Entrevista a Roberto Blancarte/En la reforma del artículo 24 constitucional
Nora Rodríguez Aceves
La reforma al artículo 24 de la Constitución Política desempeña un papel muy importante en la próxima elección presidencial del 2012; “no sabemos si son deudas que se están pagando o son compromisos que se están adquiriendo, pero en cualquier caso es muy grave, por eso espero que los priistas se den cuenta de que esto puede tener costos electorales si no lo detienen”, afirma Roberto Blancarte Pimentel, director del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México.
“Esta reforma se hizo por acuerdo entre, seguramente, Enrique Peña Nieto y la jerarquía católica, que lo está pidiendo junto con el PAN, lo cual es trágico. Desde hace seis años, por lo menos, que quieren introducir el concepto de libertad religiosa y ya lo introdujeron en la Constitución aunque no quedó estrictamente como libertad religiosa sino como libertad de religión bajo el argumento de que, para respetar los derechos humanos también hay que respetar ahora la libertad religiosa, pero es un argumento falso puesto que ellos dicen, por ejemplo: la libertad religiosa significa que el Estado no nos puede limitar nuestros derechos políticos porque es una violación a un derecho humano y, sin embargo, si nosotros leemos el derecho canónico, nos damos cuenta de que el propio derecho canónico limita los derechos políticos de sus ministros de culto, de los sacerdotes, lo cual quiere decir, entonces, que es falso que sea una violación a los derechos humanos porque significaría que el propio derecho canónico de la Iglesia viola los derechos humanos de sus sacerdotes.”
El pasado 15 de diciembre, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el decreto por el que reforma el artículo 24 de la Constitución Política, en materia de libertad religiosa.
Dicho proyecto reforma el primer párrafo y deroga el tercero del artículo 24 constitucional para quedar como sigue: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de practicar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. Nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política”.
Además, la reforma avalada por la mayoría calificada de 199 votos a favor, 58 en contra y tres abstenciones, establece: “que los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos, y los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a ley reglamentaria”.
Esta propuesta para Roberto Blancarte, “en términos generales tiene varios problemas y por eso muchas personas estábamos en desacuerdo con que se aprobara. El primero, es que es una reforma hecha fast track y sin consultar a nadie. Es evidente que hubo una negociación entre la cúpula del PRI y de la jerarquía católica, de la Iglesia católica y algunas dirigencias priistas; la sospecha es que es Peña Nieto, porque el problema es que muchos de los dirigentes del PRI que son bastante laicos no pudieron frenarla, porque evidentemente tenían órdenes superiores y ésas no pueden ser más que las que vengan de Peña Nieto, quien obviamente está dirigiendo el partido y el Congreso desde arriba”.
El especialista en religión, laicidad y democracia, señala un segundo punto, “todos sabemos, porque lo han estado diciendo desde hace muchos años, que para ellos, para la jerarquía católica, esta noción de libertad religiosa básicamente significa poder introducir la educación religiosa en la escuela pública, laica hasta ahora; significa tener posibilidad de poseer medios de comunicación electrónicos y por supuesto también significa poder tener una representación política de manera activa. Ese es el verdadero problema, no como se ha puesto en los periódicos de que es una cuestión del culto externo que ya se permite, porque en realidad el culto externo siempre se permitió; lo único que se decía en la anterior redacción era que el culto ordinariamente se hará dentro de los templos y extraordinariamente fuera de los templos. La verdadera reforma no es ésa, la verdadera reforma oculta es que se está abriendo la puerta para que la jerarquía ahora sí empiece a presionar mucho más fuerte amparada en este artículo, para obtener estas cosas que menciono”.
Aquí la tragedia, explica Blancarte Pimentel a Siempre!, en entrevista vía telefónica, “es que es el PRI, un partido supuestamente laico, quien hizo la reforma, porque sin él no se hubiera podido hacer y de hecho es el PRI quien la empujó junto con el PAN, igual que hicieron las reformas en 17 estados en contra de la despenalización del aborto. Lo más trágico es que nos anuncia que si Peña Nieto llega a la Presidencia de la República el próximo año, probablemente van a seguir ese tipo de acuerdos entre la cúpula priista y la cúpula de la Iglesia católica absolutamente en contra de los derechos de las otras agrupaciones religiosas, de los derechos ciudadanos de muchas personas que no están de acuerdo con esta concepción de libertad religiosa”.
De acuerdo con el decreto presentado ante el pleno “la reforma reconoce la libertad de religión conforme a los tratados de derechos humanos vigentes en México, que comprende manifestar la religión en forma individual o colectiva, en público o en privado.
“Se indica que todo Estado laico, por su carácter de imparcialidad, debe considerar la libertad de religión, pues no hacerlo en los términos en que se pactó en los tratados internacionales revela la actitud de un Estado anticlerical por definición, circunstancia que lo aleja de su laicidad”.
Sucedió en el pleno de San Lázaro
De acuerdo con el boletín 4512 emitido por la Cámara Baja: Aprueba el pleno reforma constitucional en materia religiosa, que hace un recuerdo de lo sucedió en la sesión del 15 de diciembre en San Lázaro, durante los posicionamientos, el diputado Felipe Solís Acero, del PRI, “destacó que en el dictamen no hay alguna afectación ni al derecho de quienes quieren creer y profesar una religión, ni al de aquéllos que quieren cambiar, ni tampoco a quienes han preferido mantenerse en el agnosticismo”.
“Propuso reintegrar la redacción literal actual vigente del párrafo tercero del artículo 24, que limita el ejercicio del culto público a los templos destinados para ello, dando atribuciones a las autoridades competentes.”
Además, sostuvo que “no hay otra razón detrás de este proyecto de reforma, salvo la necesidad de cumplir lo establecido en el párrafo primero del artículo primero de la Constitución y el artículo 12 del Pacto de San José, que nos obliga a mantener y reconocer en las normas constitucionales la libertad de conciencia”.
Por su parte, el diputado panista Javier Corral Jurado expresó ser creyente del Estado laico y “precisamente porque creo en él afirmo que esta reforma no atenta contra la esencia del Estado laico ni vulnera el principio de división de la Iglesia y el Estado”.


