Roubaix, Francia.– Lo único que interrumpe su animosa plática es la fatiga de sus 95 años, su garganta pierde el sonido, la emoción corta las palabras, sus ojos se enrojecen y parecen dejar escapar una lágrima, el fotógrafo David Douglas Duncan con gran entusiasmo relata y describe lo que Picasso le decía, le señalaba, le explicaba o interrogaba.
DD como solía llamarle Picasso, ya era un célebre fotógrafo de guerra, cuando en 1956 con 40 años entró en la vida de Picasso para pasar 17 años fotografiando y viviendo en complicidad con el artista y su obra.
La exposición Picasso à l’œuvre (Picasso trabajando) en el objetivo de David Douglas Duncan, en el Museo de arte la Piscine en Roubaix, al norte de Francia, a una hora de París en tren, presenta una exposición excepcional, una coproducción europea entre 3 museos: Museo Picasso de Málaga, España, Kunstmuseum Picasso de Münster Alemania, para terminar en mayo en Roubaix, donde se tiene la suerte de ver casi todas las obras de colecciones privadas y públicas que forman la exposición. Se presentan 157 fotografías de la intimidad de Picasso, y 100 obras entre pinturas, cerámicas, esculturas en metal.
Ediciones Gallimard realizó en francés un magnífico libro de fotografías, textos y confidencias del muy singular David Douglas Duncan, recopiladas por las jóvenes y talentosas Stephanie Ansari, especialista de la obra de Duncan y Tatyana Franck, historiadora de los archivos de Claude Picasso.
Encontrar a David Douglas Duncan es descubrir y revivir a Picasso, DD cuenta con una gran emoción sus largas e interesantes anécdotas y vivencias, sus manos acompañan sus palabras, sus gestos y mímicas lo trasladan al momento exacto que nos cuenta, con tal intensidad, que de esos años surgió un mimetismo, que lo ha hecho, de alguna manera, transformarse en un Picasso.
Si la cámara de DD, como él mismo lo dice, no era la de un fotógrafo de artistas, ya que él fotografiaba la guerra, fue esa diferente visión que gustó a Picasso: el ojo de un hombre de otro medio. Picasso, desde su primer encuentro, le dejó entrar hasta su bañera, diciéndole: éste es el único lugar en donde aun nadie me ha fotografiado, después de esa foto intimista, DD realizó miles de “clics” para Picasso. Douglas Duncan recuerda que la primera vez que preguntó a Picasso, ¿Cuál es su periodo preferido, el azul, el rosa, el cubismo? Picasso puso su mano abierta frente a la cara de DD y le dijo ¿cuál de sus cinco dedos prefiere ?
Las cerámicas exhibidas son del periodo “Vallauris”, del que se descubren interesantes piezas, como la “Gacela” de la que DD contó: cuando vi el retrato, le pregunté al maestro ¿qué es esto? y Picasso me contestó: una gacela. Y se rió frente a mi incomprensión, ya que una gacela es una pieza que sirve de soporte en un horno de cerámica, sobre la cual Picasso había pintado a Jacqueline.
El encuentro se terminó con un afectuoso beso en cada mejilla de David Douglas Duncan para decirle ¡hasta pronto! Y él desearme ¡mucha, mucha suerte! Extraordinario deseo, ¡que ya se había cumplido! al tener la suerte de encontrarlo, escucharlo y fotografiarlo.