Entrevista a Alejandro Villagómez/Profesor-investigador del CIDE

Moisés Castillo

A pesar de que la economía mexicana muestra mejores expectativas de crecimiento de 3.6 a 3.9 por ciento —según el más reciente reporte del Fondo Monetario Internacional—, el factor Europa y el “enfriamiento” económico de Estados Unidos en el segundo trimestre inyectarán incertidumbre más allá del 2013.

La economía estadounidense no caerá pero tampoco despegará. Este año se estima que crecerá 2 por ciento y el próximo año 2.3. Estos datos perfilan a que la economía nacional no será “arrastrada” por el vecino del norte y se descarta un aumento de recursos por los precios del petróleo que tienden a seguir a la baja.

¿Qué requiere la nueva administración federal ante este escenario poco alentador? ¿Cuáles son las alternativas para crecer sostenidamente y generar empleos?

Por lo pronto, representantes del sector empresarial ya sostienen reuniones con el equipo de colaboradores de Enrique Peña Nieto, a fin de acelerar una agenda conjunta que permita impulsar un crecimiento económico de 6 por ciento y la creación de un millón de empleos formales cada año.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado ha iniciado la tarea de conformar un equipo de expertos para coordinarse con el llamado equipo de transición y colaborar en el diseño de las políticas económicas.

“Los indicadores internacionales —asegura— contribuyen a reafirmar la necesidad de ajustes en temas torales para el desempeño de la economía, como es una reforma hacendaria integral, una energética, una laboral, así como una reforma a la seguridad jurídica, además de otras tan necesarias como la educativa, de seguridad social y seguridad pública”.

Asimismo, Peña Nieto pidió a las fuerzas políticas mirar hacia adelante y lograr una transición institucional.

“Mi convocatoria —dijo— no es a un solo partido político, es a todas las expresiones políticas para construir una agenda que nos permita impulsar las reformas estructurales y de cambio que el país necesita. Mi convocatoria está abierta a todos los partidos políticos”.

Por su parte, el coordinador del PAN en el Senado y diputado electo, José González Morfín, aseguró que Acción Nacional está listo para empujar las reformas estructurales que no pudieron concretarse en este sexenio, como la laboral, la energética y la hacendaria.

Y anticipó que si el PRI quiere plantear el IVA generalizado “lo discutiremos”, pero asegura que el esfuerzo se hará en los tres primeros meses, cuando siga en el gobierno el presidente Felipe Calderón y entre en funciones la nueva legislatura.

 

Nombramiento de Videgaray, normal y esperado

Para Alejandro Villagómez, profesor-investigador de la División de Economía del Centro de Investigación y Docencia Económicas, el problema de las reformas es más político que técnico. Y estima que serán difíciles los dos primeros años en términos de crecimiento económico.

“No existen condiciones —dijo el académico— por lo menos en los primeros años. En los dos primeros años de la nueva administración habrá condiciones adversas por el entorno mundial. El FMI dio sus nuevas previsiones o ajustes de crecimiento económico para el 2013 y las ha ajustado hacia la baja. Sabemos que el entorno mundial será difícil y se espera que durará un par de años, no se crecerá aceleradamente. Si no se logra reactivar el mercado interno y eso implica hacer reformas importantes, pues entonces estaremos sujetos a las turbulencias del mercado mundial”.

¿Qué le parece el nombramiento de Luis Videgaray como coordinador de Políticas Públicas?

Era un nombramiento normal y esperado. Es uno de sus hombres más cercanos a Enrique Peña Nieto. Pero además es técnico, es un doctor de economía de calidad y en consecuencia lo que le están asignando es todo lo que tiene que ver con políticas públicas. De ahí a que empiecen las especulaciones de que eso significa que será el próximo secretario de Hacienda es más complicado saberlo. Evidentemente es un candidato, pero también se habla de que sea el jefe de la Oficina de la Presidencia. Lo que sí sabemos es que será parte del equipo de la próxima administración.

¿Qué puntos se revisan y se analizan en el proceso de entrega-recepción de la administración federal?

Son formalismos que existen cada seis años, no solamente por el cambio de partido en el gobierno. Cada sexenio, la nueva administración tiene que vincularse con la saliente para conocer información extra de la que ya se conoce. No es que no conozca la gente que va entrar lo que está ocurriendo con el país. Aquí un poco es para tener información más precisa sobre ciertos temas que les preocupen de cada una de las dependencias. Tampoco se espera que sea el paso de la valija con la llave del detonador de la bomba. Es conocido cuál es la situación de la economía y aquí nada más es precisar alguna serie de puntos particulares. Hay cosas que evidentemente en ese momento tan corto no van a saber, irá saliendo información conforme vaya pasando el tiempo. Y el otro aspecto importante es que el cambio de administración es a nivel superior. Todo lo que es mandos medios, que son los que realmente tienen las tripas de la información, la mayoría permanece.

 

Calderón hereda estabilidad con bajo crecimiento

Sin embargo, la experiencia más reciente fue el llamado “error de diciembre”…

Ahí se mezcla la parte estrictamente técnica de la entrega-recepción con la parte política. Sabemos que traían una serie de pugnas aunque eran del mismo partido. Tenían pugnas entre el equipo entrante y el saliente. Y en consecuencia eso fue lo que condujo a esa crisis. Pero no es que les haya faltado información. Había la necesidad de que se tenía que devaluar el peso desde meses antes de que terminara la administración de [Carlos] Salinas. Lo que pasa es que no quisieron tomar esa decisión y se la dejaron a la administración entrante de Ernesto Zedillo. Más bien fue la falta de oficio lo que provocó que llegara la crisis. Pero no es que no supieran que la economía traía problemas, eso lo sabían. Y no hubo problemas de que no se les transfirió la información adecuada. De hecho, ellos eran parte de la administración anterior, conocían esa información. Los grandes elementos de la situación económica y las principales variables, todos las conocemos.

¿Cuál es la herencia que dejará el calderonismo en materia económica?

La principal herencia es que mantuvo la continuidad en términos de estabilidad macroeconómica, eso hay que reconocerlo. Tenemos una situación buena, cuentas fiscales, inflación. Esa es la parte positiva. La negativa es que no se lograron modificar ciertos elementos de la estructura económica que permitieran ciertas tazas de crecimiento mayor a pesar de la crisis mundial. Termina con un récord de crecimiento económico bastante bajo.

¿Cuál será el futuro de las reformas estructurales ahora con el regreso del PRI?

Es un problema político, no técnico. La parte técnica ya la conocemos, no sólo existe un diagnóstico sino que están sobre diagnosticados los problemas. En ese sentido, el arsenal técnico ya está sobre la mesa. El problema es político y todavía ni siquiera podemos dirimir la parte de la elección presidencial. Hay que esperar hasta principios de septiembre. No sabemos si habrá una modificación importante en las impugnaciones que afecte alguna senaduría o diputación, pero dada la conformación actual que tenemos, evidentemente cualquier reforma relevante va a requerir de una negociación y un consenso. Y para como están las cosas, dada la impugnación de la izquierda, todo parece indicar que el camino natural tendrá que ser alguna negociación entre el PAN y el PRI, de ahí va depender mucho el futuro.

 

Todas las reformas son urgentes

¿Qué reforma de las cuatro es urgente para el país?

Todas son urgentes, pero evidentemente hay una crucial que es la hacendaria. En el sentido de que si no se redefine la situación fiscal no puedes seguir con las otras. Por ejemplo, la reforma a la seguridad social tiene que ir de la mano con la fiscal. La principal bandera de la reforma de la seguridad social es la pensión universal y la seguridad universal para la población. Esto hay que financiarlo y si no se arregla la parte fiscal, no habrá manera de concretar una propuesta como la que están planeando los priistas. Son las dos principales que se van a negociar inicialmente.

¿Espera una transición ejemplar como promete el gobierno federal?

Es factible, no le veo problema en términos generales. Hay elementos importantes de negociación y uno de ellos es el paquete fiscal que normalmente se envía en septiembre, pero que en años de nueva administración se permiten enviar hasta diciembre cuando entra el nuevo gobierno. Ese paquete fiscal es el que va a definir la política fiscal del siguiente año. Es natural que haya una negociación para su conformación entre el panismo y el priismo. Hay elementos de continuidad en Hacienda, incluso cuando fue la transición del 2000, del PRI hacia el PAN, lo que vimos es que Hacienda va manteniendo una continuidad. No veo que haya focos rojos de que no se logre alguna transición ordenada o negociación razonable entre las dos administraciones.