Como sucedió en 2009 con el premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, el régimen chino aprovecha las fiestas de Navidad y Año Nuevo para endurecer la represión. El veterano disidente Chen Xi, que ya ha pasado más de una década tras las rejas por su participación en las protestas democráticas de Tiananmen en 1989, fue condenado a otros diez años de prisión.
Según explicó a las agencias internacionales su esposa, Zhang Qunxuan, ha sido sentenciado por “incitar a la subversión contra el poder del Estado” debido a unos ensayos políticos divulgados en Internet.
Tres días antes, al activista Chen Wei también le aplicaron otros nueve años por la misma causa. A ellos se suma el abogado Gao Zhisheng, retenido durante 20 meses por la policía y condenado a mediados de este mes a otros tres años de cárcel.
Alarmado por la “primavera árabe” que ha derribado este año a veteranos dictadores, el régimen de Pekín ha intensificado la censura sobre internet y estrechado el cerco sobre los disidentes. El caso más sonado ha sido la persecución contra el famoso artista Ai Weiwei, quien pasó casi tres meses bajo custodia policial hasta su liberación en junio.
Redacción/mc

