Panorama dividido en las elecciones francesas

Martha Bañuelos

 

París.-Para las elecciones presidenciales de Francia los candidatos más importantes han organizado las últimas reuniones electorales: Sarkozy ( de la derecha) en la Plaza de la Concordia; Hollande (socialista) en el Castillo de Vincennes, y Mélenchon (de extrema izquierda) el posible tercer hombre en la contienda, reunió una verdadera multitud frente a las playas de Marsella.

Y justo antes de la primera vuelta, este 22 de abril (segunda y última el 6 de mayo), las dudosas intenciones de votos son: Nicolas Sarkozy 27 por ciento (UMP, La Francia silenciosa); François Hollande 28 por ciento (PS, El cambio es ahora); Jean-Luc Mélenchon 16 por ciento (Frente de Izquierda, El humano en primer lugar); Marina Le Pen 15 por ciento (Frente Nacional, La voz del pueblo); François Bayrou 10 por ciento, (MoDem centro, La verdad). Los otros candidatos tienen de 1 por ciento a 2.5 ciento: Nathalie Arthaud de Lucha Obrera, Philippe Poutou del Nuevo Partido Anticapitalista, Nicolas Dupont-Aignan de La República de pie y Eva Joly de Europa Ecológica y los Verdes.

Esta campaña electoral es la muestra de la insatisfacción del presente, en sus arengas los candidatos, lo demuestran: la extrema derecha quiere salir de la Comunidad Europea y de la globalización; la derecha de Sarkozy, propone cada día nuevas reformas; el centro piensa que ni la derecha ni la izquierda son capaces de reformar; la izquierda quiere reformar y la extrema izquierda desea reformas profundas.

Lo que ellos quieren decir es que ninguno está de acuerdo con la situación actual, pero a la vez tienen la inquietud del resultado del cambio, ya que actualmente Francia invierte 56 por ciento de su riqueza en el gasto público, a diferencia de los años 60 cuando era de 30 por ciento, ya que a partir de 1975 se fue aumentando el gasto, pero no la receta, creando déficit del presupuesto. Los candidatos saben que no pueden continuar así, pero ¿habrá ciudadanos dispuestos a hacer esfuerzos reales?

La ausencia de certeza y la falta de perspectivas están dominando; es la razón para que los programas de Hollande y Sarkozy, giren en torno de la creación de una Banca pública de inversión, pero ya en 2008 se creó el Fondo Estratégico de Inversión, el cual invirtió 4 mil millones de euros en 3 años; o sea que dan lo mismo, con otro nombre. El que llegue al Palacio del Eliseo, deberá continuar las medidas financieras para las empresas de todos los tamaños, creando un ámbito de confianza.

Por otro lado, a la campaña le falta enfrentar la cuestión del euro, los candidatos evitan hablar del federalismo presupuestario, de las recetas fiscales y la armonización de nivel de vida entre los diferentes países de Europa. Olvidan hablar de los daños que causaría la explosión del euro, los que serán superiores a las ventajas.

Tampoco hablan del gobierno y el crecimiento europeos, ya que el desarrollo económico viene con la confianza, y la confianza es la capacidad de hacer una hipótesis sobre el comportamiento futuro, poder decir lo que pasará dentro de uno, 5 ò 10 años. Lo malo es que los actuales políticos, sólo conocen la política de lo inmediato.