Entrevista a Francisco Suárez Dávila/Secretario general de la Fundación Colosio

Moisés Castillo

El calderonismo agoniza. Su partido está en la debacle y confundido. Mientras el líder nacional, Gustavo Madero, acusa al PRI de ganar elecciones a través de “billetazos” y engaños, el coordinador de la campaña presidencial, Roberto Gil Zuarth, asegura que los legisladores panistas no obstaculizarán ni regatearán las reformas estructurales.

Por su parte, el PRD está entrampado en la impugnación electoral y llamó a sus próximos legisladores a oponerse a las reformas anunciadas por Enrique Peña Nieto.

Ante este escenario sin certezas y turbulencias, ¿cómo evitar la parálisis y no permanecer en el mismo lugar? Ya lo dijo el escritor inglés Lewis Carroll: “Si quieres ir a otra parte, debes correr al menos el doble de rápido que antes”.

Y quizás por eso el ganador de las elecciones del pasado 1 de julio, según el conteo oficial del IFE, ha pedido a los actores políticos construir acuerdos sin imponer visiones.

Enrique Peña Nieto explicó que conformará su equipo de transición una vez que el Tribunal Electoral haya declarado la validez de la elección y entregue la constancia de mayoría como presidente electo.

Por lo pronto, presentó a Luis Videgaray como coordinador de Políticas Públicas, quien fuera coordinador de su campaña; Miguel Angel Osorio Chong será coordinador del Diálogo y el Acuerdo Político, y dejará la Secretaría de Organización que ocupaba en el PRI.

Por último, Jesús Murillo Karam será el coordinador de Asuntos Jurídicos y estará a cargo de la defensa del triunfo electoral.

Asimismo, Videgaray ha sostenido que la prioridad del virtual presidente electo de México será empujar la agenda de las reformas fiscal, energética y laboral mediante acuerdos con el Congreso de la Unión.

“Entiendo que los mercados en general y la comunidad financiera —dijo— tienen expectativas bajas al respecto, pero lo último que debemos hacer como país es decir «si no se obtuvo mayoría en el Congreso no habrá reformas», esa actitud seguro provocaría que no las haya”.

Por su parte, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, detalló que una vez que el Tribunal Electoral valide la elección y designe a un presidente electo, dará inicio el proceso de transición administrativa.

“Estamos trabajando —dijo— para tener una transición ejemplar desde el punto de vista administrativo, para poder garantizar buenas condiciones a la próxima administración al inicio de su mandato el 1 de diciembre”.

Esta disposición del gobierno federal para trabajar con la administración entrante se confirmó con la visita de Peña Nieto a Los Pinos el martes pasado, donde acordó con el presidente Felipe Calderón iniciar un proceso ordenado de transición.

Según la información oficial, el mandatario aseguró a Peña Nieto que su gobierno ofrecerá todo el respaldo necesario a fin de que la transición se efectúe de manera eficaz, transparente y apegada a derecho.

Hacia un programa de gobierno

Para Francisco Suárez Dávila, secretario general de la Fundación Colosio, el periodo de septiembre a diciembre es fundamental a fin de iniciar con los cambios económicos que requiere el país y se genere un crecimiento sostenido.

“Es un periodo —dijo— muy interesante hasta cierto punto diferente a otros cambios gubernamentales, lo que podríamos llamar los 100 días legislativos. La parte de la reforma hacendaria es un aspecto medular del programa económico del 2013 y de periodos subsecuentes. Eso hay que prepararlo y va a requerir tiempos y negociaciones muy complejas. Y el otro aspecto que está vinculado con la reforma hacendaria es la reforma energética. Porque finalmente una de las cosas que se pretenden es que Pemex tenga mayores recursos propios para poder hacer sus importantes programas de inversión. Ahí están las reformas sobre la mesa, dos muy vinculadas con la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos”.

 ¿Qué le parece la designación de Luis Videgaray como coordinador de Políticas Públicas?

Es un paso lógico. Finalmente, el aspecto de políticas públicas significa empezar a trabajar hacia un programa de gobierno. En la medida de que Videgaray tuvo la responsabilidad de conformar la plataforma electoral de Peña Nieto fue un paso lógico, segmentado en la lucha jurídica que hará Murillo Karam y el acuerdo político de Osorio Chong. Así como la Fundación Colosio —con la dirección del maestro [César] Camacho— que generó propuestas concretas y definió los cómos durante el periodo electoral. La Fundación Colosio apoyará en la parte de las políticas públicas como se hizo durante el proceso de campaña.

¿Qué aspectos se revisarán en la entrega-recepción de gobierno? ¿Qué información se intercambiará?

El Presupuesto de Egresos y Ley de Ingresos es muy importante que lo trabaje también el equipo de transición de Peña Nieto, apoyado de la Fundación Colosio.

A partir del 1 de septiembre hasta el 1 de diciembre, la nueva Cámara estará trabajando, son 100 días importantes. Hay que preparar esos 100 días que todavía está el gabinete actual. Una parte vital es la relación con el secretario de Hacienda en funciones, porque tiene que ver con la preparación de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos que se aprueba en el transcurso de diciembre.

 

Legado panista de estabilidad y pobreza

¿El equipo de transición tiene la libertad de pedir ciertos datos o información para conocer una radiografía económica del país?

En la parte económica ha habido magnífica disposición por parte del secretario de Hacienda, José Antonio Meade, que ha dado todos los indicios de que colaborará ampliamente para esta cuestión formal. Es un presupuesto que llega por parte de este gobierno a las cámaras y tiene que empezar a desahogarlo una nueva legislatura, pero todavía con el gobierno saliente. Y luego tiene que prepararse el camino para que esa misma legislatura, pero ya con un presidente constitucional termine el proceso del programa económico. Está construida la colaboración y creo que habrá un buen proceso de entrega-recepción.

¿Cuál es el legado panista en materia económica?

La estabilidad de precios, hay una situación prácticamente de equilibrio en las finanzas públicas, existe un sistema bancario sólido, tan sólido que los bancos españoles en México están apoyando a sus matrices vía envío de dividendos. Es una situación de un mundo al revés. Por otro lado, hay crisis en Europa, en Estados Unidos, pero en México por lo menos está claro que tenemos una situación económica sólida, lo cual nos da un buen margen de maniobra para diseñar una política económica y social que intente resolver los problemas muy negativos que deja la administración panista. Esto se expresa en manifestaciones de inconformidad social. Están los siete millones de ni-ni que no tienen ni empleo ni trabajo, es un legado muy negativo.

Hay también incremento en toda la pobreza, deterioro de la clase media porque ha tenido salarios reales a la baja y también está afectada por situaciones de desempleo. El empleo pico que tuvimos en 2007 no se ha alcanzado. Pobreza, desempleo, desigualdad y una economía a lo largo de la década estancada por la incipiente recuperación de los Estados Unidos.

¿Existen condiciones de crecimiento económico ante el efecto Europa?

Ese es el gran reto. Enrique Peña Nieto, desde la campaña, dijo muy claramente que tenemos que pensar “obsesivamente” en acelerar el crecimiento económico y esto significa en llegar a tasas del seis por ciento. Ese objetivo hay que verlo con cuidado porque estamos en una crisis internacional. Si la situación europea se sigue deteriorando, si Estados Unidos continúa en el borde del precipicio fiscal, si ese ambiente internacional se desgasta, efectivamente eso afectará el crecimiento mexicano. Esta estrategia de darle importancia al crecimiento como gran objetivo significa que México sí debe tener la capacidad de no ser un fiel reflejo de lo que pasa en Estados Unidos. Lo que los economistas llaman políticas contra cíclicas o compensatorias que pueden permitir, a través del fortalecimiento del mercado interno, compensar los efectos negativos que sobre todo se dan en las exportaciones. Un tema importante de la política de Peña Nieto será apoyarse en el mercado interno.

La culpa no es del PRI

¿Esperan un “cobro de facturas” por parte del PAN, luego de que acusara al PRI de obstaculizar la aprobación de las reformas estructurales?

El presidente Calderón ofreció el pasado 1 de julio su discurso televisivo, para muchos de estadista, pero unos días después dice que no hemos sacado reformas. Hay que recordar que el PRI comienza a negociar y Calderón siempre ha estado en Estados Unidos y no nos hizo caso. Ha tenido un comportamiento errático que ha dificultado las negociaciones. Dentro de ese comportamiento errático, la última declaración de los líderes panistas es que no van a tomar ningún tipo de represalias. Cuando la negociación no caminó, no fue por culpa del PRI. El presidente ha tenido en muchos aspectos un mal cierre en seguridad pública, rechazo de la opinión pública, pero para Calderón sí es una buena oportunidad para apoyar las reformas que dice son importantes. La reforma que es muy trascendente y que está ligada a la hacendaria, es una reforma a la seguridad social. Acercarse a un sistema de seguridad social universal particularmente en el sector salud. Necesitamos el PAN para hacer una reforma que requiere apoyo constitucional y esperamos que el PRD o la parte sensata del PRD, que ha ayudado en el pasado, se sume a estas transformaciones.