Seguimos esperando propuestas

Yazmín Alessandrini

A tres semanas de iniciadas, las campañas de los cuatro aspirantes a la Presidencia de la República (Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto, Gabriel Quadri de la Torre y Josefina Vázquez Mota, los escribí en orden alfabético, así que no le busquen tres pies al gato) siguen sin calar hondo en el ánimo colectivo de los poco más de 79 millones 571 mil 297 de mexicanos que, con credencial de elector en mano, podrán apersonarse en las urnas el próximo 1 de julio para ejercer su derecho a votar. Y no los culpo, porque al día de hoy todos seguimos esperando que surjan las verdaderas propuestas y el diálogo político de altura que supuestamente deberían permear en tan trascendente coyuntura.

Del lado de la coalición Movimiento Progresista (Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano), el aspirante presidencial de las izquierdas sigue instalado en un papel de político amoroso que ya desesperó a varios de sus militantes y simpatizantes. Muchos se preguntan cuándo reaparecerá el Peje de antaño (agresivo, contestatario, rebelde y beligerante que le hizo ganar el calificativo de “López Obrador es un peligro para México”). Lo cierto es que su discurso ya se escucha desgastado y en su lenguaje corporal denota una tremenda desilusión.

Por su parte, el mexiquense Peña Nieto, quien encabeza la coalición Compromiso por México (conformada por los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México), está muy cómodo instalado en el primer lugar de todas las encuestas que miden el momentum previo a la elección. Con una atinada postura de no engancharse con alguno de los múltiples golpes bajos que le asestan desde el PAN, el ex gobernador del Estado de México, sabiéndose puntero, despliega una estrategia que suelen aplicar los boxeadores cuando desde su esquina saben que ya está ganando la pelea: “boxea a distancia, no te arriesgues y no te acerques demasiado al rival”, pero sus potenciales electores anhelan un poco más de osadía.

Del señor Quadri, abanderado de la causa (perdida) del Panal, no hay mucho qué decir. Está feliz de la vida viviendo sus 15 minutos de fama a lo que todo ser humano tiene derecho de acuerdo con el icono del arte pop Andy Warhol. Se pasea de lo lindo por todo lo largo y ancho de la geografía mexicana, tiene spots en la televisión y ya todos lo reconocen por su horrible y ridícula combi verde. ¿Qué más puede pedir?

Finalmente, con la Jefa (?) Vázquez Mota no queda mucho qué agregar. Víctima de sus innumerables dislates (provocados por ella y su equipo de campaña) es quien más exposición está teniendo en los medios, lo que para ella según está muy bien porque eso se traducirá en muchísimos votos (yo, lo dudo). La cosa le está yendo tan mal que ya hasta su antiguo patrón Vicente Fox le aplicó los santos óleos y el presidente Felipe Calderón ya le endilgó prácticamente a todos los inquilinos de la cueva de Alí Babá para que le remienden la plana. ¡Ni cómo ayudarla!

 

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