La operación a la que fue sometida este miércoles la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, para extraerle un carcinoma de la glándula tiroides se realizó “sin ningún inconveniente ni complicaciones”, anunció el portavoz de la Presidencia, Alfredo Scoccimarro.
“Las perspectivas son excelentes y uno no esperaría ningún tipo de evolución posterior del tumor tras la operación”, dijo el oncólogo Mario Bruno, quien sostuvo que Fernández podrá hacer una vida normal tras la cirugía.
Su convalecencia se extenderá por 20 días, lapso durante el cual el vicepresidente Amado Boudou tendrá a su cargo el Poder Ejecutivo.
La Presidenta, de 58 años, llegó al hospital junto con sus hijos, Máximo y Florencia, a bordo de un helicóptero, frente al cual cientos de jóvenes aguardaban los resultados, en una vigilia de dos días para darle su apoyo.
“Fuerza Cristina”, decían algunos de los carteles colocados en las rejas del hospital, junto a banderas argentinas y pancartas con los rostros de la Jefa de Estado y de su antecesor y fallecido esposo, Néstor Kirchner.
Decenas de equipos móviles de televisión, cronistas y reporteros gráficos montan guardia ante el centro de salud desde la noche del martes.
En una amplia zona en torno al hospital, se desplegó un fuerte operativo de seguridad con fuerzas de la Policía militarizada, policías Federal y Bonaerense y miembros de la Custodia Presidencial.
La operación tuvo lugar menos de un mes después de que Fernández asumiera, el 10 de diciembre, su segundo mandato hasta 2015, tras haber ganado las elecciones en octubre.

