Entrevista a Alfredo Jalife-Rahme/Profesor de geopolítica de la UNAM
Antonio Cerda Ardura
El final de un acontecimiento que debió haber sido totalmente apolítico, el concierto del ex beatle Paul McCartney en el Zócalo de la ciudad de México, el 10 de mayo, marcó el inicio de las protestas que hoy se conocen como la Primavera Mexicana, una analogía de la llamada Primavera Arabe, la serie de movimientos y revueltas que direccionaron hacia un nuevo rumbo a la mayoría de las naciones árabes. Al concluir la audición, que reunió a 200 mil espectadores en la Plaza de la Constitución y en sus alrededores, la difusión en Twitter del abucheo contra uno de los candidatos presidenciales fue sólo el preámbulo de la protesta que se dio al día siguiente en la Universidad Iberoamericana, durante la visita del priista Enrique Peña Nieto, que fue repudiado por los hechos ocurridos seis años atrás en San Salvador Atenco.
A partir de ahí, tras la acusación del PRI y de los señalamientos de José Carreño Carlón, coordinador de Periodismo en la Ibero (entrevistado en este mismo espacio la semana pasada), en el sentido de que estas manifestaciones juveniles habían sido manipuladas, los estudiantes lanzaron en Twitter un video que se convirtió en el Trending Topic “131 Estudiantes de la Ibero” y bandera de un movimiento en las redes sociales que, constituido por alumnos de esa universidad, el Tecnológico de Monterrey, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y la Universidad Anáhuac, pasó a las protestas físicas frente a instalaciones de Televisa y ha tomado desprevenidos y desconcertado a los políticos.
El movimiento estudiantil denominado “Yo soy 132” (es decir: el estudiante número 132, crítico y no acarreado”, exige la democratización de los medios de información, particularmente de la televisión.
En entrevista con Siempre!, el analista Alfredo Jalife-Rahme, profesor de geopolítica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el movimiento estudiantil en el marco del proceso de la elección presidencial es lo que se llamó en la zona árabe el cisne negro, una situación no prevista y en el lugar menos indicado.
Jalife duda que este movimiento sea manipulado y sostiene que la reconstrucción de México tendrá que pasar por la mano de los jóvenes.
También dice que la protesta juvenil “más que contra un candidato o un partido, va contra de la manipulación que ejerce Televisa”.
El lugar menos indicado
Se dice que la Primavera Arabe, la caída de los regímenes totalitarios de Africa del Norte, comenzó con la organización de la ciudadanía en las redes sociales. En México, en apariencia, se ha dado cierto repudio en las redes sociales a uno de los candidatos presidenciales y a las televisoras. ¿Hay alguna similitud?
Yo veo un fenómeno que se llama el cisne negro, que fue propuesto por el gran pensador libanés Nassim Nicholas Taleb en su libro El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable, que ha sido un best seller en Estados Unidos durante muchas semanas. En el mundo árabe, de 22 países, detonó la revolución en el lugar menos indicado. Fue en un lugar recóndito, en el más apacible de esa región: Túnez. El lugar menos probable para que se hubiera dado una revuelta era, precisamente, Túnez.
Esa inoportuna circunstancia es el cisne negro.
Ese es el cisne negro, pero cuando aparece tiene consecuencias. Trastoca todo un sistema. Y aquí rompió sistemas: los 22 países árabes se empezaron a tambalear. Pero, ¿qué sucedió? La inmolación de un joven estudiante, desempleado, que vendía frutas y verduras. Le quitaron su sustento y se inmoló. Y esto cautivó. Era lo que estaba esperando el mundo árabe, y se incendió. Yo creo que igual, en México, la Ibero es el lugar menos indicado para una revuelta o una manifestación, y menos contra un gigante: Televisa. Yo sí tengo mi lectura sobre eso: más que contra un candidato o un partido, esto va en contra de la gravísima manipulación que ejerce Televisa, que ha sido verdaderamente atroz. Me parece que los jóvenes sintieron que los televisos, los lorocutores que tiene la empresa, ya estaban insultando su inteligencia. Pero no creo que sea algo en especial en contra de un partido. Va en contra del candidato de esa televisora, que es otra cosa, porque así lo han manifestado. Incluso, un eslogan, dice: “La democracia no es una telenovela”. ¡Es genial! Eso lo resume todo. Es un movimiento horizontal, sin paternidad, aparentemente anónimo. Es el cisne negro. Yo he sido profesor de la Ibero y del Tec de Monterrey, incluso hasta del Poli,y soy de la UNAM, pero que la Ibero haya manifestado su repudio a la política totalitaria de los medios, se me hace fascinante. Es donde menos lo esperábamos en México y yo creo que no lo supieron contener. La respuesta no fue adecuada y no han sabido controlar los daños.
No hubo una evaluación previa.
No lo valoraron. Es que la Ibero no es el lugar: es la UNAM o el Poli; es el 68. Lo que pasa es que ellos se están dando cuenta, 40 años después, de que hay otro México.
Movimiento pacífico
Siempre hay un quién. En la Primavera Arabe mucha gente pensó que Estados Unidos, como siempre, metió la mano. En el ataque contra la caravana de Gadaffi se descubrió la mano norteamericana. ¿Aquí qué mano está moviendo las acciones estudiantiles?
En el caso árabe, ahora ya se sabe muy bien. Hay dos teorías y voy a citar a los que saben, que son los rusos. Si alguien conoce a los norteamericanos, son los rusos y, además, tienen información. Una teoría, la que maneja Yevgeny Primakoff, que fue primer ministro de Rusia y uno de los principales espías en el exterior, es que se trató de una revolución. El dice que los norteamericanos no lo sabían y realmente fue un movimiento que se dio en forma genuina y que tuvo elementos reales: la crisis financiera, que se volvió económica; la crisis económica, que se volvió energética; la crisis energética, que se volvió alimentaria, y el cambio climático. Y todo en medio de una grave crisis de civilización del mundo occidental. Eso es real: grandes masas de desempleados juveniles, etcétera. La revuelta del mundo árabe, por eso, no es ajena a lo que estamos viviendo en México. Aquí hay un movimiento juvenil, clasemediero alto, redes sociales, pero eso es el entorno, los mecanismos. La otra teoría es de alguien muy cercano al presidente ruso Vladímir Putin, Igor Panarin, que es una persona muy respetable, de grandes análisis. El dice que Estados Unidos manipuló el descontento árabe porque quería cambiar todo el mapa del Medio Oriente, después de que los intereses de esta nación pasaron del petróleo al gas. Es decir, a la Unión Americana ya no le importa tanto el petróleo, que Irán y Arabia Saudita están vendiendo, principalmente, a China. Así que aquello es una confrontación entre China y Estados Unidos por la captura de los recursos primarios, sobre todo del crudo. Está es una teoría fascinante de la que yo, en lo personal, no tengo pruebas. Sea cual fuere el escenario, lo que estamos viendo es que después de la revolución, Estados Unidos redireccionó muy bien los acontecimientos, que le favorecieron. Si hoy vemos, en el juego de las potencias, quién es el vencedor de esas revueltas árabes y quedó arriba en el orden mundial, sin duda alguna es Estados Unidos. Ya tomaron Egipto… el golpe militar. Los militares tienen excelentes relaciones con Estados Unidos y viene una elección muy controlada por el Ejército. Quizás estemos ante un gatopardismo: “hay que cambiarlo todo para que todo quede igual”. Pero, curiosamente, Estados Unidos se afianza más. Eso es un fenómeno muy interesante y los rusos y chinos se han dado cuenta. No son tontos. Y aquí, si nos preguntamos quién metió la mano, pues yo de esa mano no tengo datos. Desde mi púlpito, desde mi cátedra, a mí se me hizo muy espontáneo. Claro, ante lo espontáneo, siempre hay sospechas. Pero hay que mostrar las pruebas. Ahora, si están bien organizados, pues tampoco subestimemos a los jóvenes. Aquí lo fenomenal del caso es, primero que nada, que se trata de un movimiento pacífico. La revolución árabe no fue pacifica y esto sí es pacífico. Dos: ¡Es electoral! No es una revolución contra el régimen. Hasta Calderón, desde la II Cumbre México-Comunidad del Caribe (Caricom), en Barbados, dio la bendición a esa declaración interesante que dice que la protesta no va en contra de su gobierno. Aquí no están pidiendo cambio de régimen, sino curiosamente, en forma selectiva, le están pegando a una televisora, y yo creo que es el inicio del fin de Televisa. Después de eso yo no sé cómo se pueda sostener, lo cual va a ser sano para el país, tiene que haber pluralidad en los medios.
Y más democracia en los medios.
No hay democracia en el totalitarismo flagrante de Televisa. Yo creo que esto es lo interesante: es un movimiento pacífico, electoral, de clase media alta, y anónimo.
Y de ese sector que no se tenía en cuenta: la juventud.
Bueno, yo sí la tenía. Me llamaba la atención, por ejemplo, que un candidato juvenil como Peña Nieto no se fuera con su grupo, con los jóvenes. Y no hay que perder de vista que éste es un movimiento de las universidades privadas al que se suman las universidades públicas. Un grave error de todos los candidatos fue que no tomaron en cuenta a los jóvenes. Incluso, por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador tiene tres hijos jóvenes con el promedio de edad de los universitarios, o quizás José Ramón es un poco mayor; los hijos de Peña Nieto son muy menores, y Josefina cometió el error de no querer poner en una foto a una de sus hijas, porque la chica estaba obesa. Pero nunca los candidatos nos hicieron caso. Yo, por ejemplo, decía, siempre lo digo y tengo testigos: “Cuidado, esta elección la van a decidir los jóvenes; el rescate de México pasa por los jóvenes”. Pero olvidando este análisis personal, ellos nunca lo tomaron en cuenta y hay que reconocer que los jóvenes no venían en el radar. Los despreciaron y hoy son el cisne negro.
Más allá de la elección
¿Hacia dónde va este movimiento? ¿Qué ve usted el día de la elección presidencial o antes?
Veo algo muy interesante: en el escenario de que gane Peña Nieto, va a estar en problemas, porque ya, de entrada, le están quitando legitimidad. Nunca se había dado un movimiento pacífico estudiantil, de clase media alta, en contra de un candidato, Se da contra el régimen, no contra un candidato. Y todavía ni gana. Ellos ya se adelantaron y se fueron contra Televisa. Y yo no perdería de vista tampoco a los tres grandes empresarios que, obviamente, tienen una fortuna inmensa y también juegan. No sé con qué, quién y cómo estén jugando, pero lo vimos en el desplegado de Alejandro Puente Córdoba, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec), contra Carmen Aristegui (en el que acusa a la periodista de ser empleada de Carlos Slim). Ahí hay intereses muy fuertes que están en juego. Así que le veo problemas de gobernabilidad a Peña Nieto, si gana la elección. En el caso que sea Andrés Manuel, que bien puede ganar la elección, le faltaría legitimarse con las demandas de los jóvenes. Aquí es al revés: si no le cumple a los jóvenes, va a entrar en un periodo tipo Calderón. ¡Es imparable lo que hicieron los jóvenes! Es más revolucionario que una elección. Esto va más allá de la elección y no hay que equivocarse: está en juego la gobernabilidad de México.
Entonces quienes están marcando la ruta son ellos.
¡¿Quién más?!
El rector de la UNAM, José Narro Robles, acaba de decir que México está a tiempo de cambiar de ruta.
Pues ésta es la genial: pacífica, con rumbo, de gente inteligente, que no cae en las trampas de la información del Canal de las Estrellas, pero las estrellas por el nocaut que le dan al cerebro de los televidentes, que tienen un promedio de cuarto año de primaria. No hay igualdad de condiciones y lo vimos, incluso, en el primer debate. Va a ser muy interesante ver cómo viene la negociación para el segundo debate, si va a ser en cadena nacional o no. Más que Peña Nieto, yo creo que el PRI tiene que controlar todos estos daños, si no, pierden la elección porque este movimiento es muy fuerte. Es más fuerte de lo que nos imaginamos. Ahora, que haya manos detrás o no, ya no lo sé. Para mí esto es parte de los muchos jaques de los varios juegos de ajedrez que tenemos yuxtapuestos y superpuestos. El presidente estadounidense Barack Obama, por ejemplo, tiene uno contra Calderón. ¿Cuál es este jaque de Obama a Calderón?: el juicio en el Tribunal Penal Internacional. Calderón puede hacer hoy lo que quiera, pero el costo va a ser muy alto y él lo sabe. ¿Cuál es el costo? Pues acabar como Gadaffi, no en el sentido de que lo maten, sino de que llegue al Tribunal Penal. Y obviamente Estados Unidos, que no está en el Tribunal, tiene la capacidad de llevar a quien sea a un juicio. Ahí ya tienen en jaque a Calderón. Esa es mi lectura muy personal. La segunda es que Calderón ya le dio jaque al PRI con los generales, que, con todo mi respeto, yo no creo que Tomás Angeles Dauahare esté en el narcotráfico. ¡Por favor! Se ve que es un montaje. Pero no importa, aquí ya no estamos hablando de montajes. Eso es lo malo. ¿Por qué a la PGR se le ocurrió detenerlo, a mes y medio de la elección, después de que el general Tomás Angeles va a una reunión de la Fundación Colosio y es crítico? Pero, además, él tiene toda la razón en lo que dijo [señaló que no existe una estrategia para combatir al crimen organizado y que las actuales líneas de acción no nos conducían a ningún lado. N. A.]. Yo creo que cualquier analista sensato lo firmaría en blanco. ¡Y lo está diciendo un general, que fue subsecretario de la Defensa con Guillermo Galván, y que pertenece al equipo de Calderón! Como se fue abiertamente con el PRI y él probablemente hubiera sido el jefe de Seguridad Nacional, pues ya lo pusieron en jaque. ¡Es muy claro! Aquí estamos viendo muchos jaques. Y luego vemos lo del periódico El País, que apoyaba a Josefina Vázquez Mota y ahora la da por muerta. Esas señales internacionales no hay que perderlas de vista. Yo las tomaría en cuenta. Así que, en suma, yo no diría que están manipulando a los jóvenes, pues honestamente no tengo pruebas de ello, y es muy difícil que los gringos manipulen a la Ibero. Como la Ibero es una universidad jesuita, que siempre se adelantan a las jugadas y, hay que reconocerlo, en forma muy inteligente dejó hacer: invitó a los tres candidatos. Yo creo que el debate siempre es interesante, pero, por ejemplo, mi universidad, la UNAM, no ha invitado a nadie. Esto habla mal de nosotros, porque tenemos que ser respetuosos y recibir a todos los candidatos. No hablo de Gabriel Quadri, tampoco perdamos el tiempo. Hablo de los tres serios. Y ahora ya de los dos serios, porque una se desfondó. La Ibero invitó a los tres. A uno lo recibieron apoteósicamente, a otro lo abuchearon y la otra todavía no va, pero dijo que va a ir en vacaciones. La va a tener fácil, ¿no?


