Entrevista a Esthela Damián Peralta/Diputada del PRD
Antonio Cerda Ardura
El Poder Legislativo reprobó en abril, de manera consecutiva, las cuentas públicas correspondientes a 2008 y 2009 de la administración de Felipe Calderón, en tanto que las conclusiones de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados sobre la cuenta de 2010 fueron entregadas para que sean dictaminadas por la próxima Legislatura federal.
La reprobación de las cuentas de Calderón se basó en la revisión realizada por la Auditoría Superior de la Federación, instancia que concluyó que hubo un mal uso de los recursos públicos.
Los legisladores explicaron que las cuentas del régimen calderonista fueron reprobadas, puesto que, amén de las irregularidades que se detectaron, en México aumentaron la pobreza, la inseguridad y el desempleo; se contrajo la economía, y se incrementó la deuda pública.
Más gasto y menos seguridad
Respecto a la Cuenta Pública 2008, los legisladores de todos los partidos, excepto del PAN, reprobaron al gobierno federal en materias de educación, economía, empleo e infraestructura, pero, además, advirtieron que la deuda pública durante todo el sexenio aumentó a más de 7 billones de pesos.
Por sólo dar un ejemplo, en lo que compete a la Secretaría de Educación Pública, cuando Josefina Vázquez Mota era la titular, el dictamen presentado por la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública detalló que la cancelación de contratos para el programa Enciclomedia, por 11 mil millones de pesos, dejó un daño patrimonial de más de 2 mil millones de pesos.
Sobre ese mismo programa, los diputados indicaron que una de las tantas irregularidades que se detectaron es que mil 300 millones de pesos que se reportaron como ejercidos, a finales de octubre de 2009 se hallaron depositados en la cuenta del Fondo para la Educación (FAEP).
“El Ejecutivo no sólo no ejerció el gasto que le fue autorizado, sino que sus informes contienen simulaciones de ajustes para ocultar millonarios subejercicios”, indicaron los legisladores.
También sostuvieron que en ese año el gobierno tuvo un excedente por ingresos petroleros de 172 mil millones de dólares, los cuales no se sabe dónde están y con los que se pudieron haber construido ocho líneas del Metro, 5 mil 733 escuelas o terminar la refinería de Hidalgo.
El gobierno federal, en contraparte, no alcanzó su meta de Producto Interno Bruto (PIB) planteado en 3.7 por ciento, ya que sólo se llegó al 1.3 por ciento. De 800 mil empleos prometidos, sólo se crearon 37 mil 500 y la industria sufrió una caída de producción del 0.7 por ciento.
Al hablar de los resultados de 2009, los legisladores establecieron que, a finales de ese año, el PIB presentaba una caída de 6.1 por ciento; el precio del barril de petróleo fue muy por debajo de los pronósticos; el dólar se cotizó hasta en 13.7 pesos, y la inflación fue de 3.6 por ciento.
Asentaron también que las exportaciones e importaciones se redujeron de manera significativa, mientras que 181 mil 271 trabajadores quedaron sin seguro social.
“Los resultados”, indicaron, “revelan deficiencias en la capacidad del Ejecutivo para identificar correctamente los embates externos y actuar de manera oportuna y adecuada para proteger el mercado interno”.
Los diputados hicieron notar que en 2009 los gastos erogados en servicios personales en las dependencias federales, particularmente en las de seguridad pública y nacional, crecieron en 12 por ciento, mientras que la inseguridad se elevó hasta convertir a ese año en el más violento de esa década.
En suma, en 2009 el Ejecutivo federal se endeudó 20 por ciento más que en 2008 y “guardó” en fideicomisos unos 400 mil millones de pesos, en lugar de usarlos para enfrentar la recesión.
En entrevista con Siempre!, la diputada del PRD, Esthela Damián Peralta, presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación en la Cámara de Diputados, aseguró que el régimen de Calderón se caracteriza con estas cuentas por su opacidad, corrupción y el desvío de recursos.
Vicios repetidos
En términos generales, ¿cómo han salido los números de la administración de Felipe Calderón?
La Comisión de Vigilancia acaba de entregar conclusiones de la Cuenta Pública 2010 y la Cámara de Diputados ya dictaminó 2008 y 2009. En mi opinión, tenemos varios vicios que se vienen repitiendo año con año, porque no aprendemos de las auditorias anteriores y, en términos generales, siguen existiendo mucha opacidad, mucha corrupción y mucho desvío de recursos. Tenemos también grandes problemas por la falta de experiencia en el Ejecutivo, a través de diferentes servidores públicos. La gente que llega a los principales cargos ni tiene conocimiento de la materia, ni son servidores públicos con la disposición de someterse a un proceso de aprendizaje rápido en sus áreas. Esto hace que se cometan un sinfín de malos o inadecuados manejos del presupuesto. Otro aspecto es, sin duda, la mala fe de algunos de los personajes que ejercen los recursos. ¡Eso existe también! Hay quienes están buscando la ocasión para saltar o para evadir la norma de manera permanente, o cómo hacer trampas en las licitaciones. También hay quienes buscan cómo adjudicar las obras de manera directa y se valen de amigos, familiares o de prestanombres para realizar procedimientos de licitación fraudulentos.
¿Esto, traducido, nos indicaría que en el gobierno de Felipe Calderón se están robando los recursos públicos?
No puedo decir específicamente que se estén robando los recursos públicos. No tengo elementos para hablar en esos términos tan amplios y generales. Podría señalar algunas cosas en particular y decir que algunas auditorías me preocupan más que otras. Es decir, no todas las auditorías señalan en sus resultados que se llevan el dinero. En muchas ocasiones el dinero existe, pero la obra es inadecuada, o es excesiva, o está mal pagada, o a propósito fue realizada de manera tramposa para que hubiera una mayor ganancia hacia determinadas personas. Hablemos, por ejemplo de la Estela de Luz, del Parque Bicentenario, de los propios festejos del Bicentenario. Sería grave señalar que un resultado negativo de la auditoría es que el dinero se lo llevan a su casa o se lo roban.
Nos quedamos, entonces, en malos manejos.
Podríamos hablar de malos manejos, de procesos administrativos deficientes, de errores consecuentes, o de gobiernos caros, de poca austeridad, de poca transparencia, de desvío de recursos…
Se sabe, por ejemplo, que en la revisión de 2010 la Auditoría Superior de la Federación detectó malos manejos en el IMSS, los cuales le causaron una afectación presupuestal por 853 millones de pesos. ¿Estos son los ejemplos que tenemos en general? ¿Esto se repite en otras dependencias?
Ocurre, por ejemplo, en Petróleos Mexicanos y en la Comisión Federal de Electricidad. Es decir: las auditorías de las principales dependencias vienen salpìcadas de observaciones y de resultados negativos.
Entonces es una constante.
Sí. Año con año las dependencias que simple y llanamente manejan más recursos se caracterizan porque sus márgenes de riesgos son infinitamente más altos. Pero, además, contra ellas tenemos permanentemente acusaciones en el sentido de que el dinero no se manejó en la forma adecuada o fue desviado. Como ya le explicaba, se hacen trampas en la licitación o se quedan con un margen de ganancias altísimo, o buscan proveedores que les van a vender a ellos y se distribuyen las ganancias. Son fundamentalmente estas empresas.
Lejos de la rendición de cuentas
En febrero pasado, algunos actores políticos señalaban en los medios de comunicación que el gobierno de Calderón era “malo, despilfarrador y corrupto”, por los resultados de la Auditoria Superior de la Federación. ¿Estos adjetivos son una característica?
Yo diría que como resultado y como síntesis de la administración pública federal, el Partido Acción Nacional se caracterizó por ser una bancada que, teniendo la oportunidad de consagrarse, sumándose a la mayoría o al resto de los grupos parlamentarios en la Cámara para transformar la fiscalización en México, no lo hizo. El PAN se negó a caminar de la mano con los otros legisladores para hacer transformaciones de fondo, reformas de gran calado que harían mejores condiciones para fiscalizar de manera más oportuna, y castigar de manera ejemplar. Todos estos asuntos, en mi opinión, están directamente vinculados con una ausencia de vocación democrática para la rendición de cuentas y esto nos lleva a determinar que quien está a favor de la opacidad y ausente de la rendición de cuentas, está necesariamente muy cercano a la corrupción.
Este mismo señalamiento sobre la revisión de la Cuenta Pública 2010, que se hizo a mediados de febrero, indicaba que “el actual Presidente y sus colaboradores han participado en un verdadero festival de corrupción sin fondo en el que han desaparecido o malgastado miles y miles de millones de pesos”. ¿Como va a volver este dinero a las arcas públicas?
Los procedimientos administrativos acerca de las sanciones no se cancelan en el momento en que se dictamina o se entregan conclusiones. Estos procedimientos continúan en el órgano de control interno que corresponde. Hay un procedimiento repositorio que lleva la Auditoria Superior de la Federación ante la Procuraduría General de la República, dependiendo de cada caso.
Ante la PGR se radicará cualquier demanda.
En términos de la actual norma, ahí se están radicando. La finalidad es que las malversaciones no queden impunes. Lamentablemente el PAN se vuelve cómplice de la corrupción, de la falta de transparencia y de la ausencia de rendición de cuentas. Tuvieron la oportunidad de acompañarnos en una reforma constitucional en la Cámara de Diputados y el Senado y, simple y llanamente, se negaron. Eso habla de su falta de compromiso hacia este tema.


