De todo corazón

Guadalupe Loaeza

Mientras que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, ha estado sumamente ocupado con el aniversario 150 de la Batalla de Puebla, el exgobernador, Mario Marín, mejor conocido como “el góber precioso”, está que no lo calienta el sol, por las últimas noticias concernientes a su hijo mayor. De acuerdo con el portal Puebl@Media, el cual se puede consultar en la página www.pueblamedia.com. Mario Marín Torres resulta ser uno “de los grandes beneficiarios del sexenio de su padre, quien sirvió como prestanombres y accionista de negocios inmobiliarios” (Excelsior, marzo 12).

Hace un par de semanas comí con empresarios en Puebla, y el tema de conversación era muy diverso, por un lado, no dejaban de elogiar todo lo que ha hecho Moreno Valle desde que fue elegido, gracias a la coalición PAN-PRD, como gobernador; y por otro, los comentarios a propósito de la corrupción del hijo del exgobernador, eran de verdad, apabullantes. “Con el dinero de millones de poblanos compró palacios, residencia y chalets en toda Europa”, dijo uno de los comensales profundamente indignado. “Dicen que vive en la ciudad de Wels, en Austria, con su esposa que se llama Nadja Ludmer. Parece ser que le compró un chalet en los Alpes que le costó 5 millones de dólares”, comentó otro señor poblano. “Lo peor de todo es que nos dejó una deuda estatal por un monto de 9 mil millones de pesos”, agregó furioso otro de los invitados. “Yo me enteré por el portal poblano, que ahora el exgobernador está prófugo en Holanda y que tanto hijo como padre se dicen despreocupados de las imputaciones que se le han efectuado a Marín”, aseveró uno del grupo. “A mí me dijeron que la fortuna de Marín Torres se ha estimado en 15 mil millones de pesos, falta sumar el valor de sus bienes inmuebles y negocios adquiridos en dólares y euros, distribuidos en una decena de países de América y Europa”, comentó por fin el que se había mantenido más callado.

La conversación de la sobremesa se iba tensando más y más. Todo lo que allí se comentaba me resultaba, desafortunadamente, muy familiar. Cuántas veces hemos escuchado, los mexicanos, las mismas conversaciones que tienen que ver con la corrupción y la impunidad, cada vez que termina uno de los tantos sexenios priistas que hemos tenido ya sea con presidentes o gobernadores: que si tiene un departamento de 600 metros en París, que si se compró un castillo en Francia, que si tiene la casa más grande de la zona residencial más exclusiva de San Diego, que si tiene un yate estacionado en los muelles de Saint Tropez, que si tiene un avión privado, que si esto que si lo otro…

Afortunadamente, en mi visita a Puebla, no nada más me enteré de cosas tan negativas, también tuve oportunidad de conversar con el gobernador Rafael Moreno Valle. Después de contarnos a un grupo de investigadores e historiadores todo lo que se ha rescatado y remodelado respecto a muchos monumentos históricos, que no habían sido tocados en cincuenta años, nos invitó a visitar los Fuertes, el de Guadalupe y Loreto, construidos a lo largo de 74 hectáreas. En esos fuertes se encontrarán las reliquias de la batalla de Puebla. Mientras nos dirigíamos a pie de la Casa Puebla hacia estas construcciones que sirvieron como escenario de los acontecimientos de la Batalla del 5 de mayo, pasaron varios coches. Prácticamente todos los conductores, gritaban desde la ventanilla de su vehículo: “¡Gracias, góber!”. Moreno Valle les sonreía y los saludaba, en mangas de camisa, con absoluta sencillez, tal y como si se hubiera tratado de viejos amigos. Eran poblanos felices, pero sobre todo muy orgullosos de que su ciudad se haya convertido, en tan sólo unos meses, en uno de los lugares históricos más importantes de nuestro país, los cuales ahora sí se podrán visitar y honrar con motivo de las próximas celebraciones del 5 de mayo. Las mismas felicitaciones y manifestaciones de agradecimiento dirigidas a Moreno Valle sucedieron cuando nos encontrábamos en el Centro Cívico 5 de mayo, es decir, en el monumento emblemático diseñado por el arquitecto Enrique Norten, quien ganara con un concurso internacional. Desde este mirador se ve la laguna, la calzada Zaragoza, el Museo de la No Intervención y el estadio Zaragoza. Hay que decir que todo el rescate de la zona histórica ha sido en coordinación con el INAH.

No hay duda, la Heroica Puebla de Zaragoza, fundada el 16 de abril de 1531, se ha vestido de fiesta para conmemorar la única batalla que nos ha dado tanta gloria, no nada más con el rescate de sus monumentos, avenidas y puentes, sino con un programa cultural impresionante.

No nos queda más que decir de todo corazón a Moreno Valle: “¡Gracias, góber!”