Martha Bañuelos

París.– En Londres, desde el primer día de las olimpiadas, los atletas chinos mostraron su carácter de ataque ganando las medallas de oro. Es la misma conducta que imponen las pequeñas empresas chinas, combatiendo para implantarse en el comercio mundial, donde todas las estrategias son válidas. Conquistaron los mares de un continente a otro, con los desmesurados contenedores, y en ruinosos puertos construyeron gigantes centros de recepción de mercancías, con su política de desarrollo y expansión capitalista. Y en una Europa que va de crisis en crisis y que tarda en resurgir, China encontró en Francia, el lugar ideal para el desarrollo de su estrategia: la zona de Illange–Bertrange, un territorio en el centro de una red de autopistas para intercambios europeos, con redes ferroviarias francesas y europeas, a 30 kilómetros del aeropuerto Metz-Nancy-Lorraine y del internacional de Luxemburgo. Área situada en el cauce del río Moselle (Mosela) afluente del río Rhin (excepcional vía de intercambios comerciales y arteria vital del Occidente), en la cuenca metalúrgica de Lorraine, donde se encuentran las siderúrgicas, los centros de investigación mundial de Arcelor, de mecánica automotriz y especializada; el eje logístico del Este francés y el punto de unión entre Alemania, Luxemburgo, Bélgica y Francia.

Pan Jiang, Director de CA-SME, Asociación de pequeñas y medianas empresas, (China tiene registradas más de 10 millones de PME, en 2009 Francia tenía 630 mil) y tres Cámaras de comercio chinas firmaron acuerdos para la implantación en el 2014, de 200 mil empresas chinas de tecnología, transformación y producción, que se instalarán en la plataforma de intercambios y servicios con empresas europeas: ITEC Europa Terra-Lorraine (ITEC International Industry Trade Tchnology and Exhibition Center) región de la Lorraine, que creará en 270 mil m² un centro de negocios y de exposición, 2 mil depósitos de 80 m² para el mercadeo de productos de empresas chinas, un lujoso hotel, oficinas sobre 25 mil m² y 15 mil m² para las empresas europeas que invertirán en China. Régis Passerieux, Presidente de COMEX (Comité de Euro Exchange) (Euro developments) declaró: será una zona destinada a desarrollarse en función de la demanda.

¿Una nueva ruta de la seda?

Entre Francia y China, está la República de Kazajistán que permitirá a COMEX trazar una ruta para las idas y vueltas, entre doce o quince días, de los camiones que transportarán los productos encargados en ITEC Europa y viceversa. Para el 2014 habrá un flujo de ¡500 camiones por día y en los dos sentidos! ¿Y la capa de ozono?

¿Una nueva etiqueta “Made in Europa”? 

Las empresas chinas están interesadas en esta posición estratégica, a partir de la cual pueden orientar sus acciones tanto en Alemania como en los Países Bajos, Italia, Bélgica y Austria; mientras que la Lorraine tiene la esperanza de que esta implantación desempeñe el papel de locomotora, en esta cuenca industrial castigada por las repetidas crisis.

Sólo falta ver que hacen las ciudades de Hunan, Sichuan o Wuhan, para las 630 mil PME de Francia. Y saber si Illange grabará su nombre en la economía de hoy y mañana.