Emboscada bien preparada
Alexander Serikov
Las noticias sobre Chechenia -república autónoma de la Federación de Rusia que se encuentra en el Cáucaso del Norte- últimamente casi no aparecen en los medios de comunicación. Allá la situación prácticamente se normalizó y se considera tranquila. Así, por lo menos, afirma el actual jefe de esta república, Ramzán Kadýrov.
En todo caso, en Chechenia la situación está más tranquila en comparación con las de las vecinas repúblicas de Ingushetia y Daguestán también pertenecientes a la Federación de Rusia. Pero lo que sucedió en Chechenia el 8 de enero confirmó que la guerra contra los separatistas en este país todavía no ha terminado.
Los últimos combates contra ellos realizados por las tropas regulares de Rusia tuvieron lugar en 2010; en ese año, las bandas de rebeldes atacaron la Hacienda perteneciente al clan de Kadýrov en Tsentroy, y en octubre del mismo año los guerrilleros trataron de apoderarse del edificio del parlamento chechenio en la capital Grozny. Además, en agosto del 2011 en la capital fue perpetrado un ataque terrorista que dejó siete personas fallecidas. Las autoridades locales afirmaban que no había más guerrilleros terroristas en la república. Al parecer, la paz se instaló definitivamente en este país montañoso del Cáucaso del Norte.
Por lo general, en invierno en estas latitudes comienza la tregua forzada debido a las bajas temperaturas, frecuentes avalanchas en las zonas montañosas y fuertes neblinas lo que impide realizar actividades bélicas. Es por ello que muchos guerrilleros abandonan las montañas y regresan a sus hogares en la parte llana de la república. Y es poco probable que en esta época alguien se atreva a quedarse en los bosques inhabitados llenos de nieve los cuales en verano servían de magníficos refugios para los destacamentos de rebeldes.
Y fue el 8 de enero cuando estas afirmaciones quedaron refutadas. La madrugada de aquel día un grupo de reconocimiento del batallón Sur de la policía chechenia detectó un campo de guerrilleros. Los dos soldados de vanguardia pisaron las minas y murieron al instante. Luego los rebeldes abrieron fuego contra los elementos de la policía y cinco de ellos resultaron heridos. Fueron solicitados varios elementos de apoyo para completar el grupo de policía. Los bandidos se dieron a la fuga y en el transcurso de su persecución también fallecieron varios soldados víctimas de las minas escondidas.
Inicialmente no se pudo determinar el número de guerrilleros aunque quedó claro que era un grupo bastante numeroso y bien preparado militarmente. Fue descartada la posibilidad de un grupo aislado. Y los expertos militares llegaron a la conclusión de que se trataba de una operación enemiga bien preparada. Además, se conoció que los mandos de la policía tenían información sobre un grupo desconocido que se encontraba en la zona donde posteriormente tuvo lugar el combate. Pero no se pudo detectar este lugar desde el principio, y sólo cuando se encontró el campo bien camuflado, comenzó el combate.
Como resultado, quedaron en las montañas cinco cadáveres de los separatistas. De parte de la milicia las pérdidas fueron cuatro muertos y 16 heridos. Los estrategas militares creen que los guerrilleros estaban al tanto de los planes de la policía de localizarlos y por ello hicieron una emboscada en que cayeron los elementos que les perseguían.
Se habla de la traición en las filas de los militares chechenios. También se especula la posibilidad de poner en duda la capacidad de los mandos militares. Los directivos del centro ruso Memorial que se dedica a los problemas del Cáucaso del Norte, creen que la calma en su república de que tanto habla Ramzán Kadýrov, es aparente. Y la información real sobre lo que pasa en Chechenia aparece en los medios de información solamente cuando es imposible ocultarla.


