Luego del accidente de la planta nuclear de Fukushima, la amenaza invisible de la radiación está muy lejos de ser un capítulo cerrado, por ello conviene recordar lo que sucedió hace 25 años en la ex Unión Soviética.

El 26 de abril de 1986, el reactor número 4 de la planta de Chernobil explotó y se incendió desperdigando radioactividad por todo el continente europeo. Cerca de 30 personas murieron luego del accidente, sin embargo las secuelas siguieron con la muerte de muchos más ucranianos que fallecieron por cáncer o enfermedades relacionadas con la radiación.

La población de Prypyat, lugar más cercano a la central nuclear fue evacuada y hoy está convertida en una ciudad fantasma.

El accidente que conmocionó al mundo esparció hasta 200 toneladas de material fusible con una radioactividad de 50 millones de curios que equivale a 500 bombas atómicas como la de Hiroshima.

Se calcula que la radiación afectó a 5 millones de personas de Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

Sin embargo, la tragedia de Chernobil no ha terminado; todavía, más de 4 mil trabajadores siguen trabajando, pues la planta aún emite radiación y lo seguirá haciendo si no se descontamina totalmente la zona.

Aunque se está construyendo un nuevo sarcófago para el reactor, difícilmente se logrará debido a su elevado costo. El gobierno ucraniano incluso solicitó ayuda a la comunidad internacional para costearlo, así como para rehabilitar zonas contaminadas y favorecer la economía con la instalación de empresas.

 

 

 

 

http://youtu.be/ce-5EOELj7A
http://youtu.be/2JaV5t53YsE

Foto: Shuterstock