “Hay signo preocupante de grupos delictivos pretendiendo amedrentar a la población”.
En Michoacán, donde Calderón descargó todo el poderío militar al declarar su “guerra” contra el narcotráfico, no ha podido erradicar a la Familia Michoacana y le surgió otra mafia, la de Los Templarios. Su hermana Luisa María culpa ahora al hampa de obligar a los votantes a sufragar a favor del PRI.
Entonces no pretenden amenazar a la población, como dijo Poiré. Ya lo hacen, y en los comicios del 2012 aumentará esa penetración.
