Son como el día y la noche. La pequeña Candice Anne tiene la piel oscura, pelo negro y ojos oscuros. Lilly Aleisha tiene tez blanca, cabello rubio y ojos claros. Son las gemelas de una orgullosa mamá británica de 30 años quien nunca pensó que sus hijas nacerían tan diferentes. Son tan distintas pero son mellizas. “Así no tendremos problemas para diferenciarlas”, bromeaba el orgulloso padre Oswald Frazer, al diario The Sun.
La probabilidad de que una pareja formada por personas de distinto color tenga también mellizos de distinto color es una en un millón, según los expertos en genética. No obstante, su piel puede presentar una tonalidad distinta debido a que cada uno es fecundado en óvulos separados por espermatozoides distintos. Por tanto los genes que definen el color pueden diferir.
Los progenitores son mestizos y sus respectivas familias presentan raíces africanas e irlandesas. Ella, Pamela Frazer, comentó que su madre tiene sangre jamaiquina, africana e irlandesa, mientras que su padre es descendiente de judíos rusos. La descendencia de su marido también es muy mezclada; es hijo de un jamaicano y su madre tiene orígenes irlandeses.
Redacción/bbb