Una bronca personal con la reina Isabel II de Inglaterra le impidió a Mick Jagger ser nombrado “Sir”, título de nobleza al que sí pudieron acceder otros músicos ingleses como Paul McCartney y Elton John.

Al parecer, el cantante de los Rolling Stones habría compartido varias “fiestas salvajes” de sexo, alcohol y drogas con Margarita, la única hermana de la monarca británica, y así se habría ganado el odio de la familia real.

Según la biografía Mick: La vida salvaje y locura genial de Mick Jagger, del autor Christopher Andersen, los encuentros habrían ocurrido en Londres y en la isla caribeña de Mustique, donde Margarita tenía una mansión de verano. Para subir el tono del escándalo, el escritor, cuyo trabajo verá la luz el 24 de julio, aseguró que en una de esas noches descontroladas la princesa tuvo que ser trasladada a un hospital por sobredosis de droga.

El libro da cuenta de cómo durante la década del 90 el por entonces primer ministro británico, Tony Blair, trató en cinco ocasiones de incluir a Jagger en la lista de honores para que recibiera el título de “Sir”. Isabel II rechazó categóricamente en todos los casos incluirlo para recibir el honor en el Palacio de Buckingham. “En el fondo, la Reina tenía un fuerte desagrado por algo muy personal: su relación con su liberada hermana menor”, escribió Andersen. “Una y otra vez, la monarca debió intervenir para encubrir revelaciones potencialmente escandalosas que vinculaban a la princesa Margarita con el llamado ‘niño maldito’ del rock”, agregó.

Según la biografía, Jagger y la princesa Margarita se conocieron en Londres en la fiesta de 16 años de Lady Victoria Ormsby-Gore, hija del ex embajador británico en Estados Unidos, Sir David Ormsby-Gore. “Cuando miró quien estaba en la habitación y vio a la princesa Margarita, que llevaba un vestido muy escotado, él quedó eclipsado”, contó Anderses.

Aunque ella estaba casada, se notó que hubo “mucha atracción entre ambos”, declararon fuentes cercanas a la banda. Según Harold Brooks-Baker, editor de la publicación Burke’s Peerage, la Reina “podía tolerar a los Beatles porque eran dulces y bien portados, pero los Rolling Stones eran un asunto totalmente distinto”.

Fuente: La Razón-Argentina