Dos mujeres, dos precandidatas

Frida Modak

En los últimos días, han surgido informaciones que apuntan a la eventual llegada de las mujeres estadunidenses al gobierno de ese país o, cuando menos, a ser candidatas a asumir un puesto relevante en el Poder Ejecutivo.

Ya en otras ocasiones hemos visto cómo en el llamado mundo en desarrollo o subdesarrollado las mujeres juegan un rol destacado desde hace decenas de años, ya sea como presidentas, jefas de Estado, primeras ministras, de acuerdo a las características del país.

Las estadunidenses han sido gobernadoras, alcaldesas, han ocupado ministerios y embajadas, pero no han llegado a los cargos de gobierno más trascendentes. De ahí que ahora llame tanto la atención la posibilidad de que eso ocurra.

La última vez, fue en las elecciones pasadas, cuando la gobernadora de Alaska, Sara Palin, fue candidata a la vicepresidencia en la lista de John Macain, que fue derrotada.

En 1984, la demócrata Geraldine Ferraro había postulado a la vicepresidencia en la fórmula demócrata encabezada por Walter Mondale y perdieron ante la candidatura de Ronald Reagan.

Han transcurrido 28 años y se plantea nuevamente la posibilidad de que las mujeres estadunidenses ingresen al grupo de poder dentro poder ejecutivo y eso ha originado cierta conmoción, sobre todo porque los dos candidatos estarían pensando lo mismo.

Hasta ahora, la precandidata más nombrada es Condoleezza Rice, que fuera secretaria de Estado en el gobierno de George H. Bush. Una encuesta realizada el 21 de abril pasado indicó que ella era la favorita de los republicanos para ocupar la vicepresidencia.

Por el lado de los demócratas, pareciera no haber novedades. El presidente Obama no ha dado señal alguna de querer cambiar a su vicepresidente, Joe Biden, pero para observadores y analistas parece claro que Hillary Clnton, actual secretaria de Estado, desea cambiar de status.

Condoleezza… y Gadafi

Condoleezza Rice es una mujer con estudios y títulos universitarios en asuntos políticos e internacionales. Ocupó importantes cargos en empresas petroleras y otras corporaciones, antes de formar parte del equipo de gobierno de George W. Bush.

Desde que se supo que figuraba en un lugar importante, quizás el más importante, entre los candidatos republicanos a la vicepresidencia de su país, han adquirido renovada y mayor importancia situaciones que la relacionan con el depuesto y asesinado gobernante libio Muammar Gadafi.

Como es sabido, tanto el gobierno estadunidense como los europeos mantuvieron relaciones amistosas con Gadafi, incluso realizaron negocios particulares con su gobierno, como ya ha sido documentado por distintos medios.

Estados Unidos también tenía sus enviados especiales a Libia, pero era Condoleezza Rice, la más respetada y admirada por Gadafi, lo que adquirió estado público cuando la  residencia de éste fue ocupada por las milicias organizadas por la OTAN.

Allí encontraron numerosas expresiones de admiración por la ex secretaria de Estado, mismas que ahora se han vuelto a publicar ante la posibilidad de que sea candidata a la vicepresidencia.

Entre las fotografías y comentarios de Gadafi se leen los siguientes acerca de ella: “Yo apoyo a mi querida mujer africana”; “yo admiro y estoy muy  orgulloso de la forma en que se reclina y da órdenes a los líderes árabes”, y agrega que la admira “porque es una mujer negra de origen africano”.

Por supuesto que algunos han querido ver en esto otro tipo de sentimientos de parte de Gadafi y no ha faltado quien señalara que la ex secretaria de Estado fue “el amor platónico” del dirigente libio.

Si se analizan sin otra intencionalidad sus palabras, éstas reflejan un sentido diferente, Gadafi reivindica las actuaciones de Rice desde el punto de vista de su pertenencia a la negritud y su ascendencia africana.

En ocasión de una visita de la funcionaria a Libia, Gadafi la invitó a cenar a su casa, ella aceptó y fue sola, por lo demás, no estaba invitado ningún otro funcionario estadunidense, episodio que ella cuenta en su libro biográfico.

En esa oportunidad su anfitrión le obsequió a Condi, como la llamaba, un anillo de diamantes, un laúd, un medallón que tenía grabada una imagen suya y un ejemplar del Libro verde con una dedicatoria. Los presentes fueron valuados después en 212 mil dólares.

Esta historia, a la que algunos le han querido dar otro enfoque, presenta a la ex secretaria de Estado como a una mujer valiente, aunque nunca estuvo amenazada, lo que podría favorecer su nominación si los derrotados rivales de Romney no continúan tratando de cerrarle el paso.

Los Clinton

Mientras Condoleezza Rice espera el desarrollo de los acontecimientos, en el lado de los demócratas debería haber tranquilidad puesto que el presidente Obama no ha dado muestra alguna de querer cambiar a su vicepresidente Joe Biden.

Por el contrario, recordemos que cuando regresaron los infantes de Marina que realizaron en Pakistán el operativo contra Bin Laden, Obama y Biden se reunieron con ellos en forma pública, y ahí Obama declaró que Biden era el mejor vicepresidente que había tenido su país.

Eso constituyó una respuesta a los que  buscaban provocar un cambio y entre ellos se menciona, abiertamente ya, a Bill y Hillary Clinton. Los artículos aparecidos en la prensa estadunidense así lo  indican.

En un artículo reproducido en el sitio de Yahoo, Jeff Greenfield señala los motivos por los cuales, a su juicio, Obama no reemplazaría a Biden por Clinton “en una simple primaria demócrata” y pregunta cuándo y por qué un mandatario ha optado por cambiar a su compañero de fórmula en vísperas de una elección.

Señala tres o cuatro casos en que sí ha ocurrido y por razones y problemas que no se dan en la actualidad. Al hacer la defensa del rol que juega Biden, indica que si éste anunciara que no continuaría en el cargo sería porque él lo ha decidido para permitirle al presidente tomar ciertas decisiones.

Otros análisis son más fuertes, evidenciando la existencia de un clima desfavorable no sólo para Hillary Clinton, sino que también para su esposo el ex presidente William Clinton.

En The Mesh Report se reproduce un artículo que apareció originalente en The Slatest, nombre de una sección de un importante periódico estadunidense. Con el título basta: “¿Ha perdido el tacto Bill Clinton o está jugando un juego más tortuoso?”.

Su esposa, la secretaria de Estado Hillary Clinton, realiza permanentemente giras internacionales en las que asume posiciones  belicistas y lanza advertencias que la acercan a los sectores más agresivos del Pentágono.

Resulta poco coherente oírla y verla expresar esos puntos de vista cuando el presidente Obama busca suavizar el lenguaje guerrerista porque así conviene a su reelección.