Así lo confirma la investigación que ha sido publicada en Nature. Los fósiles encontrados en el norte de Kenia muestran hasta dos nuevas especies del género “homo” que vivieron hace dos millones de años.

El estudio sugiere que al menos tres especies distintas de seres humanos coexistieron en África, a la vez, parece evidenciar la teoría contraria a quienes piensan que los primeros primates siguieron una evolución lineal hasta el hombre moderno.

Esta teoría es el resultado del descubrimiento de hasta tres fósiles con una antigüedad aproximada de entre 1,78 y 1,95 millones de años de antigüedad. Muestras de una cara y dos huesos de mandíbula con dientes.

Según el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural en Londres:

La naturaleza desarrolló diferentes prototipos de humanos de los cuales sólo uno, nuestra especie, acabó desarrollándose con éxito.

Anteriormente esta teoría no se sostenía debido a que sólo existía un precedente. Fue en 1972, hace 40 años, cuando se encontró un cráneo de una especie distinta de la “humana” conocida como Homo Rudolfensis. Se trataba de un cráneo muy diferente a cualquier otro de la época, con un cerebro más grande y unas facciones más largas y planas.

Este “ejemplar” era el único que existía y por lo tanto era imposible averiguar con certeza si el individuo era un espécimen inusual o un miembro de una nueva especie.

Con el nuevo hallazgo todo cambia y parece indicar que el Homo Rudolfensis realmente era un tipo de especie distinta que existió hace casi dos millones de años junto con otras especies de seres humanos. De ser cierto, también cambiaría la percepción que se tenía del Homo Erectus como el ancestro humano más antiguo conocido de especie primitiva (de hace 1,8 millones de años).

Sea como fuere, el nuevo hallazgo desafía la idea de que nuestra especie se desarrolló en una progresión lineal suave de nuestros ancestros primates. Según Meave Leakey, autor principal de la nueva investigación:

Durante los últimos 40 años hemos buscado en la vasta extensión de sedimentos alrededor del lago Turkana (Kenia), fósiles que confirmen las características únicas de la cara de 1472. por fin, tenemos algunas respuestas. La combinación de los tres nuevos fósiles dan una imagen mucho más clara del físico de 1472. Como resultado, ahora está claro que otras dos especies de Homo vivieron junto al Homo erectus. Los nuevos fósiles serán de gran ayuda para desentrañar cómo surgió nuestra rama de la evolución humana, por primera vez, hace casi dos millones de años.

Nuestro pasado es un pasado diverso, nuestra especie fue evolucionando de la misma manera que otras especies de animales evolucionaron. No había nada especial en nosotros hasta que comenzamos a fabricar herramientas de piedra sofisticadas.

A las palabras de Leakey le siguen las de Stringer, quien cree que simplemente seguimos el patrón de otros grupos de animales y su evolución:

Los seres humanos parecen haber ido evolucionando de diferentes maneras en diferentes regiones. Era casi como si la naturaleza se estuviera desarrollando en diferentes prototipos humanos con atributos diferentes, sólo uno de los cuales, un antepasado de nuestra especie, tuvo finalmente éxito en términos evolutivos.

Y es que según los investigadores, los fósiles evidencian que los humanos evolucionamos de la misma forma que otros animales, demostrando cómo la evolución funciona, a través de la adaptación sorprendente, una de las cuales dio como resultado nuestra especie actual.

Según un nuevo estudio liderado por las paleontólogas Meave y louise Leakey, el descubrimiento confirma que al menos tres especies humanas diferentes convivieron en Kenia en los inicios de la humanidad.

Los fósiles, una cara, una mandíbula completa y parte de otra, fueron encontrados al este del Lago Tukana entre 2007 y 2009. Resultado de una búsqueda de 40 años, los fósiles ofrecen la prueba necesaria para confirmar que un polémico cráneo descubierto en 1972 pertenece a una nueva especie, según el equipo.

Los restos, de hace entre 1,78 y 1,95 millones de años, fueron hallados en un radio de 10 kilómetros del cráneo de 1972, que fue descubierto por el marido de Meave Leakey, Richard Leakey.

Para Meave,del proyecto de investigación Koobi Fora, el cráneo, conocido como KNM-ER 1470, «siempre fue un enigma».

«Nunca supimos qué era exactamente y dónde encajaba».

Ahora, «por fin sabemos que esta cara plana y alargada es real y no una cosa rara», añade Meave, exploradora residente de National Geographic Society (a la que pertenece National Geographic News).

Efectivamente, el estudio deja claro que no es una «cosa rara», sino una especie diferente de los Homo que se sabe que vivieron en Turkana: el Homo Habilis, considerado el primer Homo conocido, y el Homo erectus, considerado el antepasado directo de nuestra especie.

«Con estos nuevos fósiles», señala Meave, «podemos afirmar que hubo dos grupos ‘no-erectus’viviendo en el Lago Turkana».

Cara plana

«A diferencia de otras especies de Homo, que tienen caras más bien prominentes, lo que nos llamó la atención fue lo plana que era ésta», afirma Meave hablando de 1470.

«La forma del fósil indica que el cerebro era bastante grande, aunque no como el del Homo erectus», que probablemente surgió más tarde.

De momento, el equipo evita utilizar el nombre que se propuso a la especie de rostro aplanado, Homo rudolfensis, puesto que la relación entre los fósiles y los nombres de las especies sigue siendo incierta.

Una investigación más profunda podría demostrar que un fósil deHomo habilis debería agruparse en la misma especie que 1470, por lo que el propio 1470 debería clasificarse como Homo habilis, y algunos fósiles más pequeños y de apariencia más primitiva, llamados actualmenteHomo habilis, deberían recibir otro nombre.

A pesar de que crea cierto quebradero de cabeza entre los académicos, no afecta al hecho de que «los nuevos hallazgos nos permiten volver a clasificar todos los fósiles no -erectus en dos grupos con claras líneas definitorias», escribió el equipo de Leakeys en una declaración.

El antropólogo William Kimbel, director del Instituto del Origen Humano de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), que no participó en el estudio, es de la misma opinión. Estos fósiles «consiguen diluir las dudas acerca de si 1470 podría ser único en su especie, como una variedad rara del Homo habilis, por ejemplo».

¿Nuestro antepasado Homo más antiguo?

Si ahora tenemos dos especies Homo en la base del árbol de la humanidad, ¿cuál de ellos dio origen al Homo erectus, nuestro antepasado directo?

Kimbel cree que la anatomía del Homo habilis, que tenía una cara más pequeña y prominente que 1470, lo convierte en el candidato con más posibilidades, «aunque he escuchado argumentos contrarios».

Bernard Wood, profesor de la Universidad George Washington de Estados Unidos afirma que probablemente 1470 tuviera un cerebro más grande que el Homo habilis, «lo que no lo convierte necesariamente en antepasado del Homo erectus».

«Algunos de los cráneos más pequeños de Homo erectus tienen cerebros realmente muy pequeños», lo que sugiere que el cerebro de gran tamaño del Homo erectus se habría desarrollado dentro de la especie, en lugar de haberlo heredado de una ancestral.

Debido a que únicamente se conoce la nueva especie a partir de fragmentos de cráneo, Wood lo compara con «intentar averiguar la relación entre tres coches solamente con partes de la caja de cambios».

¿Tres es compañía?

Otra cuestión que queda en el aire es cómo convivieron las tres especies sin pisarse el terreno.

«Teniendo en cuenta que todos eran bípedos terrestres de un tipo u otro», las diferencias sobre cómo vivían, o dónde, habrían dependido de su dieta, en lugar de su habilidad para trepar, afirma Kimbel.

El estudio contiene una posible pista: «Por la situación de los huesos sabemos que el 1470 debió tener mucha fuerza en la mandíbula», señala Maeve Leakey.

Debido a esta característica, es posible que se dirigiera a zonas con frutos duros, o incluso carne, dejando los alimentos más blandos a los erectus y habilis.

También podría ser que, simplemente, las especies se llevaran bien.

«Por lo general, los modernos primates viven juntos sin dificultad», afirma Leakey. «Se pueden ver grupos de monos compuestos por al menos dos especies, si no más».

Pero una cosa está clara: no va a ser fácil desentrañar el misterio de nuestras raíces en el Lago Turkana, al menos eso es lo que cree Wood.

«Darwin afirmó que sería muy difícil localizar el origen del Homo», declara, «y creo que, como pasa siempre con Darwin, tenía toda la razón».

Fuente: National Geographic