Andrea Sánchez Quintanar

Andrea Sánchez Quintanar fue fundadora y presidenta de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe y Premio Universidad Nacional de Docencia en Ciencias Sociales en 2002. No puede olvidarse que su madre fue maestra y su padre, Modesto Sánchez Vázquez, fue director de la Escuela Normal Superior, circunstancias biográficas que conducen a que la historiadora, recientemente fallecida, dedicara su vida a la docencia y sus reflexiones, en libros y cátedras, a la enseñanza de la Historia. Fue maestra, por más de 40 años, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, aunque también la escucharon alumnos de Chapingo, de la Universidad Iberoamericana y del Colegio de México. Pero tal vez el dato más notable de su carrera académica sea su dedicación al programa de Titulación de Profesores de Bachillerato, del que era coordinador su esposo, el profesor de Filosofía, Fausto Hernández Murillo y que logró que se titularan, y con ello, mejoraran su condición académica e incluso salarial, más de cien profesores de enseñanza media superior, Esta tarea, iniciada en 1983 y que se continúo hasta la muerte, primero de Fausto y después, de Andrea, se extendió por más de dos décadas. No es superfluo añadir que este programa fue modestamente remunerado en un principio y luego la pareja continuó ejerciendo la dirección de tesis sin goce de sueldo.

La maestra Sánchez Quintanar se relacionó desde sus años preparatorianos con el marxismo, primero, con el novelista e historiador José Mancisidor y luego, ya en la UNAM, con el maestro exiliadoWenceslao Roces (traductor de El Capital, de Marx, al español) del que Sánchez Quintanar fue profesora ayudante. Andrea participó en el movimiento estudiantil-popular de 1968 y en la formación de los sindicatos de trabajadores y académicos de la UNAM.

La historiadora Andrea Sánchez Quintanar (y aquí comenzamos a copiar el texto de los alumnos de Andrea, coordinados por Refugio Bautista Zane y Marco Antonio Anaya Pérez) incursionó en dos líneas que fortalecieron su labor docente: “… la primera, la construcción de conceptos en la enseñanza de la historia: la segunda, estrechamente vinculada con ésta, el análisis sobre el nivel y grado de conocimientos y conciencias históricas en la población mexicana. Al respecto, ha elaborado varias antologías y bibliografías de textos de historia y análisis de cultura y conciencia histórica en diversos sectores de la población…”. Sus avances y resultados de investigación los ha presentado en diversos y numerosos foros académicos de nivel nacional e internacional.

Como profesora, Andrea ha trasmitido a sus alumnos la necesidad de crear conciencia de la importancia de la historia en el pueblo, independientemente de su actividad laboral y su estrato social. Todos debemos tener una conciencia de nuestro pasado como premisa indispensable para alcanzar la plenitud como seres humanos. Como seres pensantes, construimos concientemente nuestro pasado para entender el presente y programar el futuro. La historia -según Andrea- permite la realización del hombre como ser humano.

Contrariamente a las personas que ven el estudio del pasado como algo aburrido, como una lista cronológica de fechas y nombres que se aprenden para pasar el examen y después olvidarse, Andrea se pronuncia por una historia viva y actuante que nos permita comprender y entender el presente; no por su comprensión misma sin utilidad alguna, sino como una herramienta fundamental y necesaria para programar y moldear el mañana. Siendo optimistas, la historia como decía Marx, no debe usarse sólo para entender el presente sino para transformarlo buscando estadios sociales superiores, más justos, humanos y democráticos.

En la comprensión del presente y en la construcción de una sociedad más humana, los maestros juegan un papel importante como creadores de conducta del destino colectivo. Al referirse al estudio del pasado, la Maestra Andrea señala que los personajes históricos no deben ser juzgados con ojos del presente, sino explicarlos en el contexto de su tiempo. No se puede enseñar toda la historia; es más, ni siquiera conocemos toda la historia. Si bien el pasado ya no existe, sí fue una realidad, tanto así que somos el fruto de ese pasado sin el cual no existiríamos. Por lo demás, debemos tener en cuenta que ese pasado, alguna vez fue presente. En otras palabras, nosotros somos el futuro de ese pasado.

La historia es peligrosa para el poder hegemónico, señalaba la Dra. Sánchez Quintanar. Por eso, el Estado pretende descalificarla eliminando sucesos “indeseables” y procesos revolucionarios que tienen como eje e! cambio social. La clase hegemóníca y los globalizadores quieren una historia aséptica en la que no se manifieste la lucha de clases.

Para contrarrestar esta corriente burguesa, la maestra Andrea Sánchez, mantiene su fe en el materialismo histórico. Señala que éste es un método de lucha e interpretación de la historia que tiene por objetivo la construcción de una sociedad más justa y humana. El marxismo, dice Andrea, no debe entenderse de manera dogmática y mecánica. Debe entenderse y aplicarse tomando en cuenta la dinámica cambiante de la sociedad. Los tiempos cambian, los espacios geográficos se modifican. El materialismo histórico debe también cambiar y aplicarse en el marco de una realidad en constante movimiento.

Andrea refuta a los intelectuales globalizadores que afirman que la historia no sirve para nada. Estos pensadores partidarios del libre mercado pretenden aniquilar el pasado al igual que las fronteras nacionales para dar paso al mundo global. Con la aniquilación de la historia, los globalizadores pretenden crear pueblos “bonsái”. como decía el padre de Andrea, el maestro Modesto Sánchez, pueblos enanos, pueblos sin conciencia histórica anclados en “la estrechez del presente”. Los pueblos sin conciencia de su pasado son incapaces de frenar la penetración ideológica y material de las grandes corporaciones trasnacionales del mundo.

Los partidarios de la libre empresa son prácticos, por eso rechazan y minimizan los conocimientos humanísticos en las escuelas. Los maestros que imparten materias humanísticas son vistos como maestros de segunda clase. Para Sánchez Quintanar, los historiadores democráticos comprometidos con la construcción de una sociedad solidaria y equitativa, deben canalizar sus esfuerzos educativos e intelectuales para contrarrestar el fuerte peso de la ideología hegemónica neoliberal, que rechaza lo humano promoviendo como valores fundamentales los pragmáticos como la adquisición de bienes materiales.

Los maestros de Historia deben intentar el desarrollo en los alumnos de la conciencia histórica. Esta conciencia es necesaria aun en estudiantes que rechazan las carreras humanísticas por otras más prácticas y lucrativas como: Química, Informática, Matemáticas o Agronomía. Todos deben saber historia, porque antes que nada, son hombres y mujeres que realizarán su actividad profesional con personas en una sociedad compleja. La historia, pues, es un elemento importante para que la persona alcance su realización como humano. Los problemas que plantea esta sociedad, podemos enfrentarlos estando conscientes de nuestra calidad como seres humanos.

Al referirse a la investigación histórica, la Doctora Andrea Sánchez plantea que los historiadores no deben quedarse con sus conclusiones. Los resultados de las investigaciones deben darse a conocer, deben servir a la sociedad que produce su conocimiento. El conocimiento histórico “se construye para ser mostrado”. Los avances y resultados de las investigaciones históricas se deben dar a conocer en: revistas culturales y especializadas, periódicos, libros, congresos, foros, coloquios, simposios, conferencias, mesas redondas y cualquier foro que se preste para ello.

Las violaciones a los derechos humanos cometidos en el pasado reciente y lejano, no deben olvidarse, se deben asumir las responsabilidades del pasado en el presente, como premisa necesaria para llegar al futuro en condiciones de salud mental y en el marco de un estado de derecho, libre y democrático. Para llegar a esta sociedad del futuro, los maestros juegan una papel importante como proveedores y moldeadores de la conciencia social.