Hasta regresó René Bejarano
René Avilés Fabila
El PRD, desde que Cuauhtémoc Cárdenas fue confinado a “líder moral” de un partido completamente inmoral, corrupto, va de peor en peor. A la corrupción habitual, la que se traduce en dinero, hay que añadirle la política. Finalmente se despojó de sus ropajes de izquierda y se muestra tal como es: un organismo de dirigentes sociales, venidos de las cloacas políticas, que hoy aparecen encumbrados y con fortunas en verdad envidiables.
Quizá en estos días, de alianzas con el PAN, la derecha, la mafia que despojó a López Obrador, y pugnas internas, lo más escandaloso no sea el estar a punto de una ruptura definitiva ni que hoy dicho partido tenga una muy baja preferencia electoral, sino el regreso del campeón de la bribonería, el señor de las ligas, como la gente lo conoce, René Bejarano. No sólo está de regreso, confiesa sin rubor que jamás se fue del PRD, que apoya a López Obrador, su antiguo patrón, y que hoy de nuevo es restituido de sus cargos e incluso elevado a un altar.
René Bejarano regresa, sí. Ingresa en la comisión política. Para colmo, su esposa, Dolores Padierna, es la vicepresidenta del PRD. Esto se llama poner la Iglesia en manos de Lutero, como antes solía decirse ante el peligro que entrañaba para los católicos el arribo de los protestantes. Pero éste es otro caso. Bejarano vuelve para consolidar la candidatura de López Obrador dentro del PRD, puesto que ya el tabasqueño cuenta con la del PT y Convergencia, dos organismos que sobreviven y muy bien merced a los dineros del IFE.
Marcelo Ebrard dice estar en la pelea, trata de ser tan productivo como su jefe real, Manuel Camacho, va y viene. Hoy dice que está por las alianzas con el PAN, mañana se muestra hostil a este tipo de coaliciones con la derecha y clama junto a Alejandro Encinas y Dolores Padierna que la alianza es de las “izquierdas” (esto es, entre todos los herejes y renegados que dejaron el PRI). Sin embargo es obvio que la pelea está perdida. El milagro que aguarda es que López Obrador y sus “20 millones de seguidores” triunfen sobre Enrique Peña Nieto y ya en el poder le den Gobernación para preparar la sucesión que viene a su favor o a la de Camacho. Ya se pondrán de acuerdo, según quién esté mejor posicionado.
La corrupción del PRD es descomunal. Lo mismo se ha dado entre aquellos que vienen de partidos como el Comunista que entre los que vienen del PRI o de sindicatos modestos o grandes. Ha hecho ricos a personas de ninguna lectura y nula escolaridad como Higinio Chávez, El Pino, Guillermo Sánchez Torres o Clara Brugada, para sólo citar algunos sujetos notables. El caso de René Bejarano es muy representativo porque fue atrapado con el dinero en las maletas. Como algunos otros fue a parar a la cárcel por poco tiempo, el suficiente para escribirle poemas de admiración a López Obrador. Lo importante es que el tipo es un ladrón, que maneja a sus huestes con dineros que consigue de empresarios inmorales o de diversas organizaciones políticas afines. Pese a todo, allí está Bejarano, de regreso, mostrando su poderío dentro de un cascarón que todavía cobija a más de un tipejo que se ha enriquecido sin ningún miramiento. Lo más grave no es que sean ladrones, sino que también se robaron la ideología de una izquierda mexicana que había dado grandes luchas y sufrido persecuciones.
Festejemos este nuevo logro del PRD y seamos dignos, contribuyamos al deporte que tanto nos gusta: la corrupción y no olvidemos votar por sus representantes en todos los siguientes procesos electorales.
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