Quieren desestabilizar Kazajstán
Alexander Serikov
El mundo sigue siendo sacudido por disturbios populares. Esta vez los iracundos habitantes salieron a las calles de la ciudad de Zhanaosen en Kazajstán, país asiático independiente y ex república de la desaparecida Unión Soviética.
Hasta hace poco este país se había mantenido al margen de las confrontaciones entre la población y las autoridades. Las demás cuatro ex repúblicas soviéticas centroasiáticas sufrieron por los disturbios: Uzbekistán en mayo del 2005, Kirguistán en abril del 2010, Tayikistán en junio del 2011y Turkmenistán en julio del 2011.
La quinta ex república soviética de Asia Central vivió relativamente tranquila gracias a la astucia de su presidente Nursultán Nazarbáyev, ex dirigente comunista de este país, quien durante los 20 años post soviéticos de su mandato supo tomar medidas preventivas para evadir toda clase de obstáculos en el difícil gobierno de su gran país.
Pero las grietas en su sólido edificio aparecieron en mayo del 2011, cuando comenzaron una huelga los petroleros en la ciudad de Zhanaosen de la región de Manguistau situada en el extremo occidente del país cerca del Mar Caspio y rica en petróleo.
Los petroleros demandaban aumento de salarios. Sus protestas de carácter económico tomaron otra faceta el día 16 de diciembre cuando en el país se celebró el 20 aniversario de la Independencia Nacional.
Aquel día el transcurso pacífico de las conmemoraciones festivas fue bruscamente interrumpido por una turba que asaltó la tribuna situada en la plaza céntrica de Zhanaosen y comenzó a destruir todo lo que encontraba en su camino: tiendas de campaña en que estaban los huelguistas, automóviles, vitrinas de negocios. Fueron quemados también un camión de la policía y varios edificios. Unos jóvenes, que, según varios testimonios, no pertenecían a los huelguistas, atacaron el edificio del poder local lanzando cocteles Molotov.
Los asaltantes gritaban lemas que exigían la renuncia del presidente Nazarbáyev. En vista de que los sucesos pudieran tomar proporciones peligrosas, la policía utilizó gases lacrimógenos para disipar la turba, luego hicieron varios disparos preventivos al aire y sólo cuando no se pudo detener el vandalismo, abrieron fuego contra la gente. Los observadores calificaron la situación en la ciudad como el inicio de una guerra.
Aquel día en Zhanaosen fueron bloqueados todos los canales informativos por lo que no se pudo conocer a ciencia cierta el número de personas afectadas. Solamente muy tarde en la noche la Procuraduría General de Kazajstán anunció que durante los disturbios del 16 de diciembre quedaron muertas 16 personas y más de 100 personas lesionadas. Como resultado del desorden fueron quemados varios automóviles, el edificio de la administración, la oficina de la compañía petrolera y un hotel cercano. La policía y los destacamentos militares lograron sofocar los disturbios, fueron detenidas 70 personas, entre ellas 5 sospechosas de instigar los desórdenes.
Las autoridades tratan de establecer con exactitud el origen de lo sucedido y de sus autores intelectuales. Para esto solicitaron la ayuda de los expertos de la ONU.
Por el momento sólo hay conjeturas: se descarta el papel de los huelguistas en incendiar el motín, se supone la participación de algunas fuerzas foráneas que querían desestabilizar la situación en Kazajstán, aliado económico y político de Rusia.
Además se detectó que para instigar a la población se utilizaron las redes sociales de la Internet, método probado en los recientes motines en otros países, y los servicios especiales de seguridad establecieron que las señales de comenzar desórdenes llegaban desde el extranjero.
Se llegó a la conclusión de que los que tratan de desestabilizar la situación en Kazajstán quieren contagiarlo con las bacterias de “revoluciones de colores” o de “primaveras árabes”.
Mientras tanto, el presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáyev, quien visitó personalmente la ciudad rebelde, decretó el 17 de diciembre el estado de emergencia y el toque de queda en la ciudad de Zhanaosen por una semana y luego los prorrogó hasta finales de enero del 2012.


