Entrevista a  Edgar González Ruiz/Periodista e historiador

Antonio Cerda Ardura

El mareo que tuvo el lunes pasado la candidata del PAN a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota, en el momento en que recibía en el Distrito Federal la agenda de seguridad y justicia elaborada por parte de especialistas en la materia, quizá demuestra no nada más que su campaña, que hasta el momento ha resultado bastante apremiante, agotadora y accidentada, está siendo demasiado para su salud, sino que la petición social de una justicia más eficiente y menos sangrienta que la mano dura que aplica hoy su compañero de partido, el presidente Felipe Calderón, y que todo demuestra que ella va a seguir aplicando, en verdad, la asusta.

¿Cómo resolverá Vázquez Mota una espiral de violencia que está dejando en México decenas de miles de muertos, sin recurrir a una fórmula en la que ella cree y admira, que es la dictadura, con esa exigencia de que cese la matanza? Eso es tal vez lo que hace que sus piernas se doblen.

En 1998, cuando Vázquez Mota era consejera de la Coparmex, publicó un polémico artículo llamado Dictadura y desarrollo, en el que si bien explicaba que la dictadura “no es sinónimo de bienestar económico, ni tampoco es una condición para el desarrollo sostenido de un país”, las fórmulas de la “mano dura” sí funcionaban. “Es importante distinguir que en el caso chileno, lo que dio resultado no fue el poder bajo las botas y el fusil, sino la correcta aplicación de principios y políticas económicas”, concluía la hoy candidata presidencial.

Poniendo su admiración por el régimen del chileno Augusto Pinochet en boca de otros, Vázquez Mota explicaba al principio de su artículo: “Entre los argumentos más recurrentes de quienes defienden la dictadura de Pinochet son los avances en materia económica que han posicionado a este país como el de más sano crecimiento en América latina y lo han convertido en un ejemplo a imitar por otros países incluido el nuestro, en algunas de sus políticas públicas”.

¿Esta forma de pensar hace que esta mujer tenga auténtico arraigo popular y esté remontando de súbito en las encuestas, como lo ha querido hacer creer el propio Calderón? Parece que no.

Edgar González Ruiz, periodista e investigador sobre la derecha en México y en América Latina, explica, en entrevista con Siempre!, que el apoyo que se asegura que tiene Vázquez Mota no es social, sino el del poder del dinero.

Aparte de advertir que Calderón podría recurrir a alguna situación extrema para anular las elecciones, González Ruiz dice que habría que preguntarse cómo es que doña Josefina tiene una supuesta popularidad arrolladora, cuando es una persona que busca que vayan a la cárcel las mujeres que abortan, negar los derechos sexuales de todas las personas, oponerse a los matrimonios homosexuales, e imponer la continuidad de la derecha en el poder, en contra del sentir de la mayoría de la población.

Continuidad de la derecha

Parece que no está comenzando muy bien la campaña de Josefina Vázquez Mota, con esas acusaciones de espionaje en contra de funcionarios cercanos al presidente Calderón.

Si resumiéramos lo que significa la candidatura de Vázquez Mota, tendríamos, en primer lugar, que lo que ella ofrece es la continuidad de la derecha en el poder, con todas las implicaciones que esto tiene para la sociedad. No es nada favorable para nadie, ni para ella misma, tener que desarrollar su campaña bajo la sombra de un personaje como Felipe Calderón, quien llegó al poder de manera muy cuestionada y, obviamente, no se quiere ir, porque no muestra ningún deseo de hacerlo. Entonces, su campaña comienza bajo este contexto de continuidad y de tiranía por parte de Calderón. En cuanto a ella misma, las expectativas no son nada buenas. Mucha gente recuerda cómo ella participó en la llamada guerra sucia del 2006, al encabezar el equipo de campaña de Calderón. Lo están comentando cada vez más en las redes sociales. Esa historia no es desconocida para nada. Así que la candidatura de Vázquez Mota es la de una persona que está empeñada en llegar al poder, con el simple argumento de que es mujer, hecho que a ella le parece suficiente. Y, ante todo, ella representa un partido que tiene como uno de sus principales proyectos encarcelar a las mujeres que abortan. Ella está peleando por eso. En la ciudad de México esas implicaciones son todavía más dramáticas, porque aquí se ha logrado ya despenalizar el aborto. Vázquez Mota es una amenaza para la seguridad y el bienestar de la sociedad y, en particular, del de las mujeres. Paradójicamente, el único argumento que esgrime y que, según ella, es el que le representa la ventaja sobre los otros candidatos, es el de ser mujer. Algo similar sucede en el caso de la señora Isabel Miranda de Wallace, candidata del PAN al gobierno del Distrito Federal. Por añadidura, ella ha dicho que ni siquiera está de acuerdo con esos proyectos.

¿Cuáles han sido hasta ahora los errores de Vázquez Mota?

El gran error es su propia participación política, el formar parte de la derecha. Pero eso es lo de fondo. En el aspecto más técnico, hay muchísimos, empezando por su historia misma. Ella llegó a la escena política de la mano de Vicente Fox, y en 2006 participó en el fraude, en toda la guerra sucia de la derecha en contra de Andrés Manuel López Obrador. Al frente de la Secretaría de Educación empezó a otorgar una serie de concesiones a la Iglesia católica y a los grupos conservadores. Y ahora se presenta como la abanderada de la continuidad y, por lo tanto, de la sumisión al gobierno de Calderón, y de la derecha. Esos son los grandes errores. De las cuestiones técnicas podríamos decir muchísimo y no acabaríamos. Una de las más escandalosas ha sido la famosa denuncia por espionaje, donde ella involucró a personajes del gabinete de Calderón y luego quiso echarle la culpa al PRI. ¿Y eso que significa? Que dentro del propio panismo no hay cohesión y que hay fuertes pugnas en ese partido, como siempre las ha habido. Al igual que Ernesto Cordero, y si bien en la precampaña marcó una mínima distancia con él, Vázquez Mota está haciendo ahora lo que hacen los políticos derechistas que quieren sobrevivir en estos tiempos: tratar de ser una calca de Calderón. De manera que sus errores son los mismos que los de Calderón: ser autoritaria y recurrir a la represión. Ya está difundiéndose, por ejemplo, y causó también escándalo, el que haya impedido que entrara a un acto de su campaña una reportera del portal Sendero del Peje (SDP). Y bueno… Ahí están todos los comentarios imprudentes que ha hecho en diferentes reuniones, como cuando ridiculizó a la Ibero durante una visita a la Universidad Anáhuac. Todo eso es una calca de Calderón, y así no se puede esperar nada bueno.

¿Tiene alguna ventaja?

Su gran apoyo no es social, sino el que le pueda proporcionar el gobierno federal, induciendo a medios de comunicación a hacerle propaganda; el de los propios medios controlados por grandes empresarios; la televisión, donde ella tiene presencia, porque socialmente no la tiene; el clero, y ya… Esos son sus grandes apoyos.

México, en teoría, está cansado de eso y de los gobiernos de la derecha. Van dos en los que prácticamente el país no ha tenido avance.

Al contrario, ha habido grandes retrocesos, como la modificación que se acaba de hacer del artículo 24 constitucional. Los cambios los impusieron los senadores derechistas católicos del PAN, con la complicidad del PRI, para mencionar lo último y lo más raro que ha ocurrido. Ese costo lo va a tener que asumir Vázquez Mota.

¿Qué tanto es hoy México menos machista? ¿Realmente éste es un factor que le ayude a Vázquez Mota?

En la ciudad de México ha habido ya una jefa de gobierno, Rosario Robles. Hemos tenido algunas gobernadoras. Ese ni es un problema ni una ventaja para Vázquez Mota. El problema ahora no es votar en razón del sexo, sino por lo que representa cada candidato. En el caso de Vázquez Mota, ella representa exactamente al machismo, al conservadurismo extremo y, lo resumía hace unos momentos, al partido que tiene como prioridad encarcelar a las mujeres que abortan, negar los derechos sexuales de todas las personas y oponerse a los matrimonios homosexuales. ¡Esas son las prioridades del PAN y lo que ella representa, aunque sea mujer!

 

Encuestas sacadas de la manga

Se han mostrado algunas encuestas que ubican a Josefina Vázquez Mota en segundo lugar de las preferencias electorales. ¿Hay posibilidades de que remonte la diferencia que la separa del priista Enrique Peña, o que el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López, la alcance?

En primer lugar, esas encuestas son muy poco confiables. En los Estados Unidos, los republicanos de la época de George W. Bush usaron ese tipo de trucos. Es decir, su candidato milagrosamente ya había remontado o superado al abanderado demócrata. Los cuatro puntos porcentuales que Calderón refirió que le faltaban a Vázquez Mota para alcanzar a Peña Nieto, fue otro de los episodios lamentables del Presidente. ¡Gratuitamente sacó esas cifras! Tan sólo habría que preguntarse por qué razón Josefina Vázquez Mota habría que tener una popularidad tan arrolladora. ¡No se le ve ninguna ni hay nada para corroborarlo! Si acaso, ha tenido el apoyo de los medios. Pero no, no hay nada que valide esa afirmación.

¿Significa que hasta ahora no hay signos de que realmente Vázquez Mota tenga arraigo popular?

¡Absolutamente ninguno!

¿Que nos indicaría esto respecto a las otras campañas?

El candidato que hasta el momento ha mostrado más posibilidades de llegar al poder, de ganar las elecciones, es Peña Nieto. Se ha mantenido también, en gran medida, el arraigo, la base social que tenía Andrés Manuel López Obrador. Pero Vázquez Mota, con una serie de trampas y de trucos quiere imponer la continuidad de la derecha en el poder, en contra del sentir de la mayoría de la población. Tan sólo habría que ver cuáles han sido los resultados para el PAN en todas las campañas desde 2009, incluso desde 2006, hasta a la fecha. Excepto lugares como Guanajuato, porque ya ni en Jalisco, que yo sepa, el PAN no ha ganado ni una elección importante. El PAN ha tenido que arroparse en otros partidos y que hacer alianzas. Así ganó el gobierno de Puebla, por ejemplo. Pero este señalamiento está basado en hechos y no es una afirmación arbitraria como ésa de que Vázquez Mota ya está teniendo gran popularidad. Y si nos basamos en ese hecho, es obvio que el pronóstico sobre su candidatura no puede ser nada bueno. Sin embargo, hay un factor que es también muy importante, el cual es contrario a las tendencias populares y sociales: el poder inmenso de que disponen los personajes y los sectores que están detrás de la derecha católica o que forman parte de ella.

Es decir, el dinero.

El dinero, el poder del dinero, que es el que controla a los medios de comunicación, a las grandes televisoras y a todas las grandes empresas. Y a pesar de que ya no tiene gran base social y está prácticamente en decadencia, la jerarquía católica sigue teniendo una gran influencia política y económica, por la presión que puede ejercer, no sobre la sociedad, porque ya nadie le hace caso, sino sobre los sectores poderosos, por el miedo que le siguen teniendo los políticos.

Incierto desenlace sexenal

¿Ese factor podría cambiar el rumbo de la elección?

El factor sorpresa es también que Calderón pueda recurrir a alguna situación extrema, como tratar de anular las elecciones recurriendo al Ejército, simulando el recrudecimiento de la supuesta guerra contra el narco, al culminar su periodo. Como lo ha hecho a lo largo de seis años, de forma sangrienta, agresiva y autoritaria, el desenlace sexenal podría ser algo correspondiente. Eso es casi un patrón en la política en nuestro país. Hay que recordar que la transición, el relevo sexenal, aun en la época priista, era similar a lo que había sido el gobierno del presidente en turno. Por eso ahora no cabe esperar una transición suave. Y, además, es difícil esperar que Calderón vaya a tener una actitud respetuosa y democrática. Si llegó al poder como llegó, como él mismo dijo: “Haiga sido como haiga sido”, pues así se va a ir, si es que no quiere hasta forzar su propia permanencia.