Como siempre, los niños sufren con mayor crudeza las consecuencias de la guerra. Muy poco hay que decir de esta imagen, como no sea que se trata de un párvulo libio, Mohammed al-Atrash —nada responsable él de que en su patria gobierne un dictador o de que las potencias occidentales quieran “proteger” a la población civil— de 8 años, quien sufrió lesiones en un ojo. Por lo menos, se recupera en un hospital.

AFP